La vacunación para el COVID-19 ha generado un fenómeno que varios estados de EE.UU. han visto como una amenaza: el "turismo de vacunas".
Florida, California, Nueva York y Texas son algunos de los estados que han comenzado a tomar medidas para evitar que viajeros, ya sea de otros partes del país o extranjeros, consigan las limitadas dosis de inmunización.
En ciudades como Miami, la popular ciudad del sur de Florida, se han dado casos mediáticos.
Uno es el del conductor televisivo Juan José Origel, de 73 años, quien compartió una foto del momento en el que recibía una vacuna contra el COVID-19 en esa ciudad.
"Qué tristeza que mi país no me brindó esa seguridad", escribió en su cuenta de Twitter, refiriéndose a que en México ha sido limitada la oferta de vacunación para la población general.
En cambio, Florida amplió el rango de edad de los adultos mayores que pueden recibir la dosis a personas mayores de 65 años.
Similar a Origel, un par de personalidades de la televisión argentinas, Yanina Latorre y Ana Rosenfeld, compartieron en redes sociales su experiencia de vacunación en Florida, donde estaban como turistas.
"Yo siempre quise darme la vacuna. Si hubiera tenido la posibilidad de hacerlo en la Argentina, lo hubiera hecho, pero las primeras llegaron para el personal esencial y esta oportunidad surgió porque estoy acá", dijo Rosenfeld al programa argentino Teleshow a principios de enero.
"No te exigen que seas residente, vacunan gratis a cualquiera que tenga más de 65 años", añadió.
Pero las cosas cambiaron.
Tras los casos de extranjeros obteniendo vacunas, que indignaron a muchos residentes de Florida que no han podido obtenerla por la falta de dosis, el gobierno de Florida anunció nuevos requisitos para obtener una vacuna, como una prueba de residencia.
"No se permite el turismo de vacunas. Es abominable, la gente no debería venir aquí para recibir una vacuna y salir volando", dijo el director de Emergencias de Florida, Jared Moskowitz, en un comunicado esta semana.
En California, Nueva York y Texas se han tomado medidas similares.
Contra el "turismo de vacunas"
El Departamento de Salud de Florida informó a BBC Mundo que hasta el pasado 27 de enero, poco más de 52.000 personas vacunadas fueron registradas como gente que vive "fuera del estado".
Esto significa que son residentes temporales procedentes de otros estados de EE.UU. -algo común en Florida, que atrae a muchos jubilados en invierno- y que recibieron una o dos dosis de la vacuna, explicó un portavoz.
Pero en esta categoría también caen los extranjeros que han llegado al estado para vacunarse.
Al mismo tiempo, miles de adultos mayores de Florida han padecido la falta de citas para acudir a los centros de vacunación, pues el estado ha tenido dificultades para obtener y distribuir las dosis del gobierno federal.
Shirley Hicks, una maestra jubilada de 70 años, dice que pasó tres semanas pegada a la computadora para encontrar una cita para su esposo Michael, de 80 años.
"Me entristece, me enoja", dice Hicks a la agencia Reuters sobre la llegada de turistas que buscan vacunarse.
Y es que no solo los extranjeros han viajado a Florida para recibir la vacuna, sino también habitantes de otros estados de EE.UU.
Un caso notorio fue el del expresidente de la compañía Time Warner, Richard Parsons, quien admitió en una entrevista con la cadena CNBC que voló desde Nueva York después de que consiguió un turno para vacunarse en Florida.
Luego de casos como estos, el gobernador Ron DeSantis anunció que el estado pediría una prueba de residencia para los solicitantes de cita para vacunarse, como una identificación estatal.
Pero el Departamento de Salud indicó a BBC Mundo que hay excepciones.
Al ser Florida un estado con residentes temporales, principalmente adultos mayores, las autoridades dicen que "no pueden limitar" la vacunación de personas que no viven ahí todo el año, por lo que un comprobante del pago de servicios es suficiente para vacunarse.
DeSantis, sin embargo, considera que eso es diferente al "turismo de vacunas".
"Lo que no queremos son los turistas, los extranjeros. Queremos poner a las personas mayores primero, pero obviamente queremos poner a las personas que viven aquí en primer lugar", señaló en una rueda de prensa.
Estados fronterizos
La distribución de vacunas contra el COVID-19 está a cargo del gobierno federal y cada estado de EE.UU. ha puesto en marcha sus propios esquemas de aplicación.
La primera fase ha sido similar en casi todos: priorizan al personal sanitario, adultos mayores y trabajadores de primera línea. En el caso de los ancianos, una población muy vulnerable a el COVID-19, algunos gobiernos ofrecen la vacuna para mayores de 75 años, mientras que otros han bajado el mínimo a 65.
Pero en los últimos días, algunas autoridades han comenzado a aplicar candados.
En Nueva York, otro estado con reportes de canadienses que han buscado la vacuna, han incrementado los controles: los adultos mayores deben tener una prueba de residencia y los trabajadores de primera línea deben mostrar un comprobante de empleo válido en ese estado.
En otras partes, en cambio, han optado por tener controles menos estrictos.
California, el estado más poblado del país, también pide una prueba de empleo para los trabajadores sanitarios, pero para un adulto mayor de 65 años no hay un requisito de prueba de residencia.
"La distribución de vacunas se basa en la elegibilidad independientemente del estado de residencia o inmigración", indica el Departamento de Salud de California.
https://www.youtube.com/watch?v=PY2lDqGL8n0
Si bien eso ha sido aplaudido por activistas de inmigración, pues los indocumentados podrán protegerse con la vacuna, ha abierto espacio a que personas que no son residentes del estado hagan fila ahí para recibir la inmunización.
Esto ha llevado a algunos condados a tomar sus propias medidas: "Estamos exigiendo que las personas demuestren que viven o trabajan en el condado de San Diego y continuaremos haciéndolo en el futuro", dijo esta semana el supervisor de la campaña Nathan Fletcher en esa ciudad.
Ante denuncias de que hay personas de otros condados o de México, reconoció que verificar la validez de los documentos no le es posible al limitado número de empleados y el tiempo que tomaría eso.
La ciudad es fronteriza con el estado mexicano de Baja California, donde viven miles de estadounidenses jubilados que han estado cruzando hacia su país para aplicarse la vacuna.
Pero el paso entre San Diego y Tijuana ha sido parte de un fenómeno de "turismo médico" entre ambos países del que mexicanos también se ven beneficiados.
"Lo moralmente correcto"
Otro estado fronterizo, Texas, también está registrando casos de extranjeros, "con buena posición económica y contactos", denuncian autoridades, que viajan ahí para vacunarse.
La prensa local ha publicado investigaciones que indican que hospitales que han "vacunado a unas pocas docenas" de mexicanos que aseguran que "viven o han estado en Houston" durante mucho tiempo, como reporta la emisora local KPRC.
"Esas vacunas están destinadas a los texanos", dijo el gobernador Greg Abbott. "Debe ser residente de Texas para recibir una vacuna en Texas", añadió, pues aunque el plan inicial es no solicitar una identificación, la situación está siendo evaluada.
Sin embargo, el Departamento de Salud estatal dice que deben seguir los lineamientos de los Centros para el Control de Enfermedades del gobierno federal que indican que nadie debe ser discriminado: "es GRATIS y no requiere prueba de residencia, ciudadanía o seguro".
El que las autoridades pongan requisitos para prevenir el "turismo de vacunas" como esos ha preocupado a organizaciones de defensa de migrantes indocumentados, pero es algo que también puede afectar a personas con carencias económicas.
Thomas Kennedy, coordinador en Florida de United We Dream, consideró que restricciones como las de su estado crean "una barrera cruel y deliberada para muchos residentes de Florida, entre ellos los inmigrantes indocumentados, pero también para muchas personas sin acceso a la vivienda" que suelen ser trabajadores esenciales en alto riesgo de contagio y que no gozan de seguros de salud.
"El acceso a la vacuna debe estar disponible para todo el mundo, sin importar dónde viven ni su estatus migratorio", dijo Kennedy a la agencia AFP.
La situación ya se ha comenzado a abordar en la Casa Blanca, donde la portavoz Jen Psaki dijo el jueves que el gobierno de Joe Biden cree que "hay que garantizar" que todos reciban la vacuna, "los inmigrantes indocumentados también, por supuesto".
"No solo es moralmente correcto, sino que garantiza también la seguridad de las personas en el país".