El mundo está tan cerca de su fin este 2018 como lo estuvo en 1953 durante la Guerra Fría.
Es lo que considera un grupo de científicos que cada año ajusta el Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock, en inglés), el cual este año marca que estamos a "dos minutos de la medianoche", es decir, a un par de minutos del final.
Los responsables de ajustar las manecillas presentaron su veredicto el jueves en Washington D.C., luego de que analizaron los riesgos de las armas nucleares, del uso de bombas biológicas y el cambio climático.
"En las discusiones de este año, los asuntos nucleares tomaron el centro del escenario una vez más", dijo Rachel Bronson, presidenta del Boletín de Científicos Atómicos.
Este metafórico reloj marcaba las 23:57 con 30 segundos el año pasado, tras las amenazas nucleares que enfrentaba el mundo, pero le fueron añadidos 30 segundos más este año.
Las nuevas pruebas de misiles de Corea del Norte, la proliferación de armas nucleares en China, Pakistán e India, y la "imprevisibilidad" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con sus tuits y declaraciones han llevado al mundo a un punto más cercano a la extinción, según los científicos.
El llegar a los "dos minutos antes de la medianoche" era algo que no pasaba en el Reloj del Apocalipsis desde 1953, un año marcado por las crecientes amenazas de la Guerra Fría.
¿Qué es el "Doomsday Clock"?
En vez de medir el paso del tiempo, el Reloj del Apocalipsis intenta mostrar cuán próxima la Tierra está de ser destruida.
"Es un símbolo que representa cuán cerca o lejos estamos de una catástrofe global. Y lo que queremos decir con eso es cuán cerca o lejos estamos de destruir la vida en la Tierra como la conocemos", explicó a BBC Mundo el año pasado la directora Rachel Bronson.
Su hora final es la medianoche, momento que se toma como sinónimo metafórico de la oscuridad.
Fue creado en 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, por los científicos que participan en el Boletín de Científicos Atómicos.
Sus manecillas han sido ajustadas en más de veinte ocasiones, con márgenes de 2 a 17 minutos, los cuales reflejan la preocupación de los científicos que lo concibieron ante el peligro de un conflicto nuclear al inicio de la Guerra Fría.
En 1949, con el primer ensayo nuclear de la Unión Soviética, las manecillas empezaron a moverse hacia el punto y final.
Como en 1953
El reloj fue diseñado por la pintora Martyl Langsdorf, esposa del físico del Proyecto Manhattan Alexander Langsdorf, y en su primera aparición en la portada del boletín marcaba siete minutos para la medianoche.
En 1953 también marcó dos minutos antes de la hora límite, pues se habían realizado pruebas de armas termonucleares tanto en Estados Unidos como en la Unión Soviética.
Ese año, y ahora 2018, estuvo más cerca de la medianoche que durante la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962, cuando se mantuvo a siete minutos de la hora final pese a que muchos creen que debía haberse movido.
Bronson explica que eso ocurrió porque la Crisis de los Misiles en Cuba pasó tan rápido que los expertos del boletín no llegaron a juntarse para cambiar el reloj, y cuando lo hicieron EE.UU. y la Unión Soviética ya habían firmado acuerdos de control de armas.
En 1991, con el fin de la Guerra Fría y nuevos acuerdos de reducción de armas entre Washington D.C. y Moscú, el reloj alcanzó su mayor distancia de la hora final: 17 minutos.
Pero el gran alivio que se vivió en aquel momento contrasta con el riesgo que las agujas marcan ahora.