La primera ministra británica, Theresa May, recibió este lunes un nuevo golpe a su plan de salida de la Unión Europea para Reino Unido.
El Parlamento aprobó una enmienda que aumenta el control de la Cámara sobre el Brexit y que plantea la votación de planes alternativos al acuerdo que defiende May.
Por 329 votos a favor y 302 en contra, los diputados respaldaron realizar dicha votación el próximo miércoles sobre distintas opciones de salida de la UE que, sin embargo, no será vinculante para el gobierno.
May, de hecho, rechazó comprometerse a cumplir con el resultado en caso de que alguna alternativa lograra el visto bueno de la mayoría.
"Un voto indicativo es exactamente eso, indicativo, y los miembros de esta Cámara no pueden esperar que el gobierno les dé simplemente un cheque en blanco a cualquier votación que se apruebe", advirtió.
La lista de las posibles alternativas no está decidida, pero podría incluir opciones como abandonar la UE sin acuerdo, convocar un segundo referéndum, negociar una relación más cercana con el mercado único o suspender la ruptura.
Treinta diputados del Partido Conservador de May votaron en contra del gobierno, incluidos tres (Richard Harrington, Alistair Burt y Steve Brine) que renunciaron a sus cargos en distintos ministerios.
Cualquier opción que se llegara a aprobar en el Parlamento, en caso de que ocurriera, deberá lograr después la aprobación de un gobierno cada vez más dividido.
Contra las instituciones democráticas
La enmienda aprobada este miércoles permite a los diputados convocar la votación en la Cámara, una función reservada normalmente al gobierno.
"Se trataría de un precedente poco recomendable, que rompería con el equilibrio de nuestras instituciones democráticas", alertó May antes de que la enmienda fuera aprobada.
El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, le reprochó "que no pueda aceptar que su acuerdo no tiene el número necesario (de votos) y, encima, obstaculiza una alternativa que quizás si los tenga".
Por otro lado, May descartó volver a someter este lunes a votación vinculante el acuerdo de Brexit que pactó en noviembre con la UE al admitir que no cuenta con los apoyos necesarios.
Aún así, mantiene su intención de que se vuelva a votar a lo largo de esta semana, tras haber sido rechazado por amplia mayoría en dos ocasiones.
La UE estableció el próximo 12 de abril como la fecha límite para el Parlamento británico.
De no haber aprobado el acuerdo en esa fecha, Reino Unido deberá abandonar la UE de forma no negociada o se verá obligado a pedir una nueva prórroga, lo que le llevaría a participar en las elecciones europeas de mayo.