¿Quién de los dos representa la mejor opción para vencer a Trump el próximo 3 de noviembre?
Falta mucho para saberlo y este martes no ha brindado una respuesta contundente.
Bernie Sanders y Joe Biden se convirtieron tras la jornada del Super Tuesday (o supermartes) en los dos precandidatos más claros del Partido Demócrata de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
El exvicepresidente Biden ganaba este martes en 9 estados y el senador Sanders en 3, cuando todavía falta el resultado del crucial estado de California.
Catorce estados más el territorio de la Samoa estadounidense participaron en la jornada más significativa de las primarias demócratas.
Biden, el precandidato centrista, demostró contar con el respaldo de estados del sur del país y tener una base importantes de seguidores afroestadounidenses y de mayor edad.
Sanders, el socialista demócrata, cimentó por otro lado su popularidad entre los votantes jóvenes con victorias en Vermont, el estado al que representa como senador, Utah y Colorado. California probablemente también caerá de su lado.
La carrera todavía es larga y esto es, en gran parte, debido al complejo sistema electoral estadounidense.
De momento Biden y Sanders acumulan la mayor cantidad de delegados, que serán responsables de nominar al candidato oficial demócrata en la convención del partido el próximo mes de julio.
Te contamos algunos aspectos claves de las trayectorias e ideas políticas de ambos.
Joe Biden, ¿a la tercera va la vencida?
Es la tercera vez que el exvicepresidente Joe Biden participa en una elección demócrata con el fin de convertirse en el candidato presidencial.
Biden compitió en la carrera demócrata de 2008 antes de abandonarla para unirse a la campaña de Barack Obama y convertirse en su vicepresidente.
Los ocho años que trabajó en la Casa Blanca liderada por Obama le han permitido hacerse con gran parte del legado del exmandatario, incluida la reforma del sistema de salud, un paquete de estímulo económico y la transformación de la industria financiera.
Obama lo ha calificado como "el mejor vicepresidente que ha habido en Estados Unidos".
Su estrecho vínculo con Obama, un político al que suele referirse como mi "hermano", puede ser un factor clave en el respaldo que ha obtenido por parte de los votantes afroestadounidenses.
El sistema de salud sigue siendo una prioridad para Biden. Con frecuencia se refiere a sus tragedias familiares cuando aborda el tema: en 1972 perdió a su esposa e hija en un accidente automovilístico y en 2015 su hijo Beau Biden murió de cáncer cerebral.
El candidato moderado se ha presentado también convencido de la necesidad de trabajar con el Partido Republicano en asuntos importantes.
"Tenemos que vencer a Donald Trump pero no podemos ser como él (...) Necesitamos a un presidente que pueda sanar al país y eso es lo que haré", dijo el martes por la noche desde Los Ángeles en un discurso de celebración.
La primera vez que se postuló a la presidencia fue en 1988 pero se retiró tras admitir haber plagiado un discurso del entonces líder del Partido Laborista británico, Neil Kinnock.
Su larga trayectoria en la Cámara Alta ha servido como munición para sus críticos.
En los inicios de su carrera política, Biden se alineó con los segregacionistas del sur del país al oponerse a un fallo judicial que favorecía un nuevo sistema de transporte escolar tras el fin de la integración racial de las escuelas públicas.
Por otro lado, en 1991, mientras era director del comité judicial del Senado, supervisó las audiencias de confirmación del magistrado Clarence Thomas para la Corte Suprema y fue duramente cuestionado por la forma en que manejó las acusaciones de acoso sexual de Anita Hill contra el juez.
En 2019, una serie de acusaciones de contacto físico inapropiado empañaron la imagen pública de Biden, después de que cuatro mujeres dijeran que el político las había tocado sin su consentimiento.
Biden publicó un video en Twitter asegurando que, en el futuro, respetaría el espacio personal de la gente.
Lo que nadie duda es que si es elegido como candidato demócrata para enfrentarse a Donald Trump, uno de los temas centrales de la campaña será el de los negocios de su hijo en Ucrania.
Trump fue sometido a principios de año a un proceso de impeachment del que salió victorioso por haber pedido a las autoridades ucranianas que investigaran a Hunter Biden a cambio de ayuda financiera.
No hay duda de que la campaña del presidente estadounidense intentará sacar provecho de este asunto.
Bernie Sanders, ¿una revolución política?
Bernie Sanders, de 78 años, vuelve al ruedo después de una amargo fracaso como rival demócrata de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton en 2016.
El candidato socialista sufrió hace unos meses un infarto en plena campaña y ha recaudado más de US$167 millones.
Conocido por su agenda política progresista, es un aguerrido defensor de la expansión de beneficios sociales y de aumentar el salario mínimo.
Sanders fue elegido para la Cámara de Representantes en 1991 y, antes de eso, fue alcalde de la ciudad de Burlington, en Vermont.
En 2007, ganó un escaño en la Cámara Alta del Congreso como representante de Vermont.
Es un confeso enemigo de las políticas que han favorecido a las multinacionales y a los grandes inversionistas.
Que Sanders se identifique como "socialista" lo ha convertido en un personaje particular en la arena política estadounidense, donde esta denominación suele tener una connotación negativa.
El objetivo de Sanders es reducir la gran desigualdad de EE.UU. mediante una redistribución de la riqueza, con nuevos impuestos a las corporaciones y a los más ricos para financiar una presencia más fuerte del Estado en áreas como la salud o la educación.
Por ejemplo, plantea crear un programa de salud manejado por el gobierno bajo el lema "Medicare para todos", inspirado en políticas de Canadá y países escandinavos y que ofrecería cobertura integral y gratuita de atención médica en lugar del actual sistema de seguros privados de salud.
También propone cancelar US$1,6 billones en deudas de préstamos estudiantiles que arrastran 45 millones de estadounidenses y dar acceso a educación gratuita en universidades públicas, así como una garantía federal de empleo que asegure un trabajo estable "para todos", un salario mínimo de US$15 la hora y duplicar la afiliación sindical en un período de gobierno.
Sanders ha sido cuestionado por su historial de votos en lo que respecta al control de armas, en parte por haberse opuesto en el pasado a una legislación que contemplaba exigir revisiones de los antecedentes penales para quienes desearan comprar armas de fuego.
En la actualidad, sus críticos cuestionan los elevadísimos costes de sus propuestas, que en algunos casos ascienden a billones de dólares.
Hace poco estuvo en el centro de la controversia al hacer comentarios positivos sobre el sistema educativo de Cuba, lo que le valió duros señalamientos por parte de políticos de su propio partido.
pese a ello, cuenta con una base sólida de seguidores en la que abundan los jóvenes y los latinos.