La gigantesca labor de evaluar miles de edificios dañados por el terremoto que sacudió México
"Estamos en la calle", dice Diana Castañeda frente a su edificio en el sur de Ciudad de México.
Ella es parte de miles de familias que sienten alivio de haber sobrevivido al terremoto del 19 de septiembre pasado, pero ahora enfrentan el problema de haberse quedado sin un lugar para vivir.
"Si alguien viniera... Queremos sacar papeles, las cosas que sirvan", dice frente de su edificio que tiene severas fallas en la estructura.
El alcalde de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, informó que cerca de 40 edificios colapsaron cuando ocurrió el sismo de magnitud 7,1 en el centro del país.
Pero los habitantes o dueños de 3.848 construcciones han solicitado una revisión de sus casas, informó el viernes la secretaría de Protección Civil capitalina.
Se trata de una labor de revisión gigantesca que los expertos advierten debe realizarse cuidadosamente por profesionales calificados.
"Se requieren más de 100 horas de capacitación para tener los conocimientos básicos", explica el ingeniero Mario Zárate, quien es experto en evaluación de estructuras.
Desde el martes, este ingeniero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha recibido cientos de mensajes de personas preocupadas por la seguridad de sus viviendas, edificios de trabajo y escuelas.
Aunque se pueden hacer algunas evaluaciones a simple vista, advierte que hay fallas que no son tan evidentes y es requerida una verificación presencial.
Brigadas en las calles
Como los que reparten alimentos, o los que ayudan a retirar escombros, decenas de jóvenes se han sumado a brigadas de evaluación de inmuebles en toda la ciudad de forma gratuita.
En la UNAM, la Facultad de Arquitectura ha capacitado "brigadas emergentes" con estudiantes que hayan cursado al menos hasta el quinto semestre de la licenciatura.
Estas son valoraciones preliminares de daños, pues son los expertos los que deben realizar una evaluación calificada.
El ingeniero Rafael Jiménez, presidente de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, explica a BBC Mundo que en su caso han trabajado con 70 brigadistas voluntarios.
Pero subraya que son ingenieros con diploma, pues evaluar construcciones con daños serios es un trabajo que debe realizarse por profesionales.
"Realizan la labor de evaluar qué tanto daño hay, qué tanto riesgo presentan los edificios y si pueden rehabilitarse", explica.
Desde su punto de vista, los jóvenes estudiantes solo deben hacer una labor de "acompañamiento" a los ingenieros.
La asociación APL Ingenieros Consultores reporta que ha recibido más de 5.000 mensajes solicitando ayuda, y en su caso han diagnosticado que 3.000 edificios sufren riesgo de colapsos.
¿Qué hay que saber?
Además de las opiniones a través de evaluaciones visuales que ha estado realizando día y noche en los últimos cuatro días, el ingeniero Mario Zárate utiliza un dron para detectar fallas de forma segura.
Le mostró a BBC Mundo las grietas que sufrió una pequeña iglesia del barrio de Coyoacán las cuales ponen en riesgo de colapso a su campanario.
A un costado, verificó desde el aire que la escuela República de Guatemala no tuviera daño estructural evidente.
Ya sobre el terreno, este tipo de trabajos requiere de un estudio meticuloso.
En el caso de las grietas de consideración, se requiere un trabajo de marcaje y revisión cada 6 o 12 horas, pues las réplicas, los vientos fuertes y hasta los truenos crean vibraciones que pueden generar cambios.
"Si hay pedazos que se desprenden, hay un riesgo muy alto de colapso. Quizás no completo, pero sí parcial", explica Zárate.
Dada la inmensa tarea de revisar profesionalmente miles de edificios, este ingeniero hace varias recomendaciones:
? Grietas verticales y horizontales en muros: son muy comunes y no representan riesgo de daño estructural.
? Grietas en forma de estrías diagonales o en forma de escalera: son las que indican daño mayor, el cual debe ser evaluado inmediatamente para determinar si hay riesgo de colapso. En muros de carga, significa que ya no ofrecen ningún soporte.
? Grietas en muros divisorios: no representan ningún riesgo y solo deben ser resanadas.
? Grietas diagonales o hacia el centro en trabes: muestran una posible falla de flexión que, aunque es raro que genere un colapso, puede provocar que caigan los muros debajo.
? Grietas en forma de las letras V, X, C en columnas: significan un fallo estructural que debe ser apuntalado de inmediato
? Desprendimiento de material: un riesgo muy alto de colapso, parcial o completo.
? Grietas en marcos y puertas: generalmente no representan riesgos.
¿Qué pasa con las plantas bajas?
Entre las escenas más dramáticas que se han visto tras el terremoto en Ciudad de México y otras localidades del centro del país están la de edificios de varios pisos cuya base colapsó.
Este fue parte del daño que presentó un edificio habitacional de la colonia Portales Sur que Zárate verificó con ayuda de su dron.
Esto se debe a "fuerzas cortantes" durante el sismo que atacan a una construcción que fue hecha de forma deficiente en sus columnas y muros de carga.
"Esas fallan de manera brusca, al instante, no te avisan, fallan y llega el colapso", explica.
Otros edificios de Ciudad de México están al borde del colapso, por lo que las autoridades tienen que desalojar las construcciones vecinas y cerrar el tránsito, ya que no se puede predecir el tiempo en el que caerán.
"Se puede predecir hacia dónde va a fallar. Con una estimación de qué puntos van a fallar primero. No se predicen, pero haces una evaluación completa de probabilidad", indica Zárate en el recorrido realizado con BBC Mundo.
Los manteles
La Ciudad de México fue construida sobre el espacio que ocupaba un gran lago hace casi 700 años.
Los pueblos prehispánicos realizaron las primeras construcciones y sobre ellas se edificaron inmuebles durante el periodo de la colonia española y después en el México independiente.
Es por eso que sismos como el del 19 de septiembre, de este año y de 1985, mostraron las vulnerabilidades que tienen los tres tipos de terreno que hay.
? La zona de loma: una región firme, con suelo rocoso donde los sismos usualmente no causan daños.
? La zona de transición: con capas de limo, arcillas y arenas, las cuales son las más riesgosas para las construcciones.
? Las zonas de lago: también con varias capas de arcillas y arena, pero en las que la presencia de mantos acuíferos remece el terreno sin generar efectos severos como en las de transición.
Cuando ocurre un sismo, sucede algo similar al experimento de quitar un mantel sin que se caigan las cosas sobre la mesa, explica Zárate.
"En las zonas de loma es como si sacaras el mantel rápido, no pasa nada. Pero en las zonas de transición es como si movieras lentamente el mantel de un lado a otro", dice.
En las zonas del lago ocurre algo similar a poner un bloque de Lego en una cama de agua, "le puedes pegar a la cama de agua y se mueve muy feo, pero todo el bloque se va moviendo", indica.
Es por ello que en los terremotos de 1985 y 2017 las mismas zonas de la capital fueron las más afectadas.
"Se está viendo que la zona de transición es más peligrosa que la zona del lago. Esto va a servir para actualizar los reglamentos de construcción", explica Zárate.
Sobre todo, esto debe servir para que no haya construcciones débiles en zonas de riesgo y, principalmente, que haya verificaciones más estrictas.