Se asienta sobre enormes reservas de oro, cobre y gas, de las más importantes de Asia, y se ha vuelto la clave de uno de los megaproyectos de China.
Pero paradójicamente, Baluchistán sigue siendo un territorio remoto y en cierto sentido olvidado, la provincia más pobre y menos desarrollada de Pakistán.
Fue allí, en bajo su extenso desierto, donde hace más de dos décadas Islamabad llevó a cabo los seis ensayos que convirtieron al país en el séptimo del mundo en desarrollar y probar con éxito las armas nucleares.
Tuvieron lugar en mayo de 1998 en el distrito de Chagai (por eso se llamaron Chagai-I), bajo el liderazo del primer ministro Nawaz Sharif, y resultaron en la condena internacional y en sanciones contra Pakistán en India por parte de varios estados.
Pero más allá de aquello, Baluchistán comparte una extensa y porosa frontera con Afganistán e Irán y es hogar de una insurgencia de larga data, emprendida por los nacionalistas baluchis contra el gobierno pakistaní, un conflicto que ha dejado miles de víctimas mortales de ambos bandos.
Varios grupos militantes operan en la región, incluidos los talibanes pakistaníes, el grupo extremista musulmán sunita Lashkar-e-Jhangvi y el separatista Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA, por sus siglas en inglés).
Precisamente este último se adjudicó el ataque mortífero más reciente; a finales de junio cuatro hombres irrumpieron en la Bolsa de Valores de Karachi, la más importante de Pakistán, armados con fusiles y granadas, mataron a dos guardias de seguridad y a un policía e hirieron a otras siete personas antes de ser ultimados.
El año pasado, la misma organización ejecutó un ataque en el hotel Zaver Pearl-Continental de la ciudad portuaria de Gwadar, en el sur de Baluchistán, con el objetivo de arremeter contra inversores chinos y de otras nacionalidades que suelen darse cita en ese lugar.
El complejo hotelero es visto por algunos grupos separatistas como el centro de operaciones de un ambicioso y multimillonario proyecto chino.
Los militantes se oponen ferozmente a la inversión china, pues argumentan que no trae ningún beneficio para la población local.
Pero ¿qué tiene esta provincia qué se ha convertido en un punto estratégico para China?
El Corredor Económico China-Pakistán
El hotel Zaver Pearl-Continental, atacado el 11 de mayo de 2019, corona una colina con vistas al puerto de Gwadar.
Situado en el mar Arábigo, el muelle está siendo desarrollado por China como parte del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC, por sus siglas en inglés), un megaproyecto anunciado en abril de 2015.
Con una inversión que ya se estima en alrededor de US$62 mil millones, una cifra superior al Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua, el objetivo es construir una red de carreteras, ferrocarriles y gasoductos entre los dos países aliados.
El corredor económico irá desde la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, en el noroeste de China, al puerto de Gawadar en Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, recorriendo así unos 3.000km.
La serie de proyectos le darán a China acceso directo al océano Índico, el tercero más grande del mundo.
Parte de la geoestrategia china
Los intereses de China en Baluchistán no son nuevos: datan desde incluso antes de la Guerra Fría.
"China siempre ha tenido un enfoque geoestratégico en sus fronteras occidentales, importantes para tener acceso a Europa, otros países de Asia Central o Irán. Esto no es nuevo. China siempre ha mirado hacia sus fronteras occidentales por razones comerciales u otros motivos estratégicos", explica Saqlain Imam, periodista del servicio urdu de la BBC.
"Por mucho tiempo, Estados Unidos ha mantenido una enorme flota naval al sudeste de China e hipotéticamente podrían bloquear el comercio en la zona, obstruyendo el estrecho de Malaca, que es una ruta comercial muy importante para China".
Pakistán, a diferencia de Japón, Corea del Sur y Taiwán -países que se encuentran del lado oriental de las fronteras marítimas de la segunda economía del mundo- es un aliado histórico de China y si el gigante asiático quiere una salida al mar alternativa, Baluchistán es una de sus pocas apuestas.
Los intereses pakistaníes
Pero el proyecto no solo beneficia a China: Pakistán necesita desesperadamente esta inversión.
"Se trata de un país que no tiene un sistema ferroviario decente, en el que faltan hospitales, escuelas y centros de salud. Durante los últimos 40 años, las inversiones en infraestructura en Pakistán han sido escasas", recuerda Imam.
"Pakistán tiene solo un gran puerto, el puerto de Karachi, que fue construido durante el período colonial hace más de 100 años", agrega.
El CPEC incluye proyectos que el gobierno de Islamabad no puede costearse por sí solo.
Pakistán es un país cuya deuda pública es superior al 80% de su PIB y su riqueza por el número de habitantes es de apenas unos US$1.500, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero el conjunto de inversiones causa tensiones. Diferentes comunidades se oponen a ellas, unas porque se sienten excluidas y otras por razones más ideológicas.
"Le están vendiendo nuestro territorio a China"
"En Baluchistán hay varios tipos de nacionalismo. Algunos se oponen a todo lo que hace Pakistán, porque simplemente quieren convertirse en un país independiente", detalla el periodista del servicio urdu de la BBC.
"Otros grupos sienten que el gobierno federal que está dominado por Punjab -la provincia más poblada del país y la segunda más grande por superficie después de Baluchistán- no les permite a los baluchis tener una voz en los proyectos".
Hassas Kosa, vicepresidente de la ONG Baloch Human Rights Council (BHRC), que defiende la causa baluchi, no ve el proyecto con buenos ojos.
Además de en esta provincia de Pakistán, los baluchis habitan en algunas áreas vecinas de Irán, Afganistán, Baréin y Punjab (India).
"Pakistán tiene problemas económicos, necesita dinero y le está vendiendo nuestro territorio a China para intentar solventarlos", le dice Kosa, quien es oriundo de Baluchistán y ahora vive en Londres, a BBC Mundo.
Denuncias de abusos y violaciones de derechos humanos
"El pueblo baluchi no se va a beneficiar de esta alianza, ya lo sabemos porque tenemos un historial en esto. Pakistán ha ejecutado proyectos gasíferos para explotar el gas de Baluchistán, por ejemplo. Este gas llega a todos lados, menos a las poblaciones locales".
La baluchi representa cerca de la mitad de toda la producción gasífera pakistaní.
La BLA -organización detrás del ataque contra la Bolsa de Valores de Karachi el 29 de junio- es solamente uno de los seis grupos separatistas armados de Baluchistán y que previamente han ejecutado ataques en Pakistán.
Estados Unidos y Reino Unido la consideran una organización "terrorista".
Baluchistán actualmente es una provincia de difícil acceso para periodistas y grupos de derechos humanos, sin embargo, a lo largo de los años se han documentado diversos abusos y denuncias de represión a gran escala por parte del Ejército paquistaní.
Las autoridades locales han negado las acusaciones en diversas ocasiones.
Los expertos y activistas estiman en que las tensiones entre Islamabad y los diferentes grupos separatistas baluchis continuarán hasta que ambos bandos lleguen a un acuerdo.