Una innovación rusa en la guerra con blindados ha empujado a Noruega a reemplazar muchos de sus actuales sistemas antitanque.
Rusia está incorporando a su nuevo tanque Armata T-14 unos sistemas activos de protección (APS, por sus siglas en inglés), que suponen un problema para una generación entera de armas antitanque, incluido el misil guiado Javelin suministrado por Estados Unidos y que utiliza el ejército noruego.
La advertencia proviene del brigadier Ben Barry, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con base en Londres.
El experto asegura que este es un problema que la mayor parte de los países de la OTAN solo están empezando a combatir.
El APS amenaza con hacer mucho menos efectivas las actuales armas antitanque, y hay muy poca discusión sobre esto entre los ejércitos occidentales, asegura.
Algunos países están llevando a cabo investigaciones y pruebas para equipar sus propios tanques con APS. "Pero parece que no están entendiendo las implicaciones incómodas que esto tiene para sus propias capacidades antitanque", dice Ben Barry.
Noruega es uno de los primeros países de la OTAN que se ha decidido a enfrentar la situación. Su último plan de adquisición de material de defensa planea invertir entre 200 y 350 millones de coronas (entre US$24 y US$42 millones) en reemplazar sus misiles Javelin para "mantener la capacidad de luchar contra vehículos armados pesados".
"Hay necesidad de un misil antitanque", dice Ben Barry, "que pueda penetrar los sistemas APS".
- El enemigo lanza un ataque contra el tanque
- Los sensores detectan una amenaza
- El radar de rastreo calcula el punto de impacto
- El Sistema Activo de Protección lanza un contraataque
- El contraataque destruye el objetivo
El APS es el último giro en la antigua batalla entre la tecnología militar ofensiva y defensiva.
En distintos periodos, un bando se ha adelantado al otro. El caballero armado fue el líder supremo en un momento, pero el amplio uso posterior de armas de fuego puso fin a su dominio.
Desde la Segunda Guerra Mundial, el tanque ha sido el rey supremo del campo de batalla.
Es, obviamente, vulnerable a las principales armas de otros tanques. Si tienes un escudo lo suficientemente pesado y un arma disparando a una velocidad lo suficientemente elevada, puedes atravesar incluso el mejor blindado.
Pero los tanques son también vulnerables a otros sistemas de armamento y es para esto que ha sido diseñado el APS.
Un nuevo enfoque
Desde la Segunda Guerra Mundial, ha aparecido una nueva categoría de armas antitanque más ligeras y transportables por el hombre.
Dado que son transportadas por la infantería, no dependen de la velocidad y la masa para atravesar el blindaje del tanque, sino de una reacción química.
Estas cabezas explosivas impactan en el blindaje externo y su centro metálico se transforma en un chorro de metal fundido capaz de penetrarlo.
Los diseñadores de tanques han intentado contrarrestar todo esto de muchas formas, con paneles reactivos que explotan hacia afuera cuando reciben un impacto, o proporcionando capas adicionales de blindaje espaciado que hacen detonar a los proyectiles lejos del propio tanque.
El APS adopta un nuevo enfoque. Es, esencialmente, un sistema antimisiles para tanques, con radares capaces de rastrear el misil antitanque del enemigo, y proyectiles que se lanzan para dañarlo o destruirlo.
Israel es uno de los líderes en este campo, y sus tanques Merkava utilizaron el sistema de protección activa con relativo éxito durante la última ofensiva en Gaza.
Su sistema, denominado Trophy (trofeo), está siendo evaluado por Estados Unidos.
Reino Unido también está analizando esta tecnología y Holanda ha decidido recientemente equipar sus vehículos de combate de infantería con otro sistema desarrollado por Israel.
Este equipamiento de vehículos armados con el sistema de protección activa tiene como objetivo contrarrestar distintas armas existentes, desde el ubicuo RPG ruso-chino (una granada propulsada por misiles) hasta armamento antitanque guiado mucho más sofisticado como el Kornet ruso.
Pero el brigadier Barry, del IISS, señala que la tecnología APS rusa supone un cuestionamiento también de muchas de las defensas antitanque que actualmente tiene la OTAN. Noruega está actuando, y otros países de la organización tendrán que hacer lo mismo.