Era el primer gran reto al que se enfrentaba desde que fue elegida como la primera mujer líder de Hong Kong, en 2017.
Carrie Lam, la jefa ejecutiva de la ciudad, tuvo que dar marcha atrás y suspender sus planes para permitir las extradiciones a China continental, Taiwán y otros lugares, tras grandes protestas en contra.
La propuesta de ley se produjo tras el caso de un hombre de Hong Kong que fue acusado de matar a su novia durante un viaje en Taiwán y no puede ser extraditado.
Pero los manifestantes temían que la ley pudiera ser usada contra adversarios políticos del Estado chino.
"Siento gran pena y arrepentimiento porque las deficiencias en nuestro trabajo -y otros factores- hayan causado importantes controversias", afirmó Lam el domingo.
Más de dos millones de personas, según los organizadores, volvieron a protestar contra la ley ese día, aunque la policía dice que fueron 338.000.
El anuncio de Lam se vio como una importante concesión, pero los líderes de las protestas aseguran que continuarán manifestándose hasta que la ley sea cancelada, no solo retrasada.
¿Quién es esta mujer que está en el centro de la polémica?
"La buena luchadora"
Hong Kong es una ex colonia británica que fue devuelta al gobierno chino en 1997 bajo la regla "un país, dos sistemas", que le garantiza un cierto nivel de autonomía.
Cuando fue elegida, Lam no era una candidata popular, pero contaba con el apoyo de Pekín y de aquellos encargados de decidir quién lidera el territorio: el líder ejecutivo es elegido por un comité de 1.200 personas que representan la ciudad.
Lam ganó con 777 votos, un número que desde entonces se ha convertido en uno de sus apodos en Hong Kong.
De religión católica, nació en Hong Kong y procede de una familia de clase trabajadora.
El diario estadounidense The New York Times la describió como workaholic (adicta al trabajo) por su hábito de dormir solo unas tres o cuatro horas cada noche.
De ella se dice que nunca se retira de una batalla burocrática, por lo que según este periódico y el South China Morning Post es conocida con el apodo de "buena luchadora" (good fighter).
Lam fue jurada en el cargo por el presidente chino Xi Jinping el 1 de julio de 2017, cuando se cumplían 20 años de la devolución de Hong Kong a Pekín.
"Hong Kong, nuestro hogar, sufre una división bastante seria y ha acumulado muchas frustraciones. Mi prioridad será curar esa división", dijo durante su discurso de aceptación.
Pero sus críticos la ven más cercana a Pekín. "Tengo una responsabilidad doble y rindo cuentas doblemente", señaló ella el año pasado según una cita recogida por The Financial Times.
Tras las protestas en Hong Kong, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino aseguró que "ratifica completamente el trabajo" de Lam, lo cual se interpreta como "una señal de que el gobierno chino no le pedirá que dimita, al menos por el momento", según el corresponsal de la BBC en China Stephen McDonell.
La "Revolución de los paraguas"
Lam era secretaria jefa de la Administración -el funcionario de más alto rango dentro de la Región Especial Administrativa de Hong Kong- durante las protestas prodemocracia de 2014, conocidas como la "Revolución de los paraguas", en la que manifestantes ocuparon varias zonas de la ciudad durante 79 días, paralizando la urbe.
Al terminar las protestas, mantuvo conversaciones con cinco líderes estudiantiles, centradas en las exigencias de los jóvenes para que China reconsiderara su papel en el proceso de selección de candidatos electorales y que la ciudad pudiera escoger a sus propios gobernantes.
Ella rechazó las peticiones y dijo: "Me temo que solo podemos estar de acuerdo en que no estamos de acuerdo".
Joshua Wong -quien se convirtió en el rostro del movimiento en 2014- pidió el lunes la dimisión de Lam nada más abandonar la prisión en la que estaba recluido por su participación en esas protestas.
Wong, que salió antes de cumplir toda la condena por su buen comportamiento, aseguró que Lam "ya no está cualificada para seguir siendo líder de Hong Kong".
Lam se convirtió en funcionaria en 1980 tras graduarse por la Universidad de Hong Kong. También estudió un año en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, donde hizo un curso sobre Estudios para el Desarrollo.
En 2004 fue nombrada Directora General de la Oficina Económica de Comercio Londres-Hong Kong, la representación de la ciudad en Reino Unido.
En 2006 volvió a Hong Kong y empezó a ascender en el escalafón. En 2007 renunció a su nacionalidad británica para trabajar como secretaria de Desarrollo.
Ahora se enfrenta al mayor desafío de su mandato desde que alcanzó el liderazgo.
Pero las protestas van más allá de la figura de Lam.
Son un "repudio masivo a la idea de que Hong Kong sea efectivamente y con el tiempo absorbido por la China continental", le dijo a la agencia AFP Bill Bishop, de la publicación especializada Sinocism China Newsletter.
Pekín ha intentado distanciarse de la inestabilidad, apuntando que la ley es un proyecto del gobierno de Hong Kong y calificando las protestas de la pasada semana, algunas de las cuales dieron lugar a violentos enfrentamientos, como "disturbios" apoyados por fuerzas extranjeras.
"Esto es una derrota para Xi Jinping" (presidente chino), le dijo a AFP Victoria Hui, nacida en Hong Kong y profesora asociada de ciencia política en la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos.
