El partido opositor Nueva Democracia ganó las elecciones generales de Grecia celebradas este domingo.
Con la mayoría de los distritos contados, el primer ministro Alexis Tsipras admitió la derrota ante su rival, Kyriakos Mitsotakis.
El partido de centro-derecha Nueva Democracia obtuvo el 39,8% de los votos en los primeros resultados publicados, en tanto que el partido oficialista de izquierda Syriza estaba en el segundo lugar con 31,6%.
Las proyecciones actuales dan a Nueva Democracia una mayoría absoluta, ya que el ganador recibe 50 escaños adicionales en el Parlamento.
El primer ministro electo dijo a sus partidarios que recibía un mandato de cambio del electorado.
"El país vuelve a levantar la cabeza con orgullo", dijo a la multitud en la capital, Atenas, desde donde prometió que será un mandatario para todos", declaró.
Una vez que la tendencia fue clara, Tsipras informó que había llamado a Mitsotakis para felicitarlo.
"Hoy, con la cabeza en alto, aceptamos el veredicto de la gente. Para llevar a Grecia a donde está hoy, tuvimos que tomar decisiones difíciles con un alto costo político", señaló el primer ministro a la prensa.
La participación en las elecciones fue de alrededor del 57%, una de las cifras más bajas en décadas.
La votación técnicamente es obligatoria en el país, sin embargo la norma no siempre se hace cumplir.
Ha habido media docena de elecciones en los últimos años y en la de este domingo muchos residentes se fueron a las playas o se quedaron en sus hogares dadas las temperaturas de 35° C o más.
Los resultados también mostraron que el partido Amanecer Dorado, de extrema derecha y tendencia neonazi, se quedará por debajo del mínimo del 3% necesario para ingresar al Parlamento.
El nacionalista Solución Griega, que tiene simpatía por Rusia, y el izquierdista MeRA25 sí podrían superar ese umbral electoral, según las proyecciones.
El Movimiento para el Cambio de centro-izquierda tenía el 7,9%, seguido por el Partido Comunista con un 5,4%.
Demasiadas promesas: Mark Lowen, BBC News en Atenas
En 2015 Alexis Tsipras parecía la figura del cambio.
En sus mítines, el populista de izquierda prometió romper el programa de rescate de Grecia y acabar con la austeridad. No tenía otra opción que hacer demasiadas promesas.
Bajo la presión de la Unión Europea, los controles de capital en sus bancos y con la amenaza de una salida del bloque, un "Grexit", se vio forzado a realizar un cambio de sentido que fue humillante.
Firmó un tercer rescate económico por casi US$100.000 millones y aplicó más austeridad. Su base de apoyo, entonces, comenzó a disminuir.
Con la era Mitsotakis comenzando, uno de los líderes izquierdistas más emblemáticos de Europa de los últimos cuatro años sale del escenario.
Pero se reagrupará en la oposición y esperará entre bastidores para aprovechar cualquier paso en falso del nuevo líder de Grecia.