Crisis en Venezuela: cómo el oro se convirtió en el último recurso de Nicolás Maduro
La presión de las sanciones económicas de Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro amenaza con extenderse más allá de las fronteras de Venezuela.
Tras las drásticas medidas anunciadas por Washington contra PDVSA, la petrolera estatal venezolana que proporciona ingresos vitales al país sudamericano, el punto de mira de EE.UU. se centra también en quienes continúan realizando operaciones comerciales con Caracas.
Washington teme que estos países puedan estar ayudando a Maduro a esquivar la gran presión a la que quieren someterlo para que abandone el poder,después de que el líder opositor Juan Guaidó se juramentara como "presidente encargado" el pasado 23 de enero y que el mandatario venezolano lo calificara de "intento de golpe de Estado".
Consciente del fuerte revés que le supondrá la caída de su actividad petrolera, el gobierno de Maduro está recurriendo a otro sector que muchos analistas consideran que puede ser una de las últimas alternativas para conseguir liquidez e intentar salvar la economía del país: la venta de oro.
Pero EE.UU. y otros países occidentales, que vigilan este movimiento estratégico de cerca, ya advirtieron de posibles consecuencias a países que compran este mineral a Venezuela, como es el caso de Turquía o Emiratos Árabes Unidos.
Turquía, el mayor comprador en 2018
El gobierno turco es uno de los que está recibiendo cada vez mayores presiones para que deje de comprar oro venezolano.
Según fuentes consultadas por la BBC, Ankara es ahora una de las principales preocupaciones entre los países que comercian con Caracas al sospechar que el oro exportado a Turquía termina en poder de Irán, lo que violaría las sanciones de EE.UU.
El comercio de oro de Venezuela con Turquía es un negocio en alza. El año pasado, el país sudamericano exportó oro por valor de unos US$900 millones a Turquía, aparentemente para ser refinado allí y devuelto a Venezuela.
Por ello, según pudo saber la BBC, el gobierno turco ha recibido advertencias sobre la posible violación de sanciones en la que estaría participando.
De hecho, los gobiernos occidentales creen que la intensa actividad comercial de Turquía es en la actualidad una mayor amenaza que la que también mantienen con Caracas otros países como Rusia o Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Russ Dallen, socio gerente del banco de inversión Caracas Capital, asegura que en los últimos dos años el gobierno de Maduro exportó oro valorado en más de US$2.000 millones (US$1.100 millones a Emiratos Árabes Unidos en 2017), si bien el año pasado fue Turquía el mayor comprador.
Por ello, en conversación con BBC Mundo, el experto califica de "inusual" que, según cifras oficiales facilitadas por Ankara, Turquía no comprara oro venezolano el pasado mes de diciembre pese a los recientes viajes oficiales de funcionarios entre uno y otro país que dieron fe de su buena sintonía.
Las relaciones políticas entre Turquía y Venezuela pasan por un óptima momento especialmente desde 2016, con cuatro visitas a Turquía por parte de Maduro y una recíproca a Venezuela por parte de su homólogo Recep Tayyip Erdogan el pasado diciembre, la primera al país de un jefe de estado turco.
El vicepresidente venezolano de Economía, Tareck El Aissami, visitó una refinería de oro en Çorum, cerca de Ankara, el mes pasado.
EAU "se abstendrá" de hacer más transacciones
La agencia Reuters publicó que el Banco Central de Venezuela (BCV) esperaba vender este viernes 15 toneladas de oro a EAU a cambio de euros en efectivo para financiar sus importaciones, citando una fuente del gobierno.
Esta transacción, junto a otra venta de tres toneladas realizada a finales de enero y una tercera prevista para febrero, supondrían un total de 29 toneladas de oro vendidas a EAU en solo dos meses, lo que dejaría en mínimos de ocho décadas las reservas internacionales de oro de Venezuela.
Reuters también informó de las advertencias que EE.UU. ha realizado a banqueros y empresas globales para que eviten negociar ventas de oro con el gobierno de Maduro.
De hecho, el senador estadounidense Marco Rubio advirtió este jueves a la embajada de EAU en EE.UU. que tenía informaciones de que un trabajador de la firma de inversión de Abu Dabi Noor Capital se encontraba en Caracas para "arreglar el robo de más oro de Venezuela".
"Espero que les haya informado que ellos y cualquier servicio de flete aéreo que haga esto estarán sujetos a sanciones", apuntó Rubio.
https://twitter.com/marcorubio/status/1091036721943404545
En los últimos días, la presencia de varios aviones extranjeros en Caracas despertó los rumores sobre si su propósito era llevarse oro comprado en Venezuela.
Entre ellos, medios destacaron la presencia de un avión privado del grupo Ciner -una importante empresa minera turca con estrechos vínculos con el presidente Erdogan- u otro de procedencia rusa y perteneciente a la compañía Nordwind que llegó a la capital venezolana el miércoles.
El parlamentario opositor venezolano, José Guerra, aseguró que el objetivo del avión ruso (que realizó una parada en Dubai tras salir de Moscú) era transportar al menos 20 toneladas de oro fuera del país, según varios medios a EAU.
Finalmente, el avión abandonó Caracas este viernes y, el mismo día, Noor Capital confirmó que efectivamente había comprado tres toneladas de oro a Venezuela el 21 de enero, días antes de que EE.UU. impusiera las sanciones.
Y aunque la empresa recordó que la adquisición de lingotes al país sudamericano no es una "operación ilegal o prohibida", señaló que se abstendrá de realizar más transacciones hasta que la situación en Venezuela se estabilice, en lo que parece una cesión ante la creciente presión internacional.
El bloqueo de este envío tuvo lugar apenas una semana después de que el Banco de Inglaterra negara la solicitud del ejecutivo de Maduro de retirar US$1,200 millones en oro almacenados en Londres, lo que continúa reduciendo sus posibilidades de financiamiento internacional.
No sólo petróleo
Análisis de Daniel García Marco, enviado especial de BBC Mundo a Venezuela
En los últimos años, con la agudización de la crisis económica en Venezuela y la caída de la producción de petróleo, el gobierno de Nicolás Maduro empezó a prestar atención a otro mineral que estaba más olvidado: el oro.
En este momento, en el que además Estados Unidos refuerza las sanciones con el cerco a la petrolera estatal PDVSA, el oro pasa de ser una alternativa a una solución de urgencia.
De ahí el interés gubernamental en las minas del sureste, una vasta zona que se extiende hasta la frontera con Guyana al este y con la de Brasil al sur, y en la que además del oro también abundan el hierro, la bauxita, los diamantes y el coltán.
Es una zona estratégica para el gobierno, que busca explotar junto a empresas extranjeras el llamado Arco Minero del Orinoco (AMO), el proyecto de extracción que puede compensar el desplome de la industria petrolera.
En febrero de 2016, el presidente Nicolás Maduro decretó el AMO como zona de desarrollo estratégico nacional, un plan que ya había adelantado el fallecido Hugo Chávez en 2011.
Países como Rusia y China han ampliado su presencia en empresas mixtas de extracción con participación del gobierno.
El AMO comprende 111.846 kilómetros cuadrados, un 12% de la superficie del país, y se calcula que cuenta con unas 7.000 toneladas de reservas de oro.
Aunque el Banco Central de Venezuela (BCV) ha recibido cada vez más toneladas de oro del AMO, sus reservas cayeron de 361 toneladas en 2014 a 162 en la actualidad, según las estimaciones del año pasado del Consejo Mundial del Oro.
Sin duda, la venta de oro por parte del BCV ha sido una de las formas de mantener a flote el país.
Y lo será más en el actual contexto.
Reservas de oro frente a petróleo
EE.UU. considera que los ingresos de Venezuela provenientes del comercio exterior, basados mayoritariamente en la venta de petróleo, son usados por Maduro y su gobierno con fines corruptos y para mantener el control del país.
"La acción de hoy asegura que ya no puedan saquear los activos del pueblo venezolano", afirmó el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, cuando anunció las recientes sanciones contra PDVSA.
Bolton indicó que espera que las medidas bloqueen US$7.000 millones en activos de PDVSA y corte ganancias de US$11.000 millones por exportaciones en el próximo año.
Ante esta situación, Russ Dallen de Caracas Capital considera lógico el interés de Venezuela por vender oro para conseguir efectivo, intentos que parecen haberse multiplicado esta semana aunque varios hayan acabado siendo bloqueados.
"No sabemos los propósitos de Maduro con el dinero que recibe de esas operaciones financieras. No hay ninguna transparencia, así que ¿por qué las iban a autorizar desde los países?", le dice a BBC Mundo.
El experto subraya que, en caso de que se diera un cambio de gobierno, el oro que quede en posesión del BCV sería vital para estabilizar su economía. "Creo que es absolutamente correcto intentar preservar esos recursos para ayudar al pueblo venezolano".
E incluso si los depósitos quedaran vacíos, Dallen recuerda las enormes reservas subterráneas de petróleo, oro y gas natural con las que sigue contando el país.
"Venezuela tiene la mayoría de su riqueza bajo tierra, así que tiene la capacidad de recuperarse, de pagar todos los créditos y hacer ricos de nuevo a sus ciudadanos", concluye.