Carmen Quinteros Giménez no tuvo problemas con sus comandantes de la Armada de Paraguay hasta que fue madre.
Hace casi tres años, la teniente de fragata, de 33 años, pidió licencia de lactancia después de haber cumplido los seis meses de maternidad, pero se la negaron y, luego de hacer una denuncia, la castigaron con una detención domiciliaria de 45 días que fue confirmada esta semana por la Corte Suprema de Justicia.
Quinteros llevó el caso a la justicia ordinaria, donde ha recibido varios reveses, pero también algunas victorias.
La mayor de todas es que "ha abierto las puertas para que los derechos miles de mujeres y niños sea respetados", en palabras de la fiscal para la Niñez Monaliza Muñoz.
Gracias a este caso, que ha tenido una gran repercusión en Paraguay y ha generado varias protestas, "fue posible la reglamentación de la obligatoriedad de la lactancia, el monitoreo constante de las empresas, la obligatoriedad de estabilidad laboral post parto y reglamentaciones sobre facilidades para lactancia", asegura la fiscal.
Después de este caso, en las Fuerzas Armadas se instalaron salas de lactancia y se sistematizaron los permisos de maternidad y paternidad.
"Es una heroína; nos trajo beneficios incalculables, pero la única que no fue beneficiada fue ella", asegura Muñoz a BBC Mundo.
Mal país para ser madre
Entre 1954 y 1989, Paraguay vivió el régimen militar más largo de la historia de América Latina. Erradicar el legado del general Alfredo Stroessner no ha sido tarea fácil.
Según Save the children, una ONG con base en Londres que lucha por los derechos de los niños, Paraguay está entre los tres países que peor trata a las madres en América Latina, junto a Honduras y Guatemala.
El país tiene una de las tasas más bajas de cumplimiento de la ley de lactancia, que apenas fue aprobada en 2015.
Solo desde 2002 Paraguay acepta mujeres en el ejército.
Y Quinteros es miembro de la primera promoción que se graduó de la academia miliar en 2006.
La ley militar
Diferentes voceros de las Fuerzas Armadas paraguayas han dicho que su caso "nada tiene que ver con el derecho a la lactancia", sino con un acto de calumnia y falta contra la disciplina militar.
Tras los meses de maternidad, Quinteros pidió que la quitaran de las guardias nocturnas debido a que tenía que estar cerca de su hijo recién nacido durante la noche.
Cuando su petición fue denegada, la teniente presentó una nota ante la justicia ordinaria y el caso se hizo público.
Eso fue interpretado por sus comandantes como un irrespeto que sobrepasaba la cadena de mando. Y las excepciones de guardia, dijeron, no estaban permitidas por la ley militar.
En ese sentido, varios funcionarios del gobierno de Mario Abdo Benítez, así como el presidente mismo, han dicho que no pueden hacer nada debido a que el caso se encuentra dentro de la jurisdicción castrense.
"Nosotras solicitamos que se cumpla el derecho a la lactancia por más que sea militar", le dice a BBC Mundo Celeste Molinas, vocera del ministerio de la Mujer.
"Pero nosotros somos el poder Ejecutivo y no podemos interferir ni en el poder judicial ni en el poder castrense", añade.
Un caso político
El abogado de Quinteros, Carlos Mendoza, recalca que su cliente no cometió un crimen ni un delito.
"Es una sanción disciplinaria que aún no se ha cumplido y aún no sabemos si va a tener que cumplir, pues ya ha pasado mucho tiempo", explica Mendoza a BBC Mundo.
El vicepresidente de la nación, Hugo Velázquez, aclaró este miércoles que Quintero "no está arrestada (?) y sigue cumpliendo con sus funciones".
Y añadió que el gobierno presentará una ley que busca "actualizar el marco normativo militar en favor de la lactancia materna".
El caso, sin embargo, ya adquirió una dimensión política e internacional: también este miércoles, el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) cuestionó a las instituciones paraguayas.
Su directora regional, María Cristina Perceval, dijo que "si la lactancia materna es una ley que importa (?), bueno, lo que les pido, con humildad, es coherencia con ese contrato social en donde la lactancia importa y la maternidad se celebra. No la castiguen".
Quinteros no puede dar entrevistas por ser miembro de las Fuerzas Armadas.
Pero Carlos Mendoza, su abogado, opina que el problema de fondo es que en Paraguay sigue imperando la corriente positivista del derecho en lugar del derecho natural.
"Acá las leyes tienen que estar escritas, no hay derechos inherentes al ser humano", concluye.