Casi tres meses después de la celebración de los que ya se conocen como "Juegos Olímpicos de la paz" celebrados en PyeongChang, Corea del Sur, el pasado febrero, el deporte continúa sirviendo de puente entre las dos Coreas.
Tan solo días después de que los líderes del norte y del Sur prometieran una península coreana libre de armas nucleares, los dos países se unieron en una sala dedicada al tenis de mesa en lugar de competir entre ellos como estaba previsto, otro gesto en el actual ambiente de reconciliación intercoreana.
Los equipos de los dos países, que técnicamente están en guerra, debían enfrentarse en los cuartos de final del campeonato mundial de tenis de mesa por equipos en Halmstad, Suecia, pero decidieron en su lugar dejar las palas, estrechar las manos y formar un equipo unificado.
Sorprendentemente, y quizá por primera vez en la historia del deporte de competición, los organizadores del torneo acordaron que las dos selecciones podrían fundirse en una sola.
El combinado coreano resultante se prepara ya para enfrentarse este viernes a Japón o Ucrania en la final a cuatro del torneo.
No será, sin embargo, la primera vez que las dos Coreas compiten como una sola.
En PyeongChang pusieron sobre el terreno un equipo unificado de hockey sobre hielo.
Thomas Weikert, presidente de la Federación Internacional de Tenis de Mesa, dijo sobre lo ocurrido en Halmstad que se trata de "un paso histórico" y que, cuando informó al resto de directivos de la federación, "el equipo unificado recibió una larga ovación de los delegados".
El episodio se produce poco después del encuentro que mantuvieron la semana pasada Kim Jong-un, líder supremo de Corea del Norte, y Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, en el que ambos acordaron trabajar por una "paz duradera".