Estados Unidos dio este lunes un paso osado para buscar la caída del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro: anunció sanciones a la petrolera estatal de ese país, PDVSA.
La empresa proporciona ingresos vitales a Venezuela, que según Washington son usados por Maduro y su gobierno con fines corruptos y para mantener el control del país.
"La acción de hoy asegura que ya no puedan saquear los activos del pueblo venezolano", afirmó el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton.
Esto ocurre menos de una semana después que el líder de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, se autoproclamara "presidente encargado" de su país y fuera reconocido por EE.UU., Canadá y las mayores naciones de Sudamérica.
Si el reconocimiento a Guaidó fue una acción sorpresiva del gobierno de Donald Trump, las sanciones a PDVSA suponen una intrépida jugada financiera.
Se trata de una medida que Washington sopesaba desde hace tiempo, pero que hasta ahora había evitado debido al impacto que puede tener en un país que ya sufre una colosal crisis económica y humanitaria.
"Existía la preocupación de que si se apuntaba al sector petrolero, eso podría llevar a un colapso aún mayor de la economía venezolana y un mayor sufrimiento del pueblo venezolano", dijo Mark Feierstein, exdirector de asuntos hemisféricos en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Barack Obama.
"Ahora probablemente existe la sensación de que el régimen de Maduro podría estar contra las cuerdas y que este es el tipo de esfuerzo que podría impulsar y lograr un cambio de régimen", agregó en diálogo con BBC Mundo.
El factor militar
Venezuela envió el año pasado un promedio de unos 500.000 barriles de crudo por día a EE.UU., prácticamente la mitad de lo que el país exporta a todo el mundo.
Aunque esos envíos petroleros a EE.UU. han disminuido a menos de la mitad en los últimos años, todavía generan gran parte del flujo de caja de la empresa petrolera estatal de Venezuela.
Bolton indicó que EE.UU. espera que las medidas bloqueen US$7.000 millones en activos de PDVSA y corte ganancias de US$11.000 millones por exportaciones en el próximo año.
Los analistas coinciden en que esto plantea otra prueba para el apoyo de la cúpula de las Fuerzas Armadas venezolanas a Maduro, ya que los militares controlan la producción de petróleo en el país.
"El actor más importante ahora (en Venezuela) son los militares y en la medida en que puedas ahogar sus recursos, podría haber un incentivo adicional para que ellos también cambien de bando", evaluó Feierstein, que actualmente es asesor sénior del grupo Albright Stonebridge
Maduro, que acusa a Guaidó de intentar un golpe de Estado con el apoyo de Washington, reaccionó rápidamente a las sanciones anunciadas contra PDVSA, calificándolas de "ilegales, unilaterales, inmorales y criminales".
El mandatario aseguró que acudirá a la justicia para revertir la medida, pero evitó ofrecer detalles al respecto.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. indicó que los ingresos de la compra de petróleo venezolano por empresas estadounidenses podrían ser retenidos del gobierno de Maduro y liberados si PDVSA pasa a control de Guaidó.
Citgo, la filial de la petrolera venezolana en EE.UU., podría seguir con sus operaciones si sus ingresos son depositados en un fideicomiso, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Por su parte, Guaidó anunció a través de Twitter el "traspaso" del control de las cuentas financieras de Venezuela a su gobierno y el nombramiento de nuevas juntas directivas de PDVSA y Citgo.
"Un golpe adicional"
Distintos expertos habían anticipado que, si PDVSA deja de recibir dinero por sus ventas a EE.UU., Maduro buscaría cortar esas exportaciones mientras los militares que controlan la empresa sigan respondiendo a él.
Una posibilidad para Maduro sería buscar mercados alternativos.
De hecho, Venezuela ya coloca otra parte de sus exportaciones de crudo en China e India, pero obtiene menos efectivo por eso porque se usan para el repago de deudas asumidas por Caracas, señaló Francisco Monaldi, académico del instituto Baker de la Universidad de Rice, en Houston.
"No es que no puedan exportar los 500.000 barriles a otro lado. Pero va a ser más difícil, más costoso y con menores márgenes (de ganancia).
"Por lo tanto, va a ser un golpe adicional importante para el gobierno (de Maduro) y lo más probable es que lleve a una caída adicional de producción", dijo Monaldi en declaraciones a BBC Mundo la semana pasada.
Pero un cierre del mercado de EE.UU. también puede volver al gobierno de Maduro más dependiente del apoyo de Rusia y China, coinciden los analistas.
"Esto es una gran preocupación", le dijo Christopher Sabatini, profesor de asuntos internacionales en la Universidad de Columbia, Nueva York, a BBC Mundo antes del anuncio de este lunes.
"La implicación sería más poder de China y Rusia en la economía venezolana", agregó.
Algo así significaría un efecto adverso para el gobierno de Trump, que quiere disminuir la influencia china y rusa en América Latina.
Por otro lado, los expertos advierten que las refinerías estadounidenses en la zona de la costa del Golfo de México precisan el petróleo pesado venezolano para mantener sus tasas de producción.
Ese sector con influencia en el Partido Republicano de Trump ha reclamado en los últimos tiempos a la Casa Blanca y al Congreso que eviten cualquier restricción a las importaciones de Venezuela.
Algunos estudios indican que un corte de esas compras de crudo tendría un impacto relativamente menor en el precio de la gasolina en EE.UU. y el gobierno podría minimizarlo si libera petróleo de su reserva estratégica, señaló Monaldi.
Pero agregó que, para esas refinerías diseñadas para procesar petróleo pesado de Venezuela, sería todo un desafío encontrar proveedores alternativos.
"Va a subir el precio del petróleo pesado en relación al liviano", dijo Monaldi.
"Y eso va a llevar a una caída en la rentabilidad de las refinerías, que puede tener algún efecto políticamente, porque son zonas republicanas que le han pedido a Trump que no hiciera eso".