Crisis en Haití: el país donde la policía ataca y se bate a fuego abierto con el ejército
Haití vive otra vez jornadas de caos, violencia e incertidumbre.
Desde inicios de semana enfrentamientos entre policías y militares paralizaron la capital y llevaron incluso al gobierno a cancelar los populares carnavales "para evitar un baño de sangre".
Todo comenzó el pasado domingo, cuando grupos policiales que exigen mejoras laborales y de salarios atacaron el cuartel general del ejército en Puerto Príncipe, con un saldo de dos muertos.
El gobierno del presidente Jovenel Moïse calificó el ataque como "un intento de golpe de Estado" y las fuerzas armadas lo definieron como una "situación de guerra".
El lunes se reportaron nuevos enfrentamientos y barricadas en la capital, mientras este martes muchas calles continuaron bloqueadas y los negocios cerrados, de acuerdo con medios locales.
Otra vez, contra el presidente
La víspera, los manifestantes lanzaron ladrillos, quemaron llantas y volcaron carritos de helados en las calles que conducen a la casa del presidente, cuya renuncia exigen.
"Estamos bajo fuego por armas de todo tipo, rifles automáticos, bombas de gasolina, gases lacrimógenos", contó a medios locales el general del ejército Jodel Lesage.
El gobierno, por su parte, consideró que la crisis que vive el país es "un ataque contra la libertad y la democracia".
El ataque sucede tras semanas de protestas de agentes de la policía, que también piden que se les permita formar un sindicato, que, en su criterio, les garantizará una mayor transparencia cuando realicen negociaciones con sus superiores.
El presidente Moïse anunció la semana pasada la creación de un fondo financiero para familiares de agentes que fueron asesinados en el cumplimiento de su deber, pero la medida no logró calmar a los descontentos.
Estas no son las primeras protestas que enfrenta Moïse.
El año pasado, los haitianos salieron a las calles a manifestarse por la crisis económica que vive el país, de la que responsabilizan al gobierno.
Moïse, que asumió el poder en 2017, se ha negado a renunciar y asegura que no dejará el país en "manos de pandillas armadas y narcotraficantes".