Un ataque que el gobierno colombiano atribuye a disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejó al menos cuatro civiles muertos y 14 heridos en el municipio de Tumaco, en el suroeste del país.
El incidente se produjo durante una protesta de cocaleros contra la erradicación de cultivos ilegales en el conocido como caserío Puerto Rico, informa la agencia Efe.
De acuerdo con un comunicado del Ministerio de Defensa de Colombia, un grupo de hombres armados arrojó artefactos explosivos contra los efectivos de la fuerza pública que escoltaban a los operarios que trabajaban en las tareas de erradicación de matas de coca y contra las personas que se manifestaban esas labores.
Después, "atacaron con fuego indiscriminado de fusiles y ametralladoras a los manifestantes y a las autoridades", según el comunicado.
De acuerdo a esa misma fuente, las investigaciones apuntan a la autoría de un grupo "residual" del Frente Daniel Aldana de las FARC, al que comanda un cabecilla conocido con el alias de "Guacho".
Los hombres de Guacho
El grupo de "Guacho" no acepta los acuerdos de paz suscritos entre los dirigentes de las FARC y el gobierno colombiano y se resiste a dejar las armas.
De acuerdo con la versión oficial, este grupo disidente obliga a los campesinos de la zona bajo su control a tomar parte en las protestas contra la erradicación de los cultivos de coca, e incluso, como ha sucedido esta vez, los ataca en cuanto aparecen la Policía o el Ejército para proteger las plantaciones.
Hacía pocos días que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, había advertido a los miembros de las FARC que se niegan a reconocer los acuerdos de que, si no deponen su actitud, "les espera la cárcel o la tumba".
Las duras de palabras de Santos llegaron al poco de que un bombardeo de la fuerza aérea en el departamento de Guaviare terminara con la vida de Euclides Mora, otro de los cabecillas que apostaba por mantener la lucha armada.
Tumaco, en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, es, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés), el municipio con mayor número de hectáreas de coca sembrada.
En su último informe, la Unodc señaló que la siembra de coca continúa en auge en Colombia, donde la superficie cultivada se incrementó en un 52% solo en 2016, una tendencia que generó recientes fricciones entre el gobierno estadounidense y Bogotá.
Las autoridades colombianas rechazaron las voces que desde Washington les acusan de ineficiencia en la lucha contra el narco y mantienen su plan para la eliminación de cultivos prohibidos con el que esperan reducir en 50.000 las 146.000 hectáreas de plantaciones de coca que se estima hay en el país.