El bebé de Marlen Ochoa-López, la mujer latina que con nueve meses de embarazo fue estrangulada en Chicago en abril para arrancarle al niño de su vientre, murió este viernes.
Yovanny Jadiel estaba ingresado en cuidados intensivos desde el 23 de abril.
Fue ese día cuando Clarisa Figueroa, una mujer de 46 años, llamó al número de emergencias para reportar que había dado a luz al niño en su casa y que éste presentaba problemas para respirar.
Los paramédicos que acudieron a la llamada hospitalizaron al bebé porque registraba pocos signos vitales.
El 23 de abril es el mismo día que desapareció Ochoa-López, de 19 años y embarazada de su segundo hijo, en un suburbio en el suroeste de Chicago.
Una investigación policial posterior descubrió que Figueroa invitó a Marlen Ochoa-López a su casa con al promesa de regalarle ropa para su bebé.
Todo indica que una vez allí, la estranguló antes de extraer de su vientre al niño.
Pruebas de ADN demostraron posteriormente que el bebé era hijo de la fallecida Marlen Ochoa-López y de su marido Yovani López.
Con anterioridad, las autoridades informaron que el automóvil de Ochoa López había sido encontrado a una cuadra de la casa de la mujer que llamó a los servicios de emergencia afirmando que había dado a luz.
Muy delicado
Los médicos vieron desde el primer momento que Yovanny Jadiel se encontraba en un estado crítico.
En contra de los pronósticos, el bebé abrió los ojos el 19 de mayo y más tarde empezó a respirar de forma intermitente por sí solo, lo que creó esperanzas a la familia de que se recuperaría.
Sin embargo, un comunicado leído en nombre de la familia informó este viernes del fallecimiento.
"Con gran tristeza informamos sobre el fallecimiento del bebé Yovanny Jadiel López. Falleció esta mañana del viernes 14 de junio de 2019 a causa de una grave lesión cerebral" debido a la falta de oxígeno.
Clarisa Figueroa, de 46 años, y su hija Desiree, de 24, fueron acusadas formalmente esta semana de homicidio en primer grado.
El novio de Clarisa, Piotr Bobak, de 40 años, fue acusado de ocultar un homicidio.