Coronavirus: incierta situación de latinoamericanos varados en otros países por cierre de fronteras
Para muchos se trataba de un viaje de placer para el que llevaban tiempo ahorrando.
Pero "en cuestión de horas", sus vacaciones se iban a convertir en casi una pesadilla.
Miles de personas se encuentran varadas en prácticamente todo el mundo después de que un gran número de países decidieran en los últimos días cerrar sus fronteras para evitar la expansión del coronavirus.
No existen datos oficiales de cuántos fueron sorprendidos por las medidas de urgencia tomadas en su propio país o en el que se encontraban de viaje, y que les impiden regresar a sus casas en la fecha prevista.
Sin embargo, el poco espacio discurrido entre el anuncio de estas iniciativas hasta que los gobiernos las ponen en marcha en fronteras y aeropuertos, permite tener una idea de la magnitud del problema y de cuántos se habrán visto afectados al no tener tiempo para hacer cambios en sus planes.
En América Latina, El Salvador -que sigue sin reportar ningún caso oficial de covid-19- fue el primero en prohibir el ingreso de extranjeros y de imponer una cuarentena obligatoria en albergues para salvadoreños el pasado 11 de marzo.
Poco después, muchos otros países de la región pusieron en marcha medidas similares, dejando a miles de sus ciudadanos en una situación de incertidumbre: no saben cuándo podrán regresar a sus casas ni, en algunos casos, cómo se van a mantener económicamente hasta entonces.
Jacobo, mexicano en Perú: vuelos humanitarios
Uno de los casos más recientes fue el de cientos de turistas en Perú que se vieron sorprendidos cuando el presidente Martín Vizcarra anunció en la noche del domingo el estado de emergencia nacional y el cierre de fronteras.
El mexicano Jacobo Frontana es uno de ellos. Llegó la semana pasada de vacaciones al país andino junto a unos amigos y el anuncio del gobierno le sorprendió en la ciudad de Cusco.
"El lunes temprano fuimos al aeropuerto y nos dijeron que la gente que tenía boleto para ese día podría volar, pero después se cerraban fronteras hasta el 2 de abril. Nosotros volábamos el jueves 19 de regreso y no había manera de cambiarlo", le cuenta a BBC Mundo.
Desde ese momento, este joven que trabaja en una financiera en Ciudad de México empezó a denunciar su situación en redes sociales pidiendo ayuda al gobierno de su país.
El propio canciller mexicano, Marcelo Ebrard, le respondió en Twitter diciendo que trabajaban junto al gobierno peruano para buscar alternativas para ellos.
Según Frontana, su embajada en Perú les respondió el lunes para pedirles sus datos y les informó que había unos 400 mexicanos varados en el país como él.
Finalmente, en la noche del martes, Aeromexico anunció "un vuelo humanitario" para este jueves de Lima a Ciudad de México, algo que fue celebrado por el canciller Ebrard.
La compañía Interjet dijo que operará el miércoles un vuelo entre la capital mexicana y la peruana, y otro entre Cancún y Lima (ambos ida y vuelta) para para ayudar "a más de 600 pasajeros a llegar a su país", tanto mexicanos como peruanos.
Frontana se enteró por redes sociales de estos vuelos, pero este martes seguía preocupado por la dificultad de llegar de Cusco a Lima -"es imposible porque las carreteras están cerradas, ni hay vuelos"- aunque reconoce que parece que su embajada "está respondiendo".
En cambio, cuenta cómo la situación de otros turistas es peor, ya que no tienen más días de alojamiento reservado o porque llegaron el mismo lunes a Perú y sus hoteles les cancelaron directamente la reserva.
David, colombiano en Perú: luna de miel "inolvidable"
El bogotano David Cuéllar es mucho más pesimista en cuanto a su situación.
También varado en Cusco, este ingeniero de 30 años pasaba en Perú su luna de miel que, desde luego, "va a ser inolvidable", asegura.
El consulado de su país en Lima puso a su disposición un correo electrónico para recabar información de los afectados, pero asegura que todos sus mails son respondidos con una especie de "copy-paste" en el que le dicen más o menos lo mismo.
"Nos dicen que el gobierno no ha destinado recursos para cubrir las necesidades de los colombianos aquí en Perú. Nos sentimos verdaderamente solos", lamenta, a la vez que revela que dichos mails se dirigen a al menos 60 ciudadanos copiados en la comunicación.
Este ingeniero electrónico de 30 años tenía previsto regresar a casa junto a su esposa el próximo viernes 20 de marzo, pero lo antes que consiguió reprogramar su viaje es para volar el día 31, algo que no tiene certeza que vaya a ocurrir.
"Muchos vinimos con el presupuesto ajustado para los días que vinimos. No sabemos qué vamos a hacer, ni si en el hotel nos van a dejar más tiempo porque no tenemos cómo pagarles. Tenemos dólares y no encontramos ni dónde cambiar", le dice a BBC Mundo.
En esta incertidumbre, es la posibilidad de quedarse sin comida una de las cosas que más le preocupa. Dice que en la mañana del martes desayunaron "un jugo de mango y tres galletas de soda".
Y la situación fuera de su hotel no parece mejor. "No hay dónde comprar una leche, unas galletas? no hay donde nos vendan nada", asegura, pese a que las medidas del gobierno peruano no contemplan el cierre de las tiendas de alimentación.
Lorena, hondureña en México: sin alternativas
Ambos turistas se vieron afectados por la medida tomada por Perú, ya que sus países originarios -México y Colombia- no cancelaron los vuelos internacionales y siguen permitiendo el ingreso de viajeros (en el caso de Bogotá, solo de nacionales o residentes)
La situación de la hondureña Lorena Mayén, sin embargo, es justo a la inversa.
Ella puede salir de México, a donde llegó el 8 de marzo de vacaciones para asistir a varios conciertos junto a sus dos hijos, pero no puede volver a su país porque el gobierno catracho suspendió los vuelos internacionales durante toda esta semana.
"No tenemos otra alternativa, porque aunque los hondureños sí podemos ingresar, ¿cómo entras si las aerolíneas no están llegando? Y podría llegar a otros países que limitan con Honduras, pero igual tienen cerradas sus fronteras", cuenta resignada.
Aunque tenían que haber viajado este pasado lunes, cuenta que la dueña del apartamento que rentaron en Ciudad de México les dejó extender su estadía hasta el domingo "con una tarifa especial por este problema".
"Las aerolíneas nos dijeron que, a más tardar, el día 23 o 24 habilitaban los vuelos. Pero eso es incierto. No se sabe, es bien complejo", le dice a BBC Mundo.
De hecho, esta politóloga reconoce que están "ansiosos" ante la posibilidad de que la situación se alargue y que no tienen otro plan pensado.
En su caso, admite no haber contactado con su embajada en México por no tener ninguna esperanza en que vayan a ayudarles. "Podemos mantenernos unos seis o siete días más, después sí me va a tocar salirme de este apartamento".
¿Por qué no cancelaron antes sus planes?
Una de las preguntas -y reproches- que más veces les hacen a estos y otros turistas en su misma situación es la de por qué no cancelaron sus viajes al ver cómo los casos de coronavirus se multiplicaban de manera vertiginosa en casi todo el mundo.
El mexicano Jacobo Frontana asegura que no existía ninguna alerta oficial ni en su país ni en Perú al respecto antes de comenzar sus vacaciones.
"Pensamos que haríamos el viaje y no pasaría nada. También tuvimos en cuenta que las actividades que íbamos a hacer eran al aire libre, nada de museos ni algo parecido? así que no pensamos que iba a ser problemático" de cara a posibles contagios.
El colombiano David Cuéllar se arrepiente de haber viajado, pero nunca pensó que la situación fuera a agravarse tan rápido. "No imaginamos que los decretos del presidente (de Perú) fueran tomados de la noche a la mañana", dice.
"Él tendría que haber pensado en todas estas situaciones, y él debe saber que entre menos gente esté aquí en Perú es mejor para él, y para nosotros es mejor estar en nuestras casas".
La hondureña Lorena Mayén asegura que antes de viajar corroboraron que todo estaba bien con las aerolíneas y las empresas a las que compraron los boletos de los conciertos a los que acudían.
También el número de casos de coronavirus en México, que en aquel momento era de solo seis. "Además, mis hijos están jóvenes, yo estoy sana. Estaría más preocupada si tuviera gente en riesgo conmigo", dice.
Ahora, solo les queda esperar resignados a tener noticias de cuándo podrán regresar a sus países. Mayén tiene claro cuál será su plan para los próximos días.
"Pensamos quedarnos encerrados. Hemos comprado gel y mascarillas, y solo saldremos lo necesario. Somos conscientes de que la vacación se acabó".
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