EEUU: por qué la extracción de carbón está "envenenando" a comunidades de Virginia Occidental
Casey (seudónimo) ahora lleva un anillo de bodas de un dólar. La decisión de comprar una banda de plástico azul la tomó después de que su anillo original quedara arruinado por el agua tóxica que ha estado bombeando en su hogar durante más de una década.
"Necesitaba ponerme algo", dice. "Me sentía vacía sin él".
Casey coloca su alianza de boda original, ahora descolorida y corroída, en la palma de la mano. Su piel, especialmente la de las manos, se ha vuelto áspera y dolorosa.
Los grifos de su casa se han desgastado, la lavadora deja de funcionar con frecuencia y el baño y la cocina se han manchado de un color naranja profundo por los contaminantes (hierro, azufre, incluso arsénico) que se han filtrado en el suministro de agua de la vivienda.
Estamos en Appalachia, el corazón de las minas de carbón de Estados Unidos.
Este sitio es el hogar de algunas de las comunidades más pobres y aisladas del país, donde el legado de la minería se puede apreciar a lo largo de sus vastas carreteras, ya sea por las plantas de procesamiento abandonadas o las cicatrices del paisaje.
La casa de Casey, localizada en en el sur de Virginia Occidental, es una pequeña estructura de dos cuartos con un portal de madera.
Vierte un vaso de agua del grifo de la cocina y la deja reposar sobre una mesa. El líquido tiene un olor extraño y una textura pegajosa y en pocos minutos comienza a tornarse naranja oscuro. Una capa de sedimento negro pronto se decanta en el fondo del vaso.
"Esto es con lo que tenemos que lidiar", dice. "No nos bañamos con esta agua y tampoco cocinamos con ella. Nos mancha las uñas, los nudillos y la ropa. Es muy difícil vivir así".
Desde el grifo hasta el paisaje
Casey y su esposo Jack (seudónimo) tienen dos niños pequeños y deben conducir durante más de una hora para abastecerse de agua embotellada para beber y cocinar.
"He estado aquí toda mi vida, pero cuando llegó la mina de carbón fue cuando el agua comenzó a cambiar", dice Jack, quien a pesar de trabajar como minero, cree que la industria es responsable de los problemas de su familia con el agua.
"Creo que si han hecho mal su trabajo, deberían rectificarlo".
En el valle vecino se localiza una mina en la que detonan millones de libras de explosivos en las cimas de las montañas para poder extraer el carbón que yace muy por debajo de la superficie.
Este proceso, que es parte de una operación conocida como remoción de cimas montañosas, ha generado inconformidad no solo de los residentes cercanos.
Los grupos ecologistas también aseguran que las detonaciones devastan el paisaje y contaminan las vías fluviales.
Un área equivalente al tamaño del estado de Delaware ha sido aplanada por este procedimiento, según un estudio. La primera vez que se puso en práctica fue en la década de 1970.
Mientras tanto, otro informe de la Agencia de Protección Ambiental estima que más de 2.000 millas de arroyos (una distancia más larga que el río Mississippi) han quedado enterrados por el exceso de roca y suelo (conocido como sobrecarga) que se genera después de las explosiones.
"Nombre cualquier tipo cáncer y lo encontrará aquí"
En lugares como Virginia Occidental, donde muchas personas dependen de sus propios pozos para obtener agua, en lugar de las cañerías convencionales, cualquier contaminación de los desechos mineros puede tener consecuencias devastadoras.
Estos pozos privados no están regulados, por lo que depende de personas como Casey y Jack determinar si su agua ha sido contaminada.
Sin embargo, la compleja naturaleza de la contaminación del agua significa que muchas personas no son conscientes de lo que está saliendo de sus grifos.
"Cuando arrojas una gran cantidad de sobrecarga en el valle y empiezas a cubrir arroyos, las fuentes de agua terminan mezclándose con el material de desechos", dice el profesor Michael McCawley, un ingeniero ambiental con una vasta experiencia investigando los impactos en la salud de las detonaciones de montañas.
"Es como arrojar basura geológica", explica. "Esto ocasiona un aumento de la concentración de iones ácidos y metales como el arsénico y el níquel en el agua".
Esta contaminación, según sus investigaciones, ha tenido un gran impacto en la salud de las personas cuyo suministro de agua se encuentra en la tierra.
"Esta población está bajo ataque tanto a través del agua como del aire", comenta McCawley. "Lo que encontramos en el agua podría causar inflamaciones en el cuerpo, lo que puede desencadenar muchas otras enfermedades crónicas".
Y agrega: "Los mayores problemas que hemos encontrado son varios tipos de cáncer. Nombre cualquier tipo cáncer y lo encontrará aquí".
Al preguntarle sobre la incidencia de esta patología en su comunidad, Casey revela una lista de personas que viven en las cercanías que han sido diagnosticadas recientemente.
"Oh, Señor, todos lo han estado padeciendo", dice ella. "Da miedo."
El doctor Wesley Lafferty, que reside en el cercano condado de Boone, cree que los desechos mineros están exacerbando una serie de problemas de salud.
"Tenemos síntomas de todo tipo", contó a la organización Human Rights Watch el año pasado. "Erupciones cutáneas, enfermedades respiratorias, dermatitis, enfermedades genéricas de la piel".
"Definitivamente siento que hay un componente ambiental en eso", dijo.
Personas versus compañías
En un valle no muy lejos de la casa de Casey y Jack, y sentado cerca de la misma mina que acusan de estar causando la contaminación del agua, Jason Walker describe muchos de los mismos problemas.
"Mi agua era potable y clara antes de que comenzara la remoción de la cima de la montaña", dice. "Pero luego empeoró. Olía a huevos podridos y el color de mis lavabos, grifos y toda mi ropa, se volvió naranja".
Luego se le hicieron pruebas al agua y se llegó a la conclusión de que era tóxica. Si Walker lava su ropa, por ejemplo, corre el riesgo de que la luz solar directa pueda incendiarla.
Walker ahora cocina con agua embotellada, pero ha estado recolectando el líquido de un arroyo cercano y tratándolo con productos químicos para piscinas, con el fin de abastecer su casa.
El invierno pasado, después de un período intenso de frío, cortó más de 12 centímetros de hielo con su hacha para acceder al agua del arroyo. Pero cuando las tuberías que usaba para acopiarla se congelaron, tuvo que prescindir de ellas.
"Voy a perforar un nuevo pozo por US$4.000 para evitar que vuelva a suceder, aunque no sé qué tan buena será el agua", dice. "Tomé un préstamo contra nuestra propiedad para pagarlo. Es una gran apuesta".
"Mi abuelo era un minero de carbón, mi papá era un minero de carbón, pero si las minas afectan algo, creo que deberían reponerlo", opine.
"Quiero más regulaciones que realmente ayuden a la personas comunes y no a las compañías".
Demandas y divisiones
En una entrevista telefónica con la BBC, un portavoz de la compañía propietaria de la mina situada en el condado de Wyoming dijo que esta operaba bajo las regulaciones estatales y con un permiso válido.
"Nos consideramos muy buenos vecinos y si alguien tiene un problema, lo abordaríamos", dijo el portavoz de CM Energy, que se hizo cargo de la mina en 2017.
Cuando se le presentaron las quejas de los residentes cercanos, el portavoz se negó a asumir la responsabilidad y dijo que la contaminación del agua podría haber sido causada por varios problemas diferentes.
"Si pensáramos que somos responsables, entonces daríamos el paso adelante e intentaríamos hacer algo al respecto", dijo el portavoz. "Si hay algo que nuestra empresa pueda hacer para facilitar el trabajo con los políticos y la comunidad local, entonces participaríamos".
El propietario anterior de la mina, Dynamic Energy, no respondió a una solicitud de comentarios.
Esa compañía está enfrentando una demanda de varios residentes, incluidos Casey y Jack, que buscan una compensación por los costos de lidiar con sus problemas con el agua.
Hace unos años la compañía ganó una demanda similar y Jason, quien formó parte de esa batalla legal, dijo que la derrota dejó a toda la comunidad dividida entre los que apoyaban a la industria del carbón y los que querían ser compensados por los daños.
"Hay una vecina que no quiere unirse a la demanda", dice Jason. "No me habla hace casi 2 años por eso. Tiene miedo de que la demanda provoque la pérdida de empleos".
Casey entiende las preocupaciones de la vecina. "Las minas de carbón son la fuente de ingreso de muchas familias", dice.
"Si no trabajas en ellas, solo queda freír hamburguesas o mudarte de estado para hacer otra cosa".
Sin embargo, para su esposo Jack no fue una decisión difícil unirse a la más reciente acción legal, a pesar de que él trabaja en la industria de la minería de carbón.
"Lo único que realmente me importa es tener agua dulce, como la que había cuando yo crecía en este lugar", dice. "No me interesa el dinero. Solo quiero agua limpia".