"¿Dónde está mi marido?": agonía tras la desaparición de familiares en Presa de Brumadinho
Desde el sábado, decenas de personas se encuentran en la Estación de Información de la compañía minera Vale en la ciudad de Brumadinho, en el estado de Minas Gerais, Brasil, en busca de información sobre sus familiares desaparecidos tras la ruptura de la represa Córrego do Feijão el viernes.
La ruptura de la represa de Vale desencadenó un alud de aguas residuales que dejó hasta el momento un saldo de al menos 37 muertos y más de 400 desaparecidos.
Y, este domingo, una alarma que advertía la ruptura inminente de otra represa cerca de Brumandinho obligó a detener la búsqueda de sobrevivientes y a evacuar a las comunidades cercanas.
Lo que los familiares de los desaparecidos encontraron al llegar al centro de información fue una larga espera acompañada de llantos y abrazos de solidaridad.
No hallaron, en cambio, respuestas a sus preguntas: ¿En qué lista está la persona que busco? ¿En la de personas encontradas? ¿En la de desaparecidas? ¿O muertas?
Retrasos y desesperación
En la mañana del sábado, la empresa divulgó una lista de las personas desaparecidas con la promesa de actualizarla a las 12:00 horas del mediodía. La información llegó con una hora y media de retraso.
Para desesperación de quienes buscaban a alguien, las piezas de información no siempre coincidían.
En el sitio había distintas ventanillas a donde los familiares podían ir a dejar información sobre la persona a quien estaban buscando y un número de contacto.
La familia de Rangel do Carmo Januário, un funcionario administrativo de Vale de 23 años, estaba allí desde la noche del viernes.
"Decían que la lista iba a salir a las 21:00 horas del viernes. No salió. Terminamos durmiendo aquí, en un colchón que nos dio la empresa", dice Alexia Jennifer, cuñada de Rangel.
El área en la que trabajaba Rangel fue una de las más afectadas por el alud.
Información contradictoria
Finamente, el sábado por la mañana circuló la primera lista en papel.
La familia vio que allí figuraban las personas encontradas, tanto es así que ver el nombre de Rangel allí resultó un alivio.
Pero, horas después, al presentarse ante una de las ventanillas del centro, la madre de Rangel, Sirlene do Carmo Januário, de 43 años, escuchó que eso no era verdad. Su hijo estaba entre los desaparecidos.
"Estoy aquí desde el mediodía de ayer cuando se rompió la represa y hasta ahora no sé qué le pasó a Rangel. No hice otra cosa. Dormí aquí toda la noche esperando noticias", dice.
"Primero me dijeron que estaba en la lista de los rescatados. Ahora veo otra lista en la que dice que está entre los desaparecidos".
"Quiero saber la verdad. Hay un gran descuido con todo el mundo aquí, no sólo conmigo", le dijo a Sirlene a Amanda Rossi, enviada especial de BBC Brasil a Brumadinho.
"La principal queja que estamos escuchando de las familias es la discordancia de la información. El caso de Sirlene no es el único. Son muchas personas que están pasando por lo mismo", señaló la defensora pública Erika Almedia Gomes, quien viajó hasta aquí desde Belo Horizonte.
En un primer momento, el objetivo de la Defensoría era recibir a las familias. Pero su tarea principal ahora es reunir información para organizar un juicio colectivo contra Vale.
La empresa dijo que no hará comentarios en torno a las críticas de los familiares de las víctimas y añadió que estos deben referirse a las listas oficiales publicadas en sus sitio.
"Por lo menos que encuentren su cuerpo"
En medio del intenso calor, los voluntarios recorrían el centro distribuyendo vasos de agua, mientras que una unidad móvil de bomberos asistía a las personas que se encontraban mal.
A las 12:00 horas, momento para el que estaba prevista la divulgación de una nueva lista, una mujer joven comenzó a gritar desesperada frente a las mesas de atención al público: "¡Quiero saber de mi marido! ¿Dónde está mi marido?".
Más tarde, las personas reunidas allí hicieron un momento de silencio y formaron una ronda en el patio central para rezar.
Fernanda Alves de Olivera, de 30 años, se apoyaba en su padre, quien la sostenía entre sus manos. Ella esperaba noticias de su marido Alex Rafael Piedade, de 36 años, que trabajaba en Vale como electromecánico.
"Solo dicen que las listas ya van a salir. Pero hasta ahora, su nombre no está está en ninguna".
El padre de Fernanda, Joao Martins de Oliveira, dice que la familia se enteró de la tragedia por WhatsApp. "La gente lo subió por WhatsApp. Hasta ese momento, nadie de la empresa nos había comunicado nada".
"Ni siquiera nos llamaron", corrige Fernanda. "Alex trabajó en Vale por diez años. La compañía tenía toda la información de la familia".
Alex y Fernanda tienen dos niños, uno de 10 años y otro de 2.
"El mayor percibió el movimiento y vio las noticias. Él está esperando ansioso. Me dijo: 'Papá está vivo. Él está salvando a todo el mundo. Él es muy fuerte", cuenta Fernanda.
Una tía de Fernanda no cree que se pueda encontrar a Alex con vida. "Me parece difícil, pero por lo menos que encuentren su cuerpo. Si no se sabe dónde está, es mucho más difícil", dice.
Malas noticias
Además de la presencia de la Defensoría, en el sitio se encontraban bomberos, la Cruz Roja, Defensa Civil y los servicios sociales de la municipalidad de Brumadinho.
Todos estaban vestidos con ropas especiales para facilitar su identificación.
Había muy pocos representantes de la empresa minera Vale. Un portavoz de la firma dijo, sin embargo, que decenas de miembros de la compañía estaban allí, pero no vestían uniformes.
Tras la larga espera, relata la enviada de BBC Brasil, un hombre anunció que en breve se compartirían las listas. Eran tres: una de quienes fueron hallados con vida, otras de quienes no pudieron ser contactados y otras de las familias rescatadas y enviadas a un hotel.
Un poco más tarde, las familias pudieron acercarse a las ventanillas para ver los nombres.
Hubo conmoción y hasta desmayos.
Entre aquellos con los que no se pudo establecer contacto estaba el primo de Galuicenia Golçalves, también empleado de Vale.
"Estuvimos viajando para aquí toda la noche. La mujer de mi primo, Amanda, no podía quedarse en casa. Ella cree que aquí va a conseguir algo más. Pero aquí hay solamente expectativas. Uno está peor que cuando llegó". dice.
Hacia las 3 de la tarde, una lluvia intensa comenzó a caer en Brumadinho, haciendo menos agobiante el calor en el centro de información.
Por el megáfono, una voz promete nuevamente que se publicará otra lista. Es un situación angustiante y agotadora que se repite.
Y las familias, otra vez, vuelven a formar fila en las ventanillas de atención.