Una condena incomodó a Donald Trump este viernes.
Roger Stone, que fuera uno de los asesores más cercanos al presidente de Estados Unidos, fue declarado culpable de los siete cargos que enfrentaba, entre ellos los de falso testimonio ante el Congreso, obstrucción a la justicia y manipulación de testigos.
El caso contra Stone está relacionado con la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, la conocida como "trama rusa".
Durante el juicio, la fiscalía mantuvo que el asesor de Trump mintió sobre sus contactos con la plataforma WikiLeaks, que tenía hackeados correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata con información supuestamente "perjudicial" para la candidata presidencial de ese partido, Hillary Clinton.
El jurado concluyó que Stone dijo cinco mentiras bajo juramento, entre ellas una sobre las conversaciones entre funcionarios de la campaña de Trump y un supuesto "intermediario" de WikiLeaks.
La reacción de Trump al veredicto no se hizo esperar:
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1195389486659776512
"... ¿un doble rasero nunca visto en la historia de nuestro país?", tuitéo.
La manipulación de testigos conlleva una condena de hasta 20 años de prisión y los otros cargos pueden suponer penas de cinco años cada uno.
¿Vergonzoso para todos?
Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC para Norteamérica
Lo que puede hacer más daño político a Trump no es tanto el hecho de que Roger Stone mintiera, sino sobre qué mintió.
Durante el proceso, la fiscalía federal presentó pruebas de que la campaña de Trump para las elecciones presidenciales de 2016 veía a Stone como un conducto para tener información sobre los documentos hackeados al Partido Demócrata en posesión de WikiLeaks y sobre la fecha de difusión del material.
Según el testimonio ofrecido por Rick Gates, vicepresidente del equipo de campaña de Trump, el entonces candidato tuvo una conversación telefónica con Stone sobre WikiLeaks.
El presidente ha dicho bajo juramento que no recuerda ninguna conversación de este tipo. Su equipo negó cualquier conexión o coordinación con WikiLeaks, que agencias de inteligencia de EE.UU. han concluido fue utilizada por Rusia para distribuir el material hackeado a los demócratas.
Stone, dijeron los fiscales, sabía que testificar honradamente sobre sus esfuerzos de contactar con WikiLeaks y pasarle información a la campaña sería cuanto menos vergonzoso para todos los implicados. Por eso, concluyeron, mintió.
Ahora la información es pública de todas formas. Y Roger Stone se enfrenta a pasar años en prisión.
El polémico y excéntrico asesor electoral de decenas de candidatos del Partido Republicano pronosticó hace 30 años que Trump llegaría a la presidencia de Estados Unidos.
De hecho, la construcción de la candidatura de Trump es considerada una de sus "obras" más audaces.
Quien presentó a Stone y Trump a inicios de los 80 fue Roy Cohn, un fallecido abogado que trabajó para el senador Joseph McCarthy durante sus polémicas investigaciones de actividad comunista en EE.UU.
"Roger siempre quiso que yo me postulara a la presidencia", señaló el propio Trump en un documental de Netflix en 2017.
Ahora, el que fuera uno de sus amigos y consejeros más próximos espera conocer cuántos años tendrá que pasar en la cárcel.