Pocas veces sucede que el presidente de un país viaje a la primera línea de fuego y pierda la vida en el campo de batalla.
Es exactamente lo ocurrido en Chad, en África central, donde su presidente Idriss Déby, murió como consecuencia de las heridas sufridas en el enfrentamiento que tuvo lugar en el norte del país durante el fin de semana entre el ejército y los rebeldes.
El anuncio llega un día después de que los resultados de las elecciones provisionales apuntaran a una victoria que le habría dado un sexto mandato.
En esta situación, el gobierno y el parlamento se disolvieron y también se impuso un toque de queda y se cerraron las fronteras.
Un consejo militar gobernará durante los próximos 18 meses.
Al frente de él se situará el hijo del difunto presidente, Mahamat Idriss Déby Itno, de 37 años, un general de cuatro estrellas.
Mahamat Idriss Déby Itno dirigirá el consejo, pero se celebrarán elecciones "libres y democráticas" una vez que finalice el período de transición, dijo el ejército el martes.
Déby, de 68 años, fue uno de los líderes africanos con más años de servicio.
Oficial del ejército de formación, llegó al poder en 1990 mediante un levantamiento armado.
Durante mucho tiempo Déby fue un aliado de Francia y otras potencias occidentales en la batalla contra los grupos yihadistas en la región africana del Sahel.
Sin embargo, en los últimos tiempos creció el descontento por la forma en que parte de su gobierno gestionó los recursos petroleros del país.
Los rebeldes, de un grupo que se autodenomina Fact (el Frente para el Cambio y la Concordia en Chad), atacaron un puesto fronterizo el día de las elecciones y avanzaron hacia la capital, N'Djamena, varios cientos de kilómetros al sur.
Los enfrentamientos con el ejército comenzaron el sábado.
Un general del ejército dijo a la agencia de noticias Reuters que 300 insurgentes murieron y 150 fueron capturados.
Cinco soldados del gobierno murieron y 36 resultaron heridos, dijo, aunque las cifras no se pudieron verificar de inmediato.