Aunque el huracán Irma ya pasó, la salud de millones de personas en las islas del Caribe y en el estado de Florida seguirá estando en riesgo durante las próximas semanas y meses.
Más que los daños directos, el impacto más grave que un fenómeno meteorológico devastador como el huracán Irma tiene para la salud pública está relacionado con los daños a las infraestructuras, que pueden tardar años en ser reparados.
De hecho, ciertas partes de Florida necesitaron 20 años para recuperarse totalmente tras el paso del huracán Andrew, en 1992, según un artículo de UN Dispatch, una agencia de noticias de Naciones Unidas.
Estas son algunas de las consecuencias que puede dejar el huracán Irma:
1. Enfermedades relacionadas con aguas contaminadas como diarrea y fiebre tifoidea
Las aguas causadas por las inundaciones pueden contaminar el agua potable. Aunque las autoridades recomienden hervir el agua antes de su consumo muchas personas no tienen acceso a electricidad para hacerlo ni al abastecimiento de gas, que puede estar restringido por motivos de seguridad.
La falta de agua limpia contribuye a la expansión de enfermedades como la diarrea, que para un adulto saludable con acceso a un baño limpio puede no ser más que un fastidio pero que puede ser "un desastre de higiene" en lugares sin acceso a un retrete y a agua potable, especialmente para la población más vulnerable como los ancianos y los niños más pequeños.
Además, en los lugares donde ya está presente, el agua contaminada puede contribuir a la difusión de la fiebre tifoidea (distinta del tifus) e incluso del cólera.
El artículo de UN Dispatch enfatiza que si estos males no existían en las zonas antes del paso del huracán entonces no tendrían por qué aparecer con la devastación.
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa producida por bacterias del género de la Salmonella, que está presente en algunos países del Caribe, como Cuba, Haití y República Dominicana.
Según la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), "con la interrupción del servicio normal de abastecimiento de agua y eliminación de aguas negras, así como del control sanitario de los alimentos y el agua, puede haber transmisión de la fiebre tifoidea y brotes en gran escala si en una población desplazada hay casos o portadores activos".
2. Envenenamiento por monóxido de carbono
Según el departamento de Salud de Florida en 2005 el envenenamiento por dióxido de carbono causó el 13% de todas las muertes relacionadas con huracanes. Asimismo tras el huracán Sandy en 2012 nueve personas murieron de igual manera, según un informe estatal sobre los efectos para la salud de las tormentas tropicales.
Esto se debe a que mucha gente que no tiene acceso a la electricidad recurre al uso de generadores. Pero si no se utilizan debidamente, en espacios seguros y ventilados, pueden causar incendios, explosiones y envenenamientos por dióxido de carbono.
3. Zika, el dengue, malaria y otras enfermedades transmitidas por mosuitos
Tras el paso de una tormenta o huracán y la recesión de las inundaciones suelen quedar muchos lugares de aguas estancadas, que constituyen hábitats ideales para la proliferación de mosquitos que pueden transmitir enfermedades como el dengue o el zika.
En algunas islas del Caribe afectadas por el huracán Irma existe además riesgo de chikungunya y en la República Dominicana y Haití riesgo de malaria.
4. Alergias y trastornos crónicos por contaminación ambiental
Según el artículo de UN Dispatch, desde el ácido de las baterías de plomo al combustible de los barcos, todo es diseminado por los vientos huracanados y cuando las inundaciones retroceden atrás queda suelo contaminado.
El documento dice que tras el paso del huracán Harvey, el mes pasado, en Estados Unidos más de 40 vertederos con materiales peligrosos para la salud dejaron escapar sustancias contaminantes.
La contaminación no suele causar muertes directas pero sí puede está relacionada con alergias y enfermedades crónicas.
5. Falta de acceso a la sanidad
El mayor impacto para la salud pública tras un devastador huracán como Irma es la falta de acceso a los servicios de salud, asegura el análisis de la agencia de noticias de la ONU.
Los hospitales y centros de salud cuyas infraestructuras están dañadas difícilmente pueden atender a pacientes con cáncer o con ataques al corazón. Asimismo los daños en la red de transporte pueden interrumpir el acceso a medicamentos, y en algunos casos esperar 24 horas puede tener repercusiones graves o incluso ser fatal.