Incluso los pilotos más experimentados son puestos a prueba.
Las condiciones para formar parte de esta temible lista de aeropuertos son varias: tener pistas cortas, estar ubicados a una altitud excesiva, en un lugar con condiciones meteorológicas difíciles, registrar una elevada densidad del tráfico aéreo y estar en medio de montañas o edificios.
Todas y cada una de ellas exigen nervios de acero a los pilotos, que deben realizar arduas maniobras de aterrizaje y despegue.
Aunque no existe una lista única que enumere a esos peligrosos aeropuertos, los nombres de varios de ellos se repiten en blogs y páginas especializadas.
El más nombrado en Latinoamérica, por ejemplo, es el Aeropuerto Internacional Toncontín, en Tegucigalpa, que desde 1934 recibe por lo menos a 800.000 viajeros al año. Está junto a las montañas y cuenta con una estrecha pista que complica los aterrizajes.
A esas condiciones físicas se suman las meteorológicas.
Para aterrizar en este aeropuerto, los pilotos tienen que sortear laderas a veces cubiertas de niebla. Luego comienza un descenso abrupto sobre los tejados de las casas y muy cerca de un avenida hasta llegar, por fin, a la pista de apenas 1.900 metros.
El aterrizaje debe hacerse con precisión. Si el avión no frena en el momento de tocar el suelo puede sobrepasar la pista y caer por un precipicio que desemboca en una carretera llena de vehículos.
Lo mismo ocurre a la hora de despegar. Los aviones tienen que ascender inmediatamente para no estrellarse contra las colinas pobladas.
Entre los más de 10 accidentes registrados en Toncontín, el más grave ocurrió en octubre de 1985, cuando un vuelo comercial se estrelló contra una montaña antes de iniciar el descenso, dejando como resultado 131 muertos.
Un nuevo y más seguro aeropuerto
"Honduras se pone a la vanguardia en conectividad aérea", dijo el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, durante la ceremonia de inauguración del nuevo Aeropuerto Internacional Palmerola, que servirá a la capital del país centroamericano.
La nueva terminal aérea, que comparte espacio con una base de soldados estadounidenses y está situada a 75 kilómetros al norte de Tegucigalpa, fue adecuada para sustituir al temido aeropuerto de Toncontín.
Palmerola cuenta con una pista de 2.800 metros, siete puertas de embarque y un edificio terminal de 39.000 metros cuadrados. El costo total de la construcción del aeropuerto, que estará listo para operar desde el próximo mes, fue de unos US$200 millones.
"Vamos a mantener la terminal civil y nuestra fuerza de tarea conjunta (militar con Estados Unidos) porque eso es bueno para Honduras", agregó Hernández, al referirse a la base militar norteamericana que opera allí desde 1985 y que cuenta con unos 500 hombres.
EE.UU. construyó la base de Palmerola durante la Guerra Fría en el marco de su estrategia de lucha contra los movimientos guerrilleros en Centroamérica.
De acuerdo con la web Aviation Global Incident Map (Mapa de Incidentes Globales de la Aviación), en lo que va del año, en el mundo se han producido unas 3.000 emergencias aéreas, entre ellas un millar de choques, que en su mayoría ocurrieron en Estados Unidos, uno de los países con más alto tráfico aéreo en el mundo.
Además de Toncontín, en las listas de los aeropuertos más peligrosos del mundo suelen aparecer los de:
- Tenzin-Hillary, en Lukla, Nepal, que está ubicado a 2.845 metros de altura y rodeado por un terreno inclinado y montañoso. La corta pista de aterrizaje (526 metros) está en la punta de una montaña, con una pared en un extremo y un abismo en el otro.
- En el aeropuerto de Paro, en Bután, sólo 17 pilotos están cualificados y autorizados para aterrizar en la pista rodeada por severos picos de montaña de 5.486 metros de altura. La pista de 2.000 metros sólo permite las llegadas y salidas durante el día.
- El Altipuerto de Courchevel, en Francia, está construido en la meseta de una montaña y cuenta con apenas 518 metros de pista que incluyen una pendiente descendiente.
- El aeropuerto de Madeira, en Santa Cruz, Portugal, tiene fama de garantizar un aterrizaje complicado. La pista está rodeada de acantilados y su cercanía a terrenos elevados produce una peligrosa variación en la velocidad de las corrientes de aire que ejerce una fuerza de giro en las aeronaves.
- El aeropuerto Juancho E. Yrausquin, en la isla de Saba, en el Caribe Neerlandés, es conocido por tener una de las pistas de aterrizaje comerciales más cortas del mundo con solo 396 metros de longitud.
- El aeropuerto de Wellington, en Nueva Zelanda, cuenta con una pista de aterrizaje de un solo carril de 2.500 metros que parece empezar y terminar en el agua. La complicada aproximación a través de una zona montañosa es conocida por las fuertes ráfagas de viento.
- El aeropuerto Princesa Juliana, en la isla de San Martín, está junto a la playa pública de Maho, donde los bañistas deben soportar enormes ráfagas de viento y arena durante el paso de los aviones, que deben sobrevolar el agua a alturas realmente bajas.