¿Cómo Estado Islámico se está transformando ante la pérdida de su territorio?
Algunos aseguran que los días del autodenominado Estado Islámico (EI) están contados.
Tres años después de que el grupo yihadista proclamara su "califato" en Mosul, en el norte de Irak, el gobierno iraquí declaró el domingo que la ciudad había sido liberada.
Se dice también que en Raqa, la autoproclamada capital del califato en el norte de Siria, la ofensiva de las fuerzas apoyadas por Estados Unidos está "a punto" de recuperar el control de la ciudad.
Así, los combatientes islamistas, que una vez llegaron a controlar enormes franjas de territorio en Siria e Irak, han visto una reducción drástica en el número de miembros y se están viendo expulsados de sus fortificaciones.
Parece claro que se acerca el fin del califato.
Pero ¿está también cerca el fin del autodenominado Estado Islámico?
"Desafortunadamente, la respuesta es un rotundo no", afirma el profesor Paul Rogers, del Departamento de Estudios para la Paz de la Universidad de Bradford, Inglaterra, y autor de Irregular War: ISIS and the New Threat from the Margin" ("La guerra irregular: EI y la amenaza desde el margen").
"Hay cada vez más evidencia de que EI se está transformando en una insurgencia de largo plazo en Irak y Siria, y también se está desarrollando como un movimiento de alcance mundial", le dice el experto a BBC Mundo.
Igual que otros especialistas, Rogers advierte sobre el riesgo de apresurarse a declarar la derrota del grupo yihadista.
Primero, porque como ha quedado demostrado en Mosul, una batalla que ha sido mucho más larga y difícil de lo que se esperaba, el grupo ha demostrado su capacidad y resiliencia para cambiar tácticas.
Y también ha dejado en claro sus habilidades para reclutar seguidores y organizar atentados y ataques alrededor del mundo.
Sin territorio
En junio de 2014, EI tomó el control de Mosul. Y en pocas semanas, el grupo ya tenía en su poder un territorio del tamaño de Reino Unido (más de 242.000 km2) a lo ancho de Irak y Siria.
Poco después, Estados Unidos comenzó a dirigir, con ayuda de una coalición internacional, una campaña militar aérea contra posiciones de EI en ambos países y el territorio de los yihadistas se redujo drásticamente.
Pero ahora, tras la "liberación" de Mosul y la inminente recuperación de Raqa, y cuando el califato parece estar a punto de derrumbarse, la pregunta es ¿qué pasará con EI?
Paul Rogers prevé tres escenarios que, dice, ya se están desarrollando.
"EI adquirirá un papel de fuerza guerrillera, tanto en Irak como en Siria, y seguirá esa guerra sin aferrarse a un territorio", le explica el experto a BBC Mundo.
"También seguirá propagando su mensaje alrededor del mundo, y esto ya está teniendo éxitos en el sureste de Asia, como hemos visto en Filipinas, y en el norte de África".
"Y continuará con su objetivo de llevar la guerra hacia el campo enemigo, principalmente Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Alemania y otros", asegura Paul Rogers.
EI publicó un video en internet el 28 de junio en el que niega que haya perdido su califato y asegura que "aun si eso fuera cierto, la pérdida de territorio no significa derrota".
"EI reclamará cada pedazo de tierra que pierda", asegura la declaración, y llama a los seguidores del grupo "a cumplir con su deber" y a "ignorar cualquier nueva iniciativa antiterrorista en sus países de residencia".
Combatientes
Los analistas calculan que en Irak y Siria hay unos 40.000 militantes extranjeros en las filas de EI. ¿Qué pasará con ellos una vez que sea derrotado el califato del grupo yihadista?
"Hay un hecho que puede darse por sentado: sus miles de combatientes no se dispersarán", asegura Ali Soufan, autor de Anatomy of Terror: From the Death of Bin Laden to the Rise of Islamic State ("Anatomía del terror: de la muerte de Bin Laden al surgimiento de Estado Islámico").
"Más bien, igual que generaciones de yihadistas antes que ellos, buscarán un conducto alternativo de violencia" escribe el autor en el periódico The New York Times.
Paul Rogers piensa que muchos de ellos se unirán a otros grupos yihadistas: "Hay una vasta red de grupos paramilitares islamistas a lo largo del sureste de Asia, el Cáucaso y el norte de África".
Algunos de ellos también podrían regresar a sus países de origen, particularmente a Europa occidental.
Y está la posibilidad de que permanezcan en Irak y Siria en la clandestinidad.
Karin Von Hipper, directora general del Royal United Services Institute (RUSI), un centro de estudios en Londres, está de acuerdo.
"Este no es necesariamente el final de EI ni de los yihadistas", le dice la experta a la BBC.
"Pienso que (los yihadistas) se volverán clandestinos y seguirán causando problemas. Y podrán hacerlo porque quedan muchos años de inestabilidad tanto en Irak, donde no hay un gobierno estable, como en Siria, con su guerra civil".
Y sobre las decenas de miles de combatientes de EI, agrega la experta, "los que no sean capturados o muertos en la región, podrían ir a Libia, o a Europa o a Estados Unidos".
"Quedan muchos desafíos y muchas preguntas", dice Von Hipper. "Ciertamente no estamos cerca de ver el fin de Estado Islámico", añade.
Afiliados
Las guerras en Mosul y Raqa contra EI quizás estén llegando a su fin, pero todo parece indicar que le esperan a la región años de inestabilidad.
Ali Soufan cree que uno de los más obvios sucesores de Estado Islámico será su principal red de afiliados con sede en el este de Libia.
"Esta red tiene varios miles de miembros y quizás fueron los que entrenaron a Salman Abedi, el atacante suicida que llevó a cabo la explosión en el Manchester Arena (el pasado 22 de mayo)", afirma Soufan.
Lo más probable, aseguran los expertos, es que Estados Unidos y sus aliados occidentales tengan que continuar su lucha contra el grupo yihadista, quizás ahora en otros lugares.
"A corto plazo, Occidente continuará haciendo lo que ha estado haciendo hasta ahora", le dice a BBC Mundo el experto de la Universidad de Bradford, Paul Rogers.
"Hay indicios de que el gobierno de Donald Trump está incrementando sus esfuerzos militares, y se le está dando a los militares estadounidenses más rienda suelta, comparado con la administración de Obama", agrega.
Pero la estrategia, afirma el experto, no parece haber tenido resultados.
"Estamos casi en el año 17 desde que comenzó la guerra de Estados Unidos en la región y la percepción de inseguridad en Europa occidental no es menor de la que era hace 17 años. Y esto no parece haberse asimilado".
Lo que Occidente ha hecho, explica Rogers, "es controlar las cosas por la fuerza para lograr la estabilidad. Se ha mantenido la tapa en la olla en lugar de reducir la llama".
"Reducir la llama es una tarea enorme porque te enfrentas con problemas sociales masivos y con marginación y esto no sólo se aplica a Medio Oriente y África".
"A menos que en los próximos años adoptemos una actitud distinta en términos de seguridad, las cosas empeorarán", le dice el autor a BBC Mundo.
"Es necesario replantearnos un cambio y comenzar a usar un enfoque diferente. Pero en el actual clima político no es fácil argumentar por estos cambios".