Unos buscadores de diamantes en Botsuana se llevaron una decepción hace tres décadas al extraer una de esas piedras preciosas de color verdoso con manchas oscuras en su interior.
No le encontraron mucho valor y terminaron vendiéndosela a un mineralogista en Estados Unidos, donde ha estado conservada desde 1987.
Su análisis quedó en suspenso hasta que un equipo de expertos finalmente desentrañó algo sorprendente, como exponen en un estudio publicado la semana pasada en la revista Science.
El tesoro no era el diamante en sí, sino las "manchas" en su interior que lo hacían imperfecto: contenía davemaoita.
Se trata de un mineral nunca antes visto directamente por los científicos, pues su existencia solo se da en sitios con alta presión como las profundidades de la Tierra.
Pero al estar en el interior de un diamante, se preservó y vio la luz en la superficie.
Encontrar ese mineral "nos dicen mucho sobre la evolución de la Tierra", le contó a la BBC el geólogo Oliver Tschauner, quien lideró el estudio por parte de la Universidad de Nevada en Las Vegas.
Un hallazgo inesperado
La davemaoita es un mineral que fue nombrado en honor al geólogo chino Ho-Kwang "Dave" Mao pero que técnicamente se llama perovskita de silicato de calcio.
Hasta ahora los científicos solo lo habían podido replicar de manera sintética en los laboratorios, porque su formación se da a muy alta presión y temperatura.
Si el mineral es puesto bajo otras condiciones de menor presión, se desintegra, por lo que los científicos pensaban que nunca podrían verlo ni tener una muestra.
Pero al quedar insertado en un diamante, el cuál es el producto de presiones inmensas sobre el carbón, pudieron observarlo, aunque solo fuera durante un instante.
Con un análisis de rayos X y espectroscopía de masas, Tschauner y sus colegas lo detectaron en la piedra verdosa extraída en la década de 1980 en Botsuana.
Tschauner señala que la piedra probablemente se formó a unos 660 km bajo la superficie terrestre, con una presión 1.000 veces mayor que la de la atmósfera en la superficie.
Un segundo de vida
La davemaoita es solo una pequeña fracción de lo que hay en el manto inferior de la Tierra, "probablemente solo del 5% al 7%", según los expertos, pero es clave.
Al entrar en contacto con elementos como el uranio y el torio, es parte del proceso de desintegración radioactiva que produce el calor del planeta a grandes profundidades.
"Este mismo acto de descomposición constituye aproximadamente de un cuarto a un tercio del calor interno de la Tierra, por lo que es realmente importante saberlo", dice Tschauner.
Al romper el diamante que la encapsulaba, los científicos solo tuvieron literalmente solo un segundo para analizar la davemaoita, pues después de eso se convirtió en cristal.
Sin embargo, los datos que obtuvieron en el proceso permiten a los científicos entender un poco más sobre la composición y procesos subterráneos del planeta, así como la formación de minerales en esos ambientes (y en los meteoritos).
"Para los joyeros y compradores de diamantes, el tamaño, el color y la claridad son importantes y las inclusiones, esas manchas negras que molestan al joyero, para nosotros son un regalo", dijo Tschauner al dar a conocer este asombroso hallazgo.