Los partidos independentistas de Cataluña resultaron los ganadores de la jornada electoral para el Parlamento, pero sus posibilidades de formar un gobierno no son claras.
Tras el 99% de los votos contados, los independentistas Esquerra Republicana, Juntos por Cataluña y Candidatura de Unidad Popular alcanzan 74 escaños de los 135 disponibles, cuatro más que en las elecciones pasadas de 2017.
Eso les ppuede permitir gobernar si es que llegan a un acuerdo por encima de las divisiones ideológicas que sostienen.
A nivel individual, el Partido Socialista de Cataluña fue la formación más votada, lo que le asegura 33 escaños, mismos que Esquerra Republicana, que obtuvo unos 50.000 votos menos.
Ante estos resultados, el líder Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, dio por hecho que su partido tendrá la presidencia de la Generalitat (gobierno regional catalán) "por primera vez en 80 años".
"Estamos dispuestos a culminar la república catalana y, para hacerlo, tenderemos la mano a las fuerzas favorables a la construcción de grandes consensos para construir la república", expresó Junqueras.
Pero el candidato del PSC, Salvador Illa, también anunció que se postulará a esa instancia: "El cambio ha llegado a Cataluña para quedarse y la victoria de hoy es un gran paso adelante, pero es solo el primero"
Mientras, el movimiento ultraderechista Vox obtuvo por primera vez diputaciones, 11, al atraer a los votantes de Ciudadanos, que se desplomó a 6 escañosde 36 obtenidos en 2017. El Partido Popular obtuvo solo 3.
El candidato de Vox al gobierno, Ignacio Garriga, se autoproclamó "líder de la oposición" al independentismo y a la izquierda.
El izquierdista En Común Podemos obtuvo 8 diputaciones.
Los dos escenarios más probables son una unión independentista o una coalición de izquierdas, ambos con Esquerra Republicana en común. Se necesitan 69 escaños para formar gobierno.
Ausentismo récord
El ausentismo en las urnas alcanzó una cifra récord (46%), en buena medida por la pandemia de coronavirus.
Los funcionarios de las mesas de votación tuvieron que vestir equipos de protección de cuerpo completo al final del día para permitir el voto a aquellos que dieron positivo al virus.
En 2017, el impulso por la independencia sumió a España en una crisis política considerada como la mayor en 40 años.
El gobierno central de Madrid suspendió la autonomía de la región durante casi siete meses después del intento fallido de independizarse.
En 2019, el Tribunal Supremo de España condenó a nueve políticos y activistas catalanes a penas de cárcel de entre 9 y 13 años por esa campaña separatista.