Coronavirus: la psicología detrás de las compras nerviosas por el brote de covid-19
Kristina Moy fue a fines de febrero a un supermercado en la ciudad estadounidense de Seattle, en el estado de Washington, para hacer su compra semanal de comestibles.
Lo que debía ser un trámite relativamente rápido se convirtió en un calvario de tres horas a causa de los cientos de compradores que buscaban abastecerse en medio del brote del nuevo coronavirus.
Jay Inslee, el gobernador de Washington, había declarado el estado de emergencia tras el anuncio de la primera muerte en el estado -y en EE.UU.- relacionada con el covid-19.
"El papel higiénico y la leche desaparecían de los estantes más rápido de lo que podía contar, y el agua carbonatada estaba casi agotada", cuenta Moy.
Pero esta mujer no es la única que se ha encontrado con largas colas en las tiendas y los estantes vacíos.
La demanda masiva de arroz y fideos instantáneos en Singapur llevó al primer ministro, Lee Hsien Loong, a asegurar que había suficiente para todos.
En Auckland, Nueva Zelanda, el gasto en supermercados se disparó un 40% el sábado pasado en comparación con el mismo día de 2019.
Los compradores en Malasia han causado un aumento del 800% en las ventas semanales de gel antibacterial.
Todos estos países tienen casos confirmados de covid-19.
Las compras por pánico son un fenómeno que ocurre ante alguna crisis y que puede elevar los precios e impedir que las personas que realmente necesitan determinados bienes no los consigan (como las mascarillas para los trabajadores de salud).
Entonces, ¿por qué la gente cae en el impulso de las compras nerviosas? Los expertos dicen que se debe al miedo a lo desconocido y a creer que un problema grave justifica una respuesta dramática, aunque, en este caso, lo mejor sea algo tan mundano como lavarse las manos.
Las desventajas de las compras por pánico
"Es racional prepararse para algo malo que parece probable que ocurra [como un huracán o una inundación]", dice David Savage, profesor asociado de Comportamiento y Microeconomía en la Universidad de Newcastle en Australia.
Savage, quien ha escrito sobre la racionalidad detrás de abastecerse en una crisis, agrega que "no es racional comprar 500 latas de frijoles para lo que probablemente sería un período de aislamiento de dos semanas".
Este tipo de comportamiento puede empeorar la escasez.
El almacenamiento irracional también puede conducir a la especulación de precios, dice Steven Taylor, profesor y psicólogo clínico de la Universidad de Columbia Británica y autor de The Psychology of Pandemics ("La psicología de las pandemias").
"Si el precio de un rollo de papel higiénico se triplica, se le empieza a ver como un producto escaso, lo que puede generar ansiedad", dice.
Ha habido muchos ejemplos de aumento de precios en respuesta al covid-19. A inicios de marzo, la cadena CNBC reportó la venta de paquetes de 20 mascarillas por más de US$100 cada uno en páginas como eBay y Etsy.
Pero las compañías han implementado medidas para detener a los especuladores.
Amazon anunció a inicios de marzo que había eliminado más de un millón de productos de primera necesidad por descripciones engañosas y por especulación de precios.
Las cadenas de farmacias británicas Boots y LloydsPharmacy también decidieron restringir las ventas de desinfectante de manos a solo dos botellas por cliente.
El hecho de que la cadena de suministro de China esté en el centro de la propagación del coronavirus ha exacerbado las compras por pánico, dice Ben Oppenheim, director senior de Metabiota, una firma de investigación de enfermedades infecciosas con sede en San Francisco, EE.UU.
"Gran parte de la narrativa se ha centrado en la interrupción de la producción mundial y las cadenas de suministro. Existe incertidumbre acerca de si habrá escasez de medicamentos, máscaras y otros consumibles, y esa incertidumbre debe aclararse y abordarse", dice.
La psicología de las compras por pánico
Hay una clara diferencia entre la preparación para desastres y las compras por pánico, dice Taylor.
En el caso de un huracán o inundación, la mayoría de personas tienen una idea clara de los artículos que necesitarían en caso de apagón o corte de agua. Pero dado que ahora no está claro qué efectos tendrá el covid-19, hay mucha incertidumbre y esto impulsa los gastos.
Las compras por pánico, dice Taylor, están alimentadas por la ansiedad y la disposición a hacer todo lo posible para calmar los temores, como hacer cola durante horas o comprar mucho más de lo que uno necesita.
Las compras nerviosas ayudan a las personas a sentirse en control de la situación, dicen los expertos.
"La gente siente la necesidad de hacer algo que sea proporcional a lo que perciben que es el nivel de la crisis", dice Taylor.
"Sabemos que lavarse las manos y practicar la higiene de la tos es todo lo que se necesita hacer en este momento", agrega.
"Pero para muchos, el lavado de manos parece ser demasiado ordinario. Este es un evento dramático, por lo tanto, se requiere una respuesta dramática, por lo que las personas tiran su dinero con la esperanza de protegerse", añade.
Savage también apunta a otro principio en juego: la aversión a perderse de algo. "Si luego nos damos cuenta de que necesitábamos el papel higiénico y no lo compramos cuando tuvimos la oportunidad, realmente nos sentiremos mal", dice.
Finalmente, la mentalidad de rebaño también explica este comportamiento. Los expertos dicen que el simple hecho de que esté ocurriendo una compra por pánico puede hacer que las personas se sumen.
Taylor apunta que las compras por pánico están apareciendo excesivamente en las redes sociales y los medios de comunicación. "Eso amplifica la sensación de escasez y a su vez, empeora la compra de pánico", dice.
¿Una reacción natural?
Sin embargo, algunos investigadores piensan que la etiqueta de "pánico" puede ser un poco engañosa, y que el verdadero "pánico" es raro, reservado para situaciones en las que la muerte es inminente.
"El pánico es un estado subjetivo, emocional, y lo que podemos observar en realidad es el comportamiento", dice Oppenheim.
"Tal vez alguien lee artículos o un par de tuits sobre interrupciones de la cadena de suministro en China y la escasez de máscaras en Hong Kong, y toma la decisión muy razonada de abastecerse de máscaras por si acaso. Podría parecer que está en pánico, incluso si está bien pensado".
En un estudio de 2010, Owen Kulemeka, de la Universidad de Illinois, EE.UU., escribió que la mayoría de estos compradores simplemente son organizados y que "los que retrasan la compra citan información contradictoria y la falta de recursos (temen comprar suministros que se desperdicien en caso de que el desastre no ocurra) como razones para esperar hasta el último minuto".
También hay continuidad en cómo las personas reaccionan a las crisis masivas, dice Helene Joffe, profesora de psicología en el University College de Londres.
"Las personas recurren a lo que ya saben sobre amenazas similares", dice.
Joffe menciona cómo algunos han vinculado al covid-19 con la epidemia del SARS (síndrome respiratorio agudo grave), un coronavirus diferente que causó más muertes, proporcionalmente, en 2003.
"Los vínculos con el SARS atenuarían la sensación de riesgo. Otros han relacionado el covid-19 con la peste negra, que, por supuesto, amplificaría la sensación de riesgo", dice.
El ingrediente crítico es la información, dice Oppenheim. "Si podemos abordar los temores públicos y la incertidumbre, potencialmente podemos reducir el pánico y las compras de última hora".
Alternativas a las compras por pánico
Una opción mejor a las compras por pánico sería estar preparado durante todo el año para posibles emergencias.
Pero ten en cuenta las necesidades de los demás: compra lo que tú y tu familia necesitan y evita la necesidad de acumular.
Cuando las compras individuales por pánico ocurren colectivamente, pueden aumentar los precios o hacer escasear los suministros para las personas de alto riesgo que necesitan cosas como mascarillas más que la población en general.
"La ansiedad debe ser reconocida y gestionada", dice Joffe. "Los altos niveles de ansiedad no son útiles para prevenir el contagio".
Si el pánico te llevara a comprar, valdría la pena preguntarte a qué le tienes miedo. "Si la gente realmente se angustia, entonces quizás deberían buscar ayuda profesional de salud mental", dice Taylor.
En cuanto a los compradores que solo quieren hacer su compra semanal de comestibles, Kristina Moy en Seattle dice que la próxima vez, simplemente pediría sus alimentos por Amazon.