Australia, Chile, Estados Unidos y, de nuevo, Alemania.
La Iglesia católica sigue acumulando escándalos de abusos sexuales.
Un nuevo informe, publicado de forma parcial este miércoles por el semanario alemán Der Spiegel, señala que más de 3.600 niños de Alemania fueron abusados por curas entre 1946 y 2014.
La investigación fue encargada por la Conferencia Episcopal alemana e iba a ser publicada el próximo 25 de septiembre, pero el prestigioso semanario adelantó su contenido en su edición digital.
Un portavoz de la Iglesia católica en el país manifestó que la institución está "consternada y avergonzada".
Se trata de la última de una larga lista de revelaciones sobre décadas de abusos sexuales cometidos por clérigos de la Iglesia católica alrededor del mundo y encubiertos de forma sistemática.
El último de estos escándalos se destapó en Estados Unidos y llevó al Papa a publicar una carta dirigida a la comunidad católica mundial pidiendo perdón.
68 años de abusos y ninguna alerta
Según la información de Der Spiegel, alrededor de 1.670 miembros de la iglesia en Alemania perpetraron algún tipo de ataque sexual a 3.677 menores durante un período de 68 años.
Solo un 38% de los supuestos perpetradores fueron procesados y la mayoría se enfrentaron a procedimientos disciplinarios menores, según el medio alemán.
Aproximadamente la mitad de las víctimas de esos abusos eran menores de 13 años y en uno de cada seis casos se trató de "alguna forma de violación", cita la publicación.
El estudio desvela además un sistema de encubrimiento de los abusos.
Según el informe, los supuestos abusadores fueron trasladados a nuevas comunidades, donde no se emitió ninguna alerta sobre sus acciones.
El informe fue realizado por tres universidades alemanas, a partir de 38.000 documentos de 27 diócesis del país. Sus autores consideran que la verdadera magnitud de los abusos es más grande, ya que algunas pruebas de lo ocurrido fueron "destruidas o manipulados".
La Conferencia Episcopal alemana encargó ese estudio a las universidades a raíz del escándalo de los abusos sexuales que sacudió a la Iglesia católica alemana en 2010, que generó una crisis de credibilidad para el catolicismo alemán, informa la agencia EFE.
"Lado oscuro de la Iglesia"
El obispo Stephan Ackermann, coordinador de la Conferencia Episcopal para la investigación de abusos sexuales, lamentó que el contenido del estudio se hubiera publicado antes de lo previsto.
No obstante, señaló: "Conocemos la magnitud del abuso sexual que ha quedado demostrado por este estudio. Estamos consternados y avergonzados".
El portavoz explicó que el objetivo del informe era arrojar luz sobre "este lado oscuro de nuestra Iglesia, en beneficio de los afectados, pero también para que nosotros veamos los errores y hagamos todo para prevenir que esto se vuelva a repetir".
Ackermann señaló que el informe había sido filtrado a la prensa incluso antes de que la Iglesia lo hubiera visto. Según explicó, la institución planeaba proveer un servicio de asesoría telefónica para los afectados.
El Vaticano no respondió de manera inmediata a la publicación de Der Spiegel.
Sin embargo, este miércoles el papa Francisco convocó a los obispos al Vaticano para febrero del año próximo para discutir cómo proteger a los niños.
En los últimos años, se han producido múltiples acusaciones de abusos sexuales alrededor del mundo contra miembros de la Iglesia católica, así como denuncias sobre el encubrimiento llevado a cabo por líderes de esta institución.
El propio Papa se vio envuelto en el escándalo el mes pasado, después de que un exdiplomático del Vaticano le acusara de ignorar las acusaciones contra un cardenal en Estados Unidos durante cinco años.
Los defensores del Pontífice, que durante su mandato ha creado una comisión para la protección de los menores, cuestionan la credibilidad de esa acusación, a la que el Papa se ha negado a responder directamente.
En agosto, Francisco condenó las "atrocidades" de abusos sexuales a menores en una misiva dirigida a la comunidad católico-romana.
"Es imprescindible que como Iglesia podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables. Pidamos perdón por los pecados propios y ajenos", señaló en la carta.
Su carta se publicó después de que un gran jurado de Estados Unidos documentara siete décadas de abusos sexuales en el estado de Pensilvania.
La investigación identificó a más de 1.000 menores que fueron abusados o violados por parte de 300 supuestos "sacerdotes depredadores" desde 1940 y concluyó que se había producido un encubrimiento sistemático de esos ataques.