Cómo evitar que sea un peligro el inmenso iceberg que está por desprenderse en la Antártica
El astronauta británico Tim Peake fotografió recientemente desde la Estación Espacial Internacional un iceberg de 26 por 13 kilómetros.
Es una masa de hielo inmensa. Pero su tamaño no es nada si lo comparamos con el iceberg que está a punto de desprenderse de la costa este de la Península Antártica.
Desde diciembre del año pasado, una antigua grieta en la plataforma de hielo Larsen C comenzó a agrandarse.
Y, ahora, esta mole de hielo de 6.000 km2 se mantiene unida a la plataforma flotante solo por una delgada sección de 5 km de largo.
Científicos siguen de cerca la evolución de la grieta, y aunque no pueden decir con exactitud cuándo se desprenderá el iceberg, gracias a observaciones de la nave Cryosat han logrado obtener datos cruciales para entender a dónde se dirigirá una vez que esté suelto.
Como sabemos, la mayor parte de los bloques de hielo se encuentra bajo el agua. El satélite de la Agencia Espacial Europea puede calcular la altura del témpano desde la superficie del agua.
Con esta información, se puede saber cuánto mide la parte que está por debajo.
¿Cuán grande es el iceberg?
Según los cálculos, el grosor promedio del futuro témpano será de 190 metros pero en algunos sitios será de 210 m. Esto quiere que el hielo por encima del agua tendrá una altura de 30 m.
Noel Gourmelen, investigador de la Universidad de Edimburgo, le dijo a la BBC que el volumen del bloque se estima en 1.155 km3.
Estos datos son clave porque le permiten a los investigadores saber hacia dónde y a qué velocidad podría moverse el iceberg, una vez que se independice de la plataforma.
Detalles como estos son críticos para evitar que el iceberg se convierta en un peligro para los barcos que navegan por la zona.
Ruta
El comportamiento de los icebergs se ve afectado por el viento y las corrientes, pero también por otros factores si su tamaño es tan grande como el del futuro iceberg del que hablamos.
Uno de estos factores es el efecto gravitacional.
La masa de la Antártica empuja el agua que está cerca de la costa hacia arriba. La diferencia con el agua del centro del océano es de aproximadamente medio metro.
El iceberg de Larsen se deslizará por esta ladera de agua hacia abajo. Pero eso sólo ocurrirá si su quilla no se traba en el fondo del océano.
Por lo que se sabe del comportamiento de otros témpanos en el pasado, se estima que, eventualmente, el iceberg se dirigirá hacia una de las cuatro rutas principales que lo lo llevarán más allá de Antártica.
En este caso, la ruta es una que lo llevará hacia la corriente circumpolar y hacia el Atlántico Sur.
Los pingüinos y las focas de las Islas Georgias del Sur (un territorio británico) probablemente lo vean pasar a él o a sus fragmentos en algunos años.