Las autoridades de salud en la provincia de Buenos Aires, en Argentina, continúan en alerta máxima luego de que al menos 23 personas murieran tras consumir lo que creían era cocaína.
Sin embargo, aún no hay claridad sobre qué fue exactamente lo que consumieron las víctimas ni por qué les causó la muerte.
Después de analizar los síntomas de algunos de los pacientes, algunos médicos en la provincia de Buenos Aires han empezado a usar medicamentos para atender sobredosis de opioides, en algunos casos con éxito.
BBC Mundo habló con el doctor Carlos Damin, jefe del servicio de toxicología del hospital Fernández, en la capital argentina, quien además es integrante de la Red Científica Internacional de la Comisión de Drogas y Crimen de Naciones Unidas y director científico de la ONG Fundartox, sobre lo que se conoce del caso.
¿Qué sabemos sobre la sustancia que llevó a la muerte a estas 23 personas en la provincia de Buenos Aires?
En este caso lo que suponemos, porque aún no tenemos la confirmación, es que hubo una adulteración de la cocaína con opioide. En realidad todavía tampoco tenemos certeza de que haya habido cocaína, estamos esperando el resultado de los análisis de las muestras.
La gente compró cocaína, consumió lo que creyó que era cocaína, y en algunos casos se encontró con la muerte. Se habla de cocaína adulterada, pero como todavía no tenemos las muestras y los síntomas de los pacientes eran de opioides y no de cocaína, la verdad es que no sabemos si era cocaína adulterada o si es simplemente opioides.
Nos costó darnos cuenta qué era. Nos dimos cuenta algún rato después, al ver de qué manera se presentaban en el hospital los pacientes. Pensamos que era un opioide. Lo tratamos con el antídoto de los opioides y respondieron favorablemente.
Pero suponemos que es posible que, incluso, haya involucrado algún raticida. ¿Por qué? Porque tenemos varios pacientes con hemorragias. Eso no es un síntoma de opioide o de cocaína.
¿Qué tipo de sustancias se usan comúnmente para cortar la cocaína?
Normalmente, lo que se ve es que adulteren la cocaína con medicamentos robados, con paracetamol, ibuprofeno, azúcar impalpable, talco, qué se yo. Hay bicarbonato. Hemos encontrado muchas sustancias. Una vez encontramos un antifúngico.
Lo que pasa es que muchas veces se roban esos medicamentos y esos medicamentos triturados son un polvo blanco y terminan en el comercio ilegal de cocaína. Pero normalmente esas sustancias de corte, de adulteración, no tienen impacto en la salud del consumidor. Simplemente le están vendiendo una mercadería adulterada con un fin económico.
Nadie puede pensar que hayan cortado la cocaína con una sustancia mucho más cara.
Con este caso ¿se puede decir que el consumo de opioides, tales como el fentanilo, está viendo un aumento similar en Argentina al que están teniendo en otros países como EE.UU.?
El tema es que en Argentina nunca hubo opioides.
En este país no tenemos consumo ilegal de opioides, hay muy poco a través del tramadol [un opioide vendido bajo fórmula médica para el dolor]. Alguien que consume, que consigue la receta, va y lo compra y se toma los comprimidos de tramadol.
Pero tenemos un puñado de pacientes, no más.
Según varios estudios, Argentina es el tercer país con mayor consumo de cocaína en América. ¿Usted por qué cree que eso pasa?
Yo creo que son varios los factores: por un lado, la idiosincrasia de la sociedad. La cocaína aparece acá claramente en los años 90 y aparece acompañada de un cambio social que era que todo tenía que estar para arriba y había que estar siempre de primero. Y la cocaína acompañaba eso.
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Después se instaló la cocaína fumable [crack], Argentina estuvo muy arriba en el consumo de cocaína fumable. Después desapareció la cocaína fumada y empezó a aparecer hace poco otra vez la cocaína inyectable.
También habrá variables sociales, económicas y educativas que hacen que se termine eligiendo la cocaína. Y creo que los formatos económicos y del mercado han favorecido ese consumo.
Es probable que si ingresaran los opioides a este país también sean un éxito. Nunca lograron ingresar. Y yo creo que eso tiene que ver con la lejanía. Vivimos muy lejos del mundo y entonces me imagino que la ruta de circulación de las sustancias ilegales se debe complicar para que vengan hasta acá.
Desafortunadamente, el consumo de cocaína se ha vuelto cada vez más común en ciertos ámbitos, y la gente la consume de manera recreativa pensando que no tienen una adicción. ¿Qué tan adictiva es realmente la cocaína?
Cuando uno habla de la tabla de capacidad de generar dependencia después de los opiáceos, la cocaína tiene el segundo lugar, es decir, la cocaína tiene una capacidad enorme de generar dependencia.
Es cierto que cuando uno mira el universo del consumidor hay más personas usando que abusando y siendo dependientes. Lo que no quiere decir que la cocaína no tenga una capacidad muy alta de generar dependencia.
De hecho, esa persona que empieza a consumir termina como con el alcohol, convencido de que consume porque quiere y no porque lo necesita. Hay una negación de la necesidad. Pero eso forma parte de la dependencia
La cocaína está muy por encima de la marihuana y encima incluso de lo que es la nicotina.