Condenan a un guardia nazi de 101 años a 5 años de prisión por complicidad en asesinatos
Un exguardia de un campo de concentración nazi identificado como Josef S fue condenado a cinco años de cárcel por ayudar en el asesinato de miles de prisioneros en Sachsenhausen, cerca de Berlín.
Con 101 años de edad, es el criminal nazi más anciano en ser enjuiciado en un tribunal de Alemania.
A pesar de haber negado siempre que fuera guardia de las SS en ese campo, el hombre fue encontrado culpable de instigación y complicidad en las muertes de 3.518 personas.
Fue cómplice en el fusilamiento de prisioneros de guerra soviéticos y el asesinato de otros con el gas venenoso Zyklon B.
Los abogados defensores pidieron su exoneración y preparan una apelación contra la sentencia de cárcel.
Decenas de miles de personas murieron en Sachsenhausen durante la Segunda Guerra Mundial, víctimas de hambruna, trabajos forzados, experimentos médicos y asesinato a manos de las SS, las llamadas escuadras de protección.
Más de 200.000 personas fueron recluidas allí, incluyendo prisioneros políticos, judíos, romaníes y sintis (pueblos gitanos de Europa).
"No entiendo por qué estoy sentado en el banquillo del pecado. Realmente no tuve nada que ver con eso", dijo Josef S en su declaración final antes del veredicto en Brandenburg an der Havel, una pequeña urbe al oeste de Berlín.
El juez Udo Lechtermann le anunció que, a pesar de sus afirmaciones contrarias, el tribunal encontró que había trabajado en el campo de concentración durante unos tres años a partir de 1942.
"Usted apoyó por voluntad propia este exterminio a través de su trabajo", expresó.
Los juicios de guardias de campamentos nazis solo fueron posibles a partir de 2011, cuando el exguardia de las SS John Demjanjuk fue encontrado culpable. El veredicto impulsó la búsqueda de otros individuos implicados que siguieran vivos.
Cuatro años más tarde, el llamado "contador de Auschwitz", Oskar Gröning, recibió una pena de cárcel. Y una antigua secretaria de un campo de concentración está actualmente siendo enjuiciada en el norte de Alemania.
Josef S no ha sido completamente identificado en Alemania debido a formalidades de privacidad.
Aunque su nombre y datos de nacimiento se encuentran en los documentos de un guardia de las SS, sostuvo que nunca estuvo en el campo de concentración sino que había trabajado como granjero.
Es improbable que cumpla algo de su sentencia pues el Tribunal Federal de Justicia -la máxima instancia en Alemania- tendrá primero que considerar si permite la apelación, y eso durará varios meses.