"Somos país de inmigrantes, pero también somos un país de leyes y continuaremos haciéndolas cumplir".
Así de tajante se mostró el fiscal del distrito sur del estado de Misisipi, Mike Hurst, al detallar ante la prensa la que definió como la mayor redada contra inmigrantes realizada en Estados Unidos en la última década.
Este miércoles, la policía migratoria estadounidense (ICE, por sus siglas en inglés) detuvo a 680 trabajadores de siete plantas procesadoras de alimentos en distintas localidades de este estado sureño, donde existe una alta presencia de inmigrantes de origen latino.
Hurst, del Partido Republicano, afirmó que esta macrorredada contra "inmigrantes ilegales" fue planeada desde hace meses y que es "la acción de las fuerzas del orden más grande en un solo estado de la historia de EE.UU.".
"Damos la bienvenida a la gente de otros países, pero tienen que obedecer nuestras reglas, tienen que venir aquí legalmente. O, si no, entonces no deberían venir", aseguró.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en julio que se realizarían redadas masivas de inmigrantes indocumentados en diez grandes ciudades del país, algo que nunca llegó a ocurrir.
Ninguna ciudad de Misisipi, sin embargo, se encontraba entre las anunciadas por el mandatario.
Posible deportación
Alrededor de 600 agentes participaron en la operación llevada a cabo este miércoles en los centros de trabajo de los 680 detenidos, ubicados en pequeños pueblos cerca de la ciudad de Jackson que cuentan con una fuerza laboral compuesta en gran medida por inmigrantes latinos.
Los arrestados pasarán a custodia del ICE, que decidirá si los encierra en un centro de detención hasta ser deportados a sus países de origen o si los pone en libertad mientras los jueces deciden sobre su permanencia o no en EE.UU.
Quienes pudieron demostrar que tenían estatus legal fueron puestos en libertad, según el diario The Washington Post.
Durante su comparecencia ante la prensa, el fiscal Hurst aseguró que el objetivo de las redadas son tanto los inmigrantes indocumentados como las compañías que los contratan.
La empresa Peco, dueña de tres de las plantas de procesamiento de pollos donde se llevó a cabo el operativo, aseguró que cumple con todas las leyes migratorias y usa el programa federal "E-Verify" para evitar contratar personas indocumentadas.
"Estamos colaborando plenamente con las autoridades en su investigación y estamos viendo la posible interrupción de nuestras operaciones", señaló la empresa en un comunicado recogido por la cadena de televisión local WDAM.
De cara a las próximas elecciones presidenciales 2020, Trump continúa centrando en la inmigración buena parte de su agenda, asegurando que el número de migrantes que cruzan la frontera sur plantea una crisis de seguridad nacional.
Sin embargo, mientras el número de detenciones en la frontera ha aumentado en los últimos dos años, la cifra de inmigrantes indocumentados en EE.UU. está descendiendo.
Según un estudio del Pew Research Center, tras registrarse la alta cifra de 12,2 millones de inmigrantes indocumentados en 2007, el número total en 2017 cayó en casi dos millones.
El centro de investigación atribuyó este declive en gran parte al descenso de inmigrantes mexicanos ilegales, con más de ellos yéndose que entrando en EE.UU.