Coronavirus: la brecha en muertes entre Europa Occidental y los países del centro y este de Europa
La crisis del coronavirus ha dibujado una especie de frontera sanitaria entre los países de la Europa Occidental y los del centro y este de Europa.
Tanto Italia como Francia, España y Reino Unido han superado cada uno la barrera de los 25.000 muertos por covid-19, mientras que si sumamos el número de fallecidos en Polonia, Eslovaquia, Chequia, Hungría, Austria y Rumanía la cifra no llega a 3.000.
Por supuesto que son países con una población mucho menor, pero si nos fijamos en el número de fallecidos por cada 100.000 habitantes, la brecha se hace patente.
Frente a los 54,42 muertos por cada 100.000 habitantes que se registran en España, los 48,12 de Italia, los 37,63 de Francia o los 43,33 de Reino Unido, Polonia registra 1,84; Eslovaquia 0,46; República Checa 2,37; Hungría 3,59; Austria 6,78, y Rumanía 4,20 (cifras de la Universidad Johns Hopkins a 6 de mayo de 2020).
La menor incidencia del coronavirus ha llevado a varios de esos países a levantar las medidas de cuarentena antes y en mayor medida que algunos de sus vecinos occidentales.
Pero, ¿cómo se explica esta brecha entre este y oeste en un continente tan interconectado?
Acciones rápidas
Como vimos en otros países europeos que han registrado un buen desempeño en el combate al coronavirus, como Grecia o Portugal, también varias naciones del centro y este de Europa contaron con la ventaja del tiempo.
Mientras Italia registró sus primeros casos del nuevo coronavirus en enero, la enfermedad no llegó a Polonia, República Checa y Eslovaquia hasta principios de marzo.
"(El virus) llegó más tarde, así que tuvimos una alerta (en lo que estaba pasando en Italia y España) de qué podría pasar", le dice a BBC Mundo Agnieszka Sowa-Kofta, especialista en Salud y Política social del Centro para la investigación social y económica (CASE) polaco.
"Sabiendo que nuestros sistemas de salud son más pobres en términos de financiación, equipamiento, preparación? las autoridades en todos estos países se comprometieron con una acción muy rápida".
Entre esas acciones, Eslovaquia, Polonia, República Checa y Hungría fueron de los primeros países europeos en cerrar sus fronteras. Además, se introdujeron otras medidas restrictivas como el cierre de escuelas y de comercios no esenciales y restricciones a los movimientos de personas cuando el número de casos era muy bajo.
Italia o España, por ejemplo, introdujeron medidas similares cuando el número de contagios se contaba por miles.
"Por ejemplo cuarentena en Polonia se decretó cuando había 11 casos y las fronteras se cerraron muy rápido en estos países? así que la movilidad se redujo mucho y la posibilidad de expandir el virus también".
No obstante, Sowa-Kofta también señala que puede que no se estén reportando todos los casos.
"Hay voces de virólogos en Polonia que dicen que hay más casos de los reportados, pero eso también pasa en Europa occidental, realmente no sabemos la escala", señala.
Para Thomas Czypionka, especialista en políticas de salud del Instituto para Estudios Avanzados (IHS, por sus siglas en inglés), con sede en Viena, un factor clave para explicar la menor incidencia del coronavirus en el este y centro de Europa es que estos países tienen menos conexiones con China, donde se originó el nuevo coronavirus a finales del año pasado.
"Italia, por ejemplo, tiene vínculos muy fuertes con China, a través de los trabajadores inmigrantes en su industria textil, y también reciben muchos más turistas chinos", le explica el experto a BBC Mundo. "Los países del este tienen menos vínculos con China".
"Cuando ellos tienen un problema, nosotros tenemos un problema"
Un caso particular es el de Austria, país que limita con el norte de Italia y que ha sido uno de los más exitosos a la hora de contener la pandemia.
Austria tiene más de 15.500 casos de coronavirus confirmados y 608 muertes.
Los primeros casos de coronavirus se registraron en el país centroeuropeo el 25 de febrero: una pareja de italianos residentes en Innsbruck, que habían visitado recientemente su casa en la Lombardía, al norte de Italia.
Sin embargo, la cifra de fallecidos por cada 100.000 habitantes de Austria (6,78) se parece más a la de su otro vecino, Alemania (8,28), que a la de Italia (47,80).
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"Un factor es que al tener la frontera con Italia, cuando recibimos las noticias desde Italia, actuamos muy rápido porque sabíamos que cuando ellos tienen un problema, nosotros tenemos un problema", explica Czypionka.
"Tenemos vínculos muy fuertes entre la parte occidental de Austria y el norte de Italia. Sabíamos que a través de estas conexiones, el virus también nos pegaría a nosotros. Así que el gobierno actuó muy rápido".
El experto explica que el coronavirus se convirtió en una enfermedad notificable (cada caso sospechoso tenía que ser reportado al Ministerio de Salud) el 27 de enero, mientras que en otros países, como Reino Unido, esto ocurrió en marzo.
A principios de marzo, con pocos casos registrados, Austria impuso restricciones a los viajes -prohibió las entradas desde Italia por la expansión del virus en ese país-, cerró escuelas y universidades y, a partir del 12 de marzo, introdujo limitaciones al movimiento de las personas, algo que por muchos fue considerado un poco radical, ya que casi ningún país europeo había adoptado medidas tan drásticas.
Siguiendo el ejemplo de sus vecinos del este, como República Checa y Eslovaquia, Austria también introdujo el uso obligatorio de mascarillas en supermercados y transporte público, cuando aún no había evidencia concluyente sobre su efectividad.
El factor edad y la estructura familiar
Para Czypionka hay otros factores que explican la particularidad del caso austríaco -y por extensión de otros países del centro de Europa- en comparación con países como Italia o España.
"Uno de ellos -explica- tiene que ver con la forma en la que se introdujo el virus en estas sociedades. En muchos países del centro de Europa el virus se introdujo en una capa demográfica joven".
"En Austria, por ejemplo, el virus se introdujo a través de personas que hacen esquí, que normalmente son jóvenes, y estos pasaron el virus a sus pares. Es decir, personas de unos 40 años contagiaron a otros de 40 años".
A diferencia de Italia, por ejemplo, donde el virus se expandió en áreas donde se concentra una población de edad más avanzada, "el virus se esparció en los países del centro de Europa en una capa demográfica que no estaba en riesgo".
Czypionka destaca otro factor que jugó un papel clave en cómo se contuvo el virus en el centro y este de Europa: el porcentaje de gente joven que vive con sus padres de edad avanzada es mayor en Italia, España, e incluso Francia, que en el centro y este de Europa.
Es decir, el contagio a los grupos de riesgo fue mucho más limitado, según el experto.
"En España o Italia, el virus se expandió a las generaciones más mayores de forma más rápida que en el centro y este de Europa porque la estructura familiar es diferente".
Levantamiento de medidas restrictivas
Así como fueron de los primeros países en imponer medidas restrictivas, los países del centro y este de Europa también están siendo de los primeros en levantar la cuarentena.
Austria se convirtió en uno de los primeros países de Europa en levantar las restricciones, con la reapertura de las pequeñas tiendas el 14 de abril, mientras el uso de mascarillas sigue siendo obligatorio en en el transporte público y los establecimientos.
El 1 de mayo se permitió la reapertura de peluquerías, tiendas de más de 400 metros cuadrados e instalaciones deportivas al aire libre. Se espera que los restaurantes, bares y museos reabran más tarde este mes.
En Hungría, excepto en la capital Budapest, los espacios al aire libre en cafeterías y restaurantes reabrieron el lunes 4 de mayo, al igual que las playas y balnearios públicos.
En Eslovaquia, por ejemplo, donde hay en total 1.421 casos y solo 25 muertos, a partir de este miércoles ya abren las tiendas que no están en grandes centros comerciales, los hoteles, museos, galerías y atracciones turísticas al aire libre.
En Polonia, los hoteles, centros comerciales, algunos centros culturales, incluidas las bibliotecas y ciertos museos, reabrieron el 4 de mayo.
Sowa-Kofta, del think tank polaco CASE, explica que las razones de la reapertura en Polonia son políticas: el gobierno queríacelebrar las elecciones presidenciales previstas para este 10 de mayo, quizá no a través del voto presencial, sino por correo, aunque había varios cuestionamientos sobre su legitimidad.
Finalmente, el gobierno polaco tuvo que aplazarlas. La elección se reprogramará para una fecha "tan pronto como sea posible".
Pero la experta explica que la mayoría de los otros países del centro y este de Europa decidieron reabrir tan rápido por la amenaza que suponían las restricciones para su economía.
"Tras un buen desempeño en los últimos años, ahora cayó muy rápido, con tasas de desempleo que no se veían desde los 90", dice.
Y, es que, pese a la rápida reacción, estos países no serán inmunes a la crisis económica que está provocando el coronavirus.