Bougainville: ¿se convertirá en el país más joven del mundo?
Un grupo de islas en el Pacífico puede convertirse en el país más joven del mundo.
Se trata de Bougainville, una provincia autónoma de Papúa Nueva Guinea. El territorio está pasando por un momento histórico: el pasado sábado lanzó un referéndum para decidir su futuro.
Los ciudadanos de la provincia tendrán que responder a dos preguntas: si quieren mayor autonomía o la total independencia del país al que ahora pertenecen.
La consulta comenzó el 23 de noviembre en un ambiente de alegría y masiva asistencia y las urnas permanecerán abiertas hasta el 7 de diciembre.
El referéndum es el resultado de un lento proceso de paz que culminó con un acuerdo en el año 2000, tras una década de guerra entre la provincia y el gobierno central.
En aquel momento, Papúa Nueva Guinea dijo que "en un futuro" Bougainville tendría la posibilidad de decidir sobre la relación, y ese momento ha llegado, aunque con un desenlace desconocido porque el resultado no es vinculante.
De imponerse el sí, la independencia de la región -que sería la primera desde la de Sudán del Sur en 2011- quedará supeditada a una negociación entre los gobiernos autónomo y papú, y a una votación en el Parlamento papú, que tendrá la decisión final de aceptar o rechazar el acuerdo.
¿Por qué quieren independizarse?
Las islas fueron bautizadas con el nombre del explorador francés del siglo XVIII Louis Antoine de Bougainville, y a finales del siglo XIX, se convirtieron en una colonia alemana, la Nueva Guinea Alemana.
Durante la Primera Guerra Mundial, Australia tomó el control del territorio y fue el poder dominante hasta 1975 (aunque hubo un breve período de dominio japonés durante la Segunda Guerra Mundial).
Mientras estuvo bajo control colonial, Bougainville, con una población actual de 300.000 personas, siempre fue un puesto avanzado.
El primer centro administrativo alemán se estableció en 1905, 21 años después de que comenzara su dominio sobre el territorio.
Según informes sobre el país publicados a raíz del referéndum, "algunas partes montañosas del centro y norte de Bougainville tuvieron poco contacto con la iglesia o con el régimen colonial hasta después de la Segunda Guerra Mundial".
Cuando Papúa Nueva Guinea logró su independencia en 1975, Bougainville se convirtió en una provincia, pese a que había poco entusiasmo en hacerlo.
De hecho, hubo incluso una declaración de independencia poco después de que Papúa Nueva Guinea se creara, un intento de crear "la República de Salomón del Norte".
No obstante, la declaración fue ignorada tanto por Australia como por el gobierno papú.
Ese intento secesionista fue la manifestación de la identidad Bougainville, que se desarrolló durante el siglo XX. Inicialmente, esa identidad surgió como una respuesta a los asentamientos colonialistas, pero se fortaleció debido al sentimiento de racismo que se percibía en el territorio y de explotación económica.
El principal distintivo de esa identidad era el color oscuro de la piel: la mayoría de los habitantes de Bougainville tienen la piel más oscura que la mayoría -aunque no todos- de las personas de otras partes de Papúa Nueva Guinea.
Después de que la declaración fracasara, el descontento fue creciendo y en 1988 estalló en una guerra separatista que duró 9 años.
Las estimaciones de la cantidad de personas que murieron en el conflicto oscilan entre las 4.000 y 20.000, entre el 3 y el 13% de la población de la isla al comienzo de la guerra.
El enfrentamiento terminó en 1997 con la ayuda de mediadores internacionales. El resultado fue el Acuerdo de Paz de Bougainville, la creación en 2005 del gobierno autónomo de esa provincia y la promesa de un referéndum de independencia no vinculante.
¿Qué puede pasar ahora?
Mayor autonomía o independencia: esas son las dos opciones entre las que tendrán que elegir los habitantes de Bougainville en este referéndum.
Se espera que gane la independencia, pero no es seguro, por lo que los escenarios podrían ser los siguientes:
- Más autonomía, pero no independencia. En este caso, Bougainville continuará siendo parte de Papúa Nueva Guinea y los detalles de cómo esa nueva relación funcionará se negociará con el gobierno de Puerto Moresby.
- Gana la opción de la independencia, y Papúa Nueva Guinea reconoce el resultado. La provincia viviría entonces una transición para convertirse en un país soberano.
- Gana la independencia, pero Papúa Nueva Guinea no acepta el resultado o intenta demorar los pasos siguientes para la transición, lo cual podría ocasionar una nueva crisis.
La Comisión del Referéndum está liderada por el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern, que ayudó a negociar el Acuerdo de Viernes Santo de 1998, como parte del proceso de paz en Irlanda del Norte.
"Creo que será un proceso creíble, lejos del miedo y la intimidación que trajeron las armas de la guerra en el pasado", señaló Ahern.
¿Qué dicen desde Puerto Moresby?
El gobierno central ha negado destinar fondos para la celebración del referéndum, y prefiere que la región siga perteneciendo al país.
En octubre, el primer ministro James Marape reiteró que el voto no era vinculante, y que el resultado será deliberado entre el gobierno y las autoridades de Bougainville.
Pero ¿por qué el gobierno central quiere que Bougainville se quede?
Para empezar, Bougainville es un territorio rico en recursos naturales. Pese a que la guerra provocó el cese de las operaciones de las minas de oro y de cobre, la provincia solía ser una de las más ricas d Papúa Nueva Guinea antes del conflicto.
La otra preocupación en torno a la independencia es que pueda sentar un precedente. Si Bougainville consigue la independencia, otras provincias del país (hay más de 20) podrían alzar sus demandas por una mayor autonomía, o incluso la secesión.
¿Está lista Bougainville para la independencia?
En caso de que finalmente la independencia se concrete, Bougainville se convertirá en un país pequeño, con un territorio de menos de 10.000 km2, un poco más grande que Chipre, y un poco más pequeño que Líbano.
Tendrá un tamaño de población también pequeño -entre los más pequeños del mundo-, un poco menor que la de la vecina Vanuatu, y un poco mayor que Barbados.
Pero de acuerdo a una investigación del Instituto Lowy de Australia, pasarán años antes de que Bougainville pueda administrarse sin depender de otros.
El país es rico en recursos naturales -especialmente, cobre, que ha sido extraído a gran escala desde los años 60 bajo administración australiana-.
Pero las operaciones mineras se vieron paralizadas por la guerra y la distribución de los ingresos fue uno de los factores detrás del conflicto.
Según una estimación del Instituto Lowy, Bougainville solo tendría 56% de los ingresos que necesita para ser independiente.
¿Qué creen los países vecinos?
Australia, el país más rico cercano a Papúa Nueva Guinea, es el mayor donante de fondos de Bougainville y participó en la mediación que puso fin al conflicto armado.
El gobierno de Canberra afirma que aceptará cualquier resultado negociado, pero la mayoría de los habitantes de Bougainville cree que Australia se opone a la independencia.
Desde un poco más lejos, Estados Unidos y China siguen muy de cerca el proceso.
Se cree que Pekín ya envió una delegación para explorar la posibilidad de invertir en la provincia, a través de planes que incluyen un nuevo puerto.
Pekín aumentó recientemente sus esfuerzos para impulsar los lazos con las islas-naciones del Pacífico, estableciendo relaciones diplomáticas con las Islas Salomón y Kiribati.
Mientras tanto, Estados Unidos -junto a Australia, Nueva Zelanda y Japón- han proveído fondos para que la consulta se pudiera realizar.
Los resultados definitivos se sabrán a finales de diciembre.