Japón registró su primer caso del nuevo coronavirus, el causante de la enfermedad covid-19, hace casi tres meses, y la situación se había mantenido bajo control.... Hasta ahora.
El primer ministro, Shinzo Abe, anunció este martes la declaratoria de estado de emergencia ante el gran crecimiento de casos de covid-19 registrados en la última semana.
En palabras de Abe, la situación es mayúscula: "No es una exageración decir que tanto a nivel global como en Japón estamos en la peor crisis desde el final de la Segunda Guerra Mundial".
La declaratoria de alerta para las prefecturas de Tokio, Osaka, Saitama, Chiba, Kanagawa, Hyogo y Fukuoka estará vigente por 30 días y vino con una súplica especial: quedarse en casa.
Y es que, a diferencia de otros países, el gobierno en Japón no puede ordenar a sus ciudadanos el confinamiento (ni ejercer la fuerza pública para cumplirlo).
Y eso tiene como origenun periodo oscuro de su historia.
Una alerta que genera nervios
El primer caso de covid-19 se dio a mediados de enero. Hasta este 7 de abril, Japón acumulaba 3.906 casos confirmados, así como 92 muertes y 592 pacientes recuperados.
Aunque era un número bajo de casos confirmados para un país con ciudades densamente pobladas, en Tokio el número de casos se duplicó desde la semana pasada.
Ante esta situación, Abe dijo que "la rapidez y alcance nacional de la infección del coronavirus podría traer grandes consecuencias a la vida de la gente y a la economía del país", por lo que decretó la alerta.
"Lo más importante, más que nada, es cambiar el comportamiento de las personas", añadió.
"Creo que en este momento la gente está bastante nerviosa", dijo a la BBC Yoko Ishikura, profesora emérita de la Universidad Hitotsubashi de Tokio, quien considera que el anuncio "definitivamente hará que la gente cambie" de rutinas.
Una encuesta en marzo mostró que solo 30,2% de los trabajadores de tiempo completo estaba haciendo trabajo a distancia, y la movilidad de los trenes a zonas laborales solo había bajado un 9%.
"Mucha gente sigue yendo al trabajo, advirtió.
Un pasado represivo
La decisión de Abe vino después de fuertes presiones para establecer mayores medidas sanitarias que contengan el avance del covid-19 en el país, vecino de China, donde surgió el brote en diciembre.
Pero como apuntan analistas, la ley no le ofrece mayores herramientas al gobierno de Japón para establecer cuarentenas o que la fuerza pública haga cumplir instrucciones para quedarse en casa.
Todo viene desde antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
La Constitución que rigió desde finales del siglo XIX y hasta 1947, conocida como Meiji, ofrecía poderes al emperador con los que muchas libertades podrán ser canceladas, lo cual llevó a "abusos de poder", dice el abogado Koju Nagai a la agencia Reuters.
En cambio, "la Constitución actual se basa en la idea de que los derechos humanos deben ser respetados", explica.
Es por ello que la emergencia sanitaria emitida por Shinzo Abesolo recomienda a los japoneses mantenerse en casa, además de que enlista establecimientos que podrían ser cerrados, como centros de entretenimiento o comercio.
Únicamente los gobernadores locales pueden decidir si respaldar o no las clausuras temporales.
"Quiero aclarar una vez más que, incluso si se declara una emergencia, no impondremos un confinamiento como se ha hecho en el extranjero", dejó en claro Abe.
La cultura japonesa ante las enfermedades
Si bien muchos japoneses han continuado sus rutinas, el gobierno ha estado trabajando desde el comienzo de la epidemia en focalizar a los "grupos de contagio" para evitar confinamientos como los de Europa o América.
"Japón ha tenido mucho éxito en contener la propagación del covid-19 al enfocarse en grupos de brotes, es decir, personas que infectan a las otras personas. Se les ha hecho pruebas y se les ha aislado", dijo apenas el pasado 25 de marzo Kenji Shibuya, director del Instituto de Salud de la Población de la Universidad King's College de Londres.
Pero desde entonces advirtió que las pruebas de covid-19 estaban "muy por detrás de otros países", por lo que "una explosión del brote" estaba entre lo previsible.
Aun así, la propia cultura de los japoneses ante las enfermedades, arraigada mucho tiempo atrás de la actual pandemia, está a su favor.
La cultura japonesa hace que los propios ciudadanos cumplan normas de protección a la comunidad cuando están enfermos, lo que hace del confinamiento algo innecesario.
"Los japoneses son bastante conscientes de la higiene, mucho más que en otros lugares. Además, muchas personas usan mascarillas en las calles por un tema cultural, por lo que hay menos posibilidades de transmisión", le explica a BBC Mundo Benjamin Cowling, profesor de Epidemiología de la Universidad de Hong Kong.
Una opinión similar tiene Kenji Shibuya, quien señala que "la propensión japonesa a la higiene" y otras cosas culturales como "evitar los abrazos" puede explicar la lenta propagación comparada con otros países.
Luego del anuncio de Abe, dos transeúntes entrevistados por la BBC en Tokio se mostraron optimistas.
"Debido al sistema de gobierno, y también por la naturaleza de los japoneses, creo que es imposible que el gobierno imponga nada, pero con este estado de emergencia, está más cerca de hacerlo", dijo uno.
"He escuchado que las medidas tomadas en Japón son diferentes a las de otros países, pero el sistema de salud del país también es diferente. Así que Japón puede hacer sus esfuerzos a su manera", opinó otro.
El optimismo, sin embargo, parece no corresponder con el aumento de casos confirmados: el país llegó al doble en siete días, de 2.187 casos el 1 de abril a 3.906 este martes.
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