El Senado de Alabama aprobó en la noche de este martes la ley del aborto más restrictiva de Estados Unidos: prohíbe la interrupción del embarazo en casi todos los casos, incluso en violaciones.
Alabama se convirtió así en el último de los 16 estados que este año han aprobado normas restringiendo el derecho de la mujer a interrumpir el embarazo.
La mayoría conservadora de la cámara alta estatal incluso rechazó la enmienda de los demócratas que buscaba permitir el aborto en caso de una menor embarazada fruto de una violación o incesto.
Los partidarios de la norma son perfectamente conscientes de que va a ser desafiada en los tribunales por organizaciones como la Unión de Libertades Civiles (ACLU, en inglés).
Pero es precisamente eso lo que quieren ya que aunque esperan perder en los tribunales inferiores, su intención es llevar la batalla judicial hasta la Corte Suprema, y su nueva mayoría conservadora.
La más restrictiva
La norma recién aprobada en Alabama -y que puede entrar en vigor seis meses después de que la firme la gobernadora, Kay Ivey- va más allá de las basadas en la "ley del latido", como la recientemente aprobada en Misisipi, por ejemplo.
Las regulaciones del aborto basadas en la "ley del latido" prohíben el aborto cuando haya sido detectado el latido del corazón del feto en formación, normalmente la sexta semana.
En Alabama, se veta la interrupción del embarazo en cualquier momento de la gestación y se pena con hasta 99 años de cárcel a quien ejecute el procedimiento. No así la mujer que lo recibe, que no será castigada.
La norma sólo permite el aborto en el caso de serio riesgo para la vida de la madre.
¿Por qué ahora?
Los partidarios de restringir el derecho de la mujer a interrumpir el embarazo en Estados Unidos son conscientes de que las leyes estatales restringiendo los derechos de la mujer en ese ámbito van a ser desafiadas en la justicia.
E incluso son conscientes de que van a perder en los tribunales inferiores con la esperanza de que el caso llegue a la Corte Suprema.
Lo que quieren es forzar así al máximo tribunal del país a revisar el precedente del caso Robe contra Wade, que en 1973 despenalizó el aborto al reconocer como protegido por la Constitución el derecho de la mujer a interrumpir el embarazo.
Animados por la llegada a la Corte Suprema de dos magistrados conservadores nominados por el presidente Donald Trump, los activistas antiaborto están ansiosos por lo que pueda resolver ahora la alta corte.
Eric Johnston, fundador de la Coalición Provida de Alabama, le dijo a la radio pública NPR: "La dinámica ha cambiado, los jueces han cambiado, mucho ha cambiado con el paso del tiempo".
"Me parece que estamos en el punto en que tenemos que dar un paso mayor y más audaz".