El caso de Charlie Gard, el bebé británico de 10 meses que vive gracias a un equipo de soporte vital por una enfermedad genética terminal y que ha adquirido resonancia mundial, tuvo un nuevo giro este miércoles.
El Hospital del Vaticano Bambino Gesu (Niño Jesús) se ofreció a recibir y dar tratamiento al pequeño, luego de que un tribunal europeo autorizara a desconectarlo.
La directora del centro médico, Mariella Enoc, solicitó autorización al hospital Great Ormond Street, donde está internado el bebé en Londres, para trasladarlo a las instalaciones con que cuentan en Roma.
Hace un mes, la Corte Europea de Derechos Humanos ordenó desconectar al bebé del aparato de ventilación artificial que lo mantiene con vida, por considerar que prolongar los tratamientos sin perspectivas de que vayan a tener resultados positivos sólo hacía prolongar sus sufrimientos.
Pero sus padres, Connie Yates y Chris Gard, han buscado la forma de evitar cumplir la orden judicial. Y han hecho crecer el debate internacional sobre el caso.
Este nuevo movimiento por parte del Vaticano se produce después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump escribiera en su cuenta de Twitter un mensaje de apoyo a los padres de Gard, además de ofrecer ayuda concreta.
Sin embargo, a pesar de la petición, las autoridades del Great Ormond Street señalaron que el niño no puede ser trasladado por cuestiones legales.
Especialistas del centro médico británico indicaron que al bebé, que sufre del Síndrome de Agotamiento Mitocondrial, una enfermedad genética que padecen solo 16 niños en todo el mundo, debería permitírsele una muerte digna.
Ellos señalan que Charlie no puede ver, escuchar, moverse, llorar ni tragar.
El bebé ha estado internado en el hospital londinense desde octubre del año pasado.
Fondos
Los padres de Charlie han logrado recaudar cerca de US$1,7 millones para pagar un tratamiento experimental en Estados Unidos.
Pero hace un par de semanas, perdieron una batalla legal con el hospital cuando la Corte Europea de Derechos Humanos señaló que seguir con el tratamiento médico "iba a causar un daño significativo" a su hijo.
El hospital pediátrico del Vaticano señaló que quiere que los padres acompañen a Charlie durante el tratamiento "hasta el final".
"Hablé con la madre, que es una persona bastante decidida y a quien nadie va a poder detener", dijo la directora del hospital.
El conocido médico y científico británico Robert Winston señaló en un programa de la televisión de su país que ni los doctores ni los tribunales deben interferir en el deseo de los padres, porque "perder un hijo es la peor herida que una persona puede sufrir".
"Sin embargo, la interferencia del Vaticano y de Donald Trump me parece que no ayudan y son, a mi parecer, bastante crueles, sobre todo porque este niño ha sido tratado en el Ormond, que es un hospital con conocimiento de la enfermedad mientras que el hospital del Vaticano no ha publicado nada sobre la enfermedad, al menos que yo sepa", agregó Winston.
Tristeza
El Vaticano indicó además que el papa Francisco estaba siguiendo el caso "con afecto y emoción".
"El Papa expresa su cercanía con el niño y con los padres de Charlie", expresó en un comunicado.
"Están en la oraciones del Papa, esperando que su deseo de acompañar y cuidar a su propio hijo hasta el final no sea ignorado".
Este lunes, Donald Trump había escrito en su cuenta de Twitter: "Si podemos ayudar al pequeño Charlie Gard, como nuestros amigos en Reino Unido y el Papa, estaremos felices de hacerlo".
Los padres de Charlie han pasado los últimos días al lado de su hijo, después de que se les permitiera un poco más de tiempo hasta la desconexión del sistema que lo mantiene vivo.
A principios de esta semana, ambos habían dicho que se sentían "decepcionados" por el hospital, que les había negado su último deseo de llevarse al bebé para que "muriera en casa".