En menos de una generación, más de 1.100 millones de personas fueron "sacadas de la pobreza", según el Banco Mundial.
Sin duda alguna, es una de las historias más exitosas de prosperidad en el mundo en este siglo.
Entre 1990 y 2015, el número de personas en el mundo que viven bajo la línea internacional de pobreza (menos de US$1,90 por día) disminuyó de 1.900 millones a 735 millones.
Eso significa que la proporción de la población considerada pobre, según esa definición, bajó del 36% al 10% en el mismo periodo.
Pero la historia de la lucha contra la pobreza no es uniforme. El economista que ideó la línea de pobreza le dijo a la BBC que las políticas de desarrollo actuales "no están llegando a los más pobres de manera suficiente".
Martin Ravallion, ex director de investigación y vicepresidente del Banco Mundial, dijo que "la creciente desigualdad es el mayor desafío que enfrentamos en términos de progreso contra la pobreza y progreso social en el sentido más amplio".
"Dos velocidades"
Según el Banco Mundial, la falta de crecimiento inclusivo, la desaceleración económica y, más recientemente, los conflictos en el mundo han obstaculizado el progreso en algunos países.
Mientras que en China e India, un total de 1.000 millones de personas ya no se clasifican como pobres, el número de personas en extrema pobreza en África subsahariana es mayor que hace 25 años.
"En la última década, hemos visto un mundo que se mueve a dos velocidades", dice Carolina Sánchez-Páramo, directora global de Prácticas Mundiales sobre Pobreza e Igualdad del Banco Mundial.
Esto se debe una combinación de cuatro factores, le dice a la BBC.
1. Distintas velocidades de crecimiento económico
"A grandes rasgos, el crecimiento ha sido menor en África subsahariana y América Latina que en Asia durante este período. Y si combinamos eso con un rápido crecimiento demográfico en muchos países, impulsado por las altas tasas de fertilidad, lo que obtenemos es aún menos crecimiento per cápita ", dice.
"Cuando los países no están creciendo, es muy difícil avanzar en la reducción de la pobreza, porque cualquier progreso tendría que venir de una redistribución bastante fuerte, lo que es muy difícil de hacer".
2. Crecimiento inclusivo
Pero aunque el crecimiento económico sostenido es una "condición necesaria" para la reducción de la pobreza, "no es el único factor", dice el director del Banco Mundial.
En muchos países, el crecimiento no ha sido "suficientemente inclusivo", debido a la naturaleza de las industrias que requieren grandes inversiones de capital, que generan relativamente menos empleo, por ejemplo, en África subsahariana.
Sánchez-Páramo apunta: "El trabajo es la principal fuente de ingresos para los pobres. Por lo tanto, si no hay más oportunidades para los trabajadores, es poco probable que veamos una reducción de la pobreza".
3. Acceso a infraestructura
Las economías prosperan cuando las personas no solo tienen ingresos en efectivo, sino también acceso a la educación, al financiamiento y una buena infraestructura.
Si esas condiciones no se cumplen, "eso también mina el crecimiento inclusivo", dice.
En Malasia y en todo el sur y este de Asia, por ejemplo, "al menos varios de estos factores se produjeron al mismo tiempo", agrega.
Según los estándares internacionales, la pobreza en Malasia ha sido cero desde 2013. Pero no para los estándares del país.
Por el contrario, en Brasil, que tiene un exitoso programa de transferencia monetaria, la pobreza disminuyó del 21,6% en 1990 al 2,8% en 2014. Pero después se elevó y alcanzó el 4,8% en 2017, afectando a 10 millones de personas.
4. Conflicto
En los últimos años el conflicto político y violento ha borrado de un plumazo el progreso alcanzado en el pasado en algunos países.
"Al mismo tiempo, la pobreza se está concentrando en países frágiles y afectados por conflictos, porque algunos de los otros países realmente han logrado progresar", dice Sánchez-Páramo.
En 2015, la mitad de los pobres del mundo se concentraban en cinco países: India, Nigeria, República Democrática del Congo, Etiopía y Bangladesh.
Y los pronósticos recientes sugieren que Nigeria ha superado, o está a punto de superar, a India como el país con mayor número de personas que viven en la pobreza, ambas naciones con poco menos de 100 millones de pobres.
Para 2030, a pesar de que muchas economías africanas han avanzado en la lucha contra la pobreza, casi 9 de cada 10 personas que viven con US$1,90 por día o menos estarán en África subsahariana.
Llegar a los más pobres
Erradicar la pobreza para 2030 es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, pero su propio informe de julio indica que para ese plazo todavía el 6% de la población mundial vivirá bajo la línea de pobreza.
El Banco Mundial tiene un objetivo más modesto: reducir los niveles de pobreza por debajo del 3% de la población. Sin embargo, dada la situación actual, es probable que tampoco se alcance.
Ravallion dice que las políticas de desarrollo en la actualidad "están funcionando bien para las personas que son pobres, pero no tan pobres".
"A los más pobres simplemente no les llegan [las políticas] lo suficientemente bien".
"Si retrocediéramos 200 años en el tiempo, veríamos que el mundo rico de hoy era tan pobre como África hoy".
"La forma en que escaparon de la pobreza fue alcanzando a los más pobres de manera lenta pero más efectiva. Eso es algo opuesto al mundo en desarrollo hoy en día".
Los países ricos desarrollaron la capacidad y las políticas para cumplir con las disposiciones universales de los servicios sociales, como la educación y la salud.
"Ahí es donde el mundo en desarrollo se está quedando atrás. Está mejorando al reducir el número de pobres, pero es menos efectivo para alcanzar a los más pobres", dice Ravallion.
El desafío de la desigualdad
Ravallion señala que US$1,90 por día es "una línea de pobreza muy frugal" destinada a monitorear el progreso entre los más pobres de las sociedades.
Pero, a medida que los países de bajos ingresos se vuelven más ricos y pasan a la categoría de ingresos medios, la creciente desigualdad dificulta que los más pobres abandonen el fondo de los nuevos niveles de ingresos.
"Estamos viendo un descenso del número de personas que son pobres por estándares absolutos [US$1,90 por día o menos], pero un número creciente de personas que son pobres en base a los estándares del país en el que viven", afirma.
"Así que la creciente desigualdad es el mayor desafío que tenemos por delante, en términos de progreso, contra la pobreza y [para alcanzar] mayor progreso social".
Sánchez-Paramos, por su parte, subraya que la desigualdad no solo se refiere a los ingresos, "sino, más importante aún, a la igualdad de oportunidades: igualar el terreno para que seas pobre o no, puedas beneficiarte de nuevos trabajos y nuevas inversiones".
"En realidad, creemos que esta desigualdad de oportunidades es lo más dañino en cuanto a la reducción de la pobreza".
*Para este reportaje, colaboró con Fernando Duarte.