Cambio climático: ¿Por qué puede ser perjudicial que se depositen esperanzas en Greta Thunberg?
A sus 16 años, Greta Thunberg se ha convertido en la cabeza visible de de la lucha contra el cambio climático. Pero eso puede tener un efecto contraproducente.
La joven participará pronto en la Asamble General de las Naciones Unidas en Nueva York para tratar el tema. Paradójicamente, es la misma ciudad donde nació uno de los mayores escépticos del cambio climático: el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Thunberg acaba de finalizar en Nueva York un viaje de dos semanas a bordo de un yate de cero emisiones de CO2 para concientizar sobre el efecto contaminante de los aviones.
El autismo, trastorno obsesivo compulsivo y corta edad de la joven no le han impedido reunirse con los principales líderes mundiales para echarles en cara su inacción en el cuidado del planeta.
Justo hace un año, Thunberg empezó su labor como activista organizando huelgas frente al parlamento sueco que terminaron movilizando niños y adultos en otras ciudades del mundo en la lucha medioambiental.
Pero, a pesar de que para muchos la labor de la joven es una proeza y ejemplo, otros lo ven de manera diferente.
Muchos han criticado que haya abandonado la escuela o simplemente rechazan que una niña les aleccione.
Pero ¿cómo puede dividir tanto a la opinión pública una adolescente de 16 años de intenciones nobles?
Beneficioso y perjudicial
El programa de radio BBC Today analizó el fenómeno de Thunberg y se preguntó si la joven puede realmente salvar el mundo.
Para ello, contaron con la opinión de Julian Baggini, escritor y filósofo, que hace unos días publicó una columna en el diario británico The Guardian bajo el título "Los atacantes de Greta Thunberg están moralmente en bancarrota, pero su deificación no es útil".
Para Baggini, las opiniones sobre Greta están muy polarizadas, son "blancas o negras".
El filósofo se pregunta si es productivo personalizar una problemática tan grande en un solo individuo.
"Greta aparece en los periódicos prácticamente todos los días y aunque ella mismo reconoce que la crisis medioambiental no trata sobre ella, irónicamente todo sigue girando a su alrededor. Eso, al final, distrae de lo verdaderamente importante", explicó Baggini en el programa.
Las críticas a Greta, sin embargo, han trascendido su mera labor como activista.
Ha sido llamada "perturbadora", "rara" y "escalofriante" por algunos políticos.
"Creo que influye que Greta es una persona algo inusual, y eso genera incomodidad entre las personas, que pueden pensar que solo por tener problemas emocionales no se es inteligente o no se puede tener análisis certeros", continuó el filósofo.
Pero Baggini también opina que algunos matices de la retórica de Greta están equivocados. Por ejemplo, la forma en que culpa a generaciones anteriores del estado actual del planeta.
"El debate generacional es poco productivo. Conozco gente que, sin ser anti Greta, se harta de sus argumentos porque muchos ni siquiera sabían que sus rutinas del pasado estaban perjudicando al medioambiente", añadió.
Tras ser preguntado sobre si poner a una niña de 16 años con autismo como cabeza de la lucha contra el cambio climático ayuda, Baggini lo tiene claro: a corto plazo, sí, porque pone la cuestión en el centro de debate. Pero a largo plazo aparecen los problemas.
Según Baggini, la relevancia de la niña, además de desviar el debate, la hace más vulnerable a la crítica de sus detractores.
¿Pero por qué Greta tiene tanto éxito?
"Porque los políticos en las democracias occidentales han defraudado a los votantes. Entonces, cuando aparece alguien que presenta ideas con claridad y no existen otras voces creíbles, se acude en masa a este tipo de personas. Las respuestas simples y directas tienen un poder de seducción increíble", concluye Baggini.
Una niña feliz
El corresponsal de medioambiente de la BBC, Justin Rowlatt, estuvo con Greta antes de que la joven iniciara su viaje en barco a Nueva York.
Relata que le sorprendió la forma en que la niña sorteaba por momentos su inquisitiva entrevista.
Ante la pregunta de por qué intentaba atemorizar con sus discursos en lugar de ofrecer soluciones, respondió: "Nuestra responsabilidad como adolescentes es exigir que otros tomen su responsabilidad y hagan algo. Exigir soluciones, no proveerlas".
En los momentos previos de iniciar su travesía en una embarcación sin cocina, ducha o aseos, Greta se mostraba feliz y emocionada.
"Había dejado atrás la imagen de austeridad habitual y le agradaba la idea de pasar 15 días aislada en el océano", comentó Rowlatt.