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Además de Mugabe en Zimbabue ¿qué dinastías políticas siguen en el poder en los países africanos?

Además de Mugabe en Zimbabue ¿qué dinastías políticas siguen en el poder en los países africanos?
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Pese a que las esperanzas de Robert Mugabe de cederle el poder a su esposa parecen ya malogradas, todavía quedan muchos países de África en los que el timón del Estado es un asunto de familia.

Las esperanzas de Robert Mugabe de colocar a su esposa Grace como su sucesora en la jefatura del estado de Zimbabue parecen ya totalmente arruinadas, pero las cosas no han cambiado en algunos países africanos que siguen regidos por dinastías políticas que mantienen con firmeza el control.

Robert y Grace Mugabe.
Robert y Grace Mugabe.

A partir de la década de 1990, las elecciones libres con varios partidos en liza y la alternancia pacífica en el poder fueron extendiéndose África, pero aún quedan unos pocos países en los que el mando del estado se transmitió de padres a hijos.

Hijos, porque parece que las hijas cuentan menos para esto.

Algunas de estas dinastías se asentaron gracias a asesinatos, golpes de estado e insurrecciones.

Por ejemplo, en Sudáfrica, vecina del ahora convulso Zimbabue, el presidente Jacob Zuma pretende cederle el poder a su exmujer en los próximos años.


Togo: la dinastía más antigua

Ciudadanos togoleses se manifiestan contra el presidente Faure Gnassingbé frente a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre de 2017.
Ciudadanos togoleses se manifiestan contra el presidente Faure Gnassingbé frente a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre de 2017.

La antigua colonia francesa ha estado regida durante los últimos 50 años por la familia Eyadema, la dinastía que más tiempo lleva en el poder en un estado africano.

De todos los gobiernos actualmente en el poder en África, es el que está bajo mayor amenaza de caer a causa de un levantamiento popular.

Multitudes de casi 800.000 personas se han lanzado repetidamente a protestar contra el gobierno en las calles de un país de más de 6,5 millones de habitantes.

Los manifestantes acusan al ejecutivo de jugar con la Constitución para conseguir que el presidente Faure Gnassingbé pueda mantenerse en el poder hasta 2030.

El gobierno rechaza las acusaciones y asegura que introducirá un límite de dos mandatos en la presidencia de cara a las elecciones previstas para 2020.

Con el respaldo de las Fuerzas Armadas, Gnassingbé alcanzó el poder en 2005 tras la inesperada muerte de su padre, Gnassingbé Eyadema, a los 69 años de edad.

Luego, fue proclamado vencedor en dos elecciones en las que la oposición denunció fraude.

Faure ha intentado compartir el poder con sus familiares. Al poco de ser investido presidente, designó a su hermano Kpatcha para el puesto crucial de ministro de Defensa.

De cualquier manera, los dos hermanos acabaron peleados y Kpatcha fue destituido.

Simpatizantes del presidente Faure Gnassingbe, en un mitin de su partido en Lomé, en 2010.
Simpatizantes del presidente Faure Gnassingbe, en un mitin de su partido en Lomé, en 2010.

Faure lo acusó de intentar derrocarlo. Kpatcha dijo en cambio que era su hermano el que planeaba asesinarlo a él.

La batalla por el poder terminó con el triunfo de Faure. Su hermano fue arrestado y condenado a 20 años de prisión.

Pero su padre tenía fama de ser mucho más despiadado.

De él se cree que, a los 28 años, cuando era un sargento del Ejército, disparó las balas que terminaron con la vida del primer presidente del Togo independiente.

El 13 de enero de 1967, en el tercer aniversario de la independencia, Eyadema tomó el poder en un golpe.

A su muerte, era el mandatario africano que lleva más tiempo en el poder. Había estado al mando 38 años.


Gabón: un "régimen cleptocrático"

Messi, junto a Bong Ondimba.
Messi, junto a Bong Ondimba.

Gabón alberga a la segunda dinastía más duradera y, como Togo, también fue una colonia francesa.

Omar Bongo, un cristiano convertido al islam, se hizo con el poder 11 meses después de que Eyadema lo hiciera en Togo.

Rigió el país durante 42 años, hasta su muerte en 2009.

Dejó a su hijo Ali Bongo Ondimba una fortuna valorada en millones de dólares y el control del destino del país y de sus grandes yacimientos petroleros.

Ali Bongo ganó unas elecciones. La oposición dijo que fueron amañadas.

Después de que las autoridades francesas lanzaran una investigación por supuesta corrupción contra la familia gobernante, el presidente anunció en 2015 que invertiría toda su herencia en proyectos de desarrollo, como una nueva universidad y un fondo para la juventud.

Según la Policía francesa, los activos de la familia Bongo incluyen 39 propiedades en Francia, algunas en las más zonas más exclusivas de París, así como nueve autos de lujo, entre ellos varios Ferraris.

Grupos pro derechos humanos aseguran que los Bongo han convertido Gabón en un "régimen cleptocrático" que saquea sus recursos naturales, su riqueza petrolera y sus bosques.

La familia Bongo lo niega tajantemente.

En 2015 Lionel Messi, el astro argentino del fútbol, recibió fuertes críticas por prestarse a visitar el país y colocar la primera piedra en las obras de construcción de un estadio para la Copa Africana de Naciones de 2017.

Ali Bongo negó haber pagado a Messi por la visita.

Según su relato, una vez se encontró con el jugador en Barcelona, España, y este le prometió que algún día lo visitaría en Libreville, la capital de Gabón.

"Es un hombre de honor que cumplió lo prometido", dijo el presidente del jugador del F.C. Barcelona.


Guinea Ecuatorial: coches de lujo y los guantes de Michael Jackson

Teodorín Obiang, en la catedral de Malabo, en 2013.
Teodorín Obiang, en la catedral de Malabo, en 2013.

Guinea Ecuatorial es una antigua colonia española en la que manda el gobernante africano que más tiempo lleva como presidente, Teodoro Obiang Nguema.

Considerado uno de los líderes africanos más brutales, tomó el poder en 1979 tras derrocar al prohombre de la independencia, Francisco Macías Nguema, su tío, que fue ejecutado.

Según el grupo pro derechos humanos Human Rights Watch, la "dictadura del presidente Obiang se valió del boom petrolero para enriquecerse aún más a costa de la gente del país".

El hijo del presidente, Teodoro Obiang, de 48 años, ejerce de su mano derecha y es el mejor situado para sucederle en el poder.

Conocido por su opulento estilo de vida, Teodorín, como se conoce al hijo del presidente, es un prófugo de la justicia desde que un tribunal francés lo condenara en ausencia el pasado octubre por malversación.

El tribunal ordenó el embargo de sus bienes en Francia, que incluían una mansión tasada en US$29 millones.

Teodorín también tiene 18 automóviles de lujo, obras de arte, joyas y caros trajes firmados por prestigiosos diseñadores.

El juez parisino concluyó que el hijo del presidente había abusado de su cargo como ministro de Agricultura y Bosques para desviar fondos de las compañías madereras que exportan desde Guinea Ecuatorial.

En noviembre, la Fiscalía suiza inmovilizó 11 coches de lujo pertenecientes a Obiang junior, al que acusó de saquear la riqueza petrolera de su país para adquirir bienes de lujo como un avión privado y objetos relacionados con el fallecido artista estadounidense Michael Jackson.

Teodorín siempre ha negado todas las acusaciones.


Uganda: 'Jugando a ser Dios'

Muhoozi Kainerugaba
Muhoozi Kainerugaba

Antigua colonia británica, Uganda está gobernada por Yoweri Museveni, quien fuera líder insurgente.

En el poder desde 1986, en 2016 ganó un quinto mandato. Se cree que podría buscar un sexto para, finalmente, darle el relevo a su hijo mayor.

Estas especulaciones cobraron fuerza en enero, cuando, en el marco de una reforma de la cúpula militar, Museveni nombró a su vástago, el general Muhoozi Kainerugaba, como su asesor especial.

Egresado de la británica Real Academia Militar de Sandhurst en 2000, Kainerugaba escaló rápidamente entre los mandos del Ejército, hasta que en 2016 fue ascendido de brigadier a general.

Otra posible aspirante a sucederlo es la esposa del actual presidente. Ella es ahora ministra de Educación y Deporte en el gabinete de su marido.

Pero por ahora, lo único confirmado es el intento de asegurarle a Museveni, de 76 años, un nuevo mandato presidencial.

El partido gobernante espera que el Parlamento elimine el tope de 75 años de edad para los presidentes, lo que permitiría a Museveni presentarse a la reelección en 2021.

El debate de la iniciativa ha sido de lo más agitado, con escenas de los diputados oficialistas y opositores llegando a las manos en la Cámara.

Por polémica que resulte, la iniciativa no ha sorprendido a casi nadie en Uganda. En 2013, el general David Sejusa, enfrentado al presidente, le acusó de "jugar a ser Dios en Uganda".

Sejusa dijo que Museveni intenta instaurar "una monarquía política" en el país, a la que se llegaría tras una "presidencia vitalicia".

"Es terriblemente común en la historia de África. No hay nada extraño en ello", dijo entonces el general opositor.


República Democrática del Congo: la dinastía reemplaza al autócrata

Laurent Kabila, en 2000.
Laurent Kabila, en 2000.

Este país era un dominio de Bélgica en la época colonial. Desde 1997, la República Democrática del Congo ha estado gobernada por la familia Kabila.

Fue entonces cuando Laurent Kabila, arropado por diversas milicias regionales, llevó hasta la capital, Kinshasa, la rebelión que pondría fin a los 32 años de Mobutu Sese Seko en el poder.

Kabila murió asesinado en 2001 por sus propios guardaespaldas y el Ejército colocó a su hijo Joseph como presidente.

Se suponía que Joseph debía retirarse en 2016, después de dos mandatos, ya que la Constitución establece ese límite máximo.

Pero la Comisión Electoral afirmó que los comicios no podrían celebrarse hasta el año siguiente, por lo que Kabila retuvo la presidencia pese a las multitudinarias manifestaciones de protesta y la condena internacional.

Su hermana Jaynet y su hermano Zoe son ambos diputados en el Parlamento nacional.

En estos años, según la agencia Bloomberg, la familia Kabila ha levantado un enorme entramado empresarial, con participaciones en bancos, granjas, aerolíneas, constructoras, hoteles, farmacéuticas, agencias de viajes e incluso clubes nocturnos.


Sudáfrica: cuando el divorcio compensa

Jacob Zuma (I), su exmujer y su vicepresidente bailan tras el cierre de la conferencia política de su partido, el Congreso Nacional Africano, en Johannesburgo, el pasado 5 de julio.
Jacob Zuma (I), su exmujer y su vicepresidente bailan tras el cierre de la conferencia política de su partido, el Congreso Nacional Africano, en Johannesburgo, el pasado 5 de julio.

Vista como una luz de esperanza en los años de gobierno del histórico luchador contra el apartheid Nelson Mandela, Sudáfrica podría convertirse en el próximo país africano en el que se establece una dinastía.

Su polígamo presidente, Jacob Zuma, está ahora en campaña para que su ex mujer, Nkosazana Dlamini-Zuma, sea designada su sucesora al frente del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés).

La decisión podría adoptarse en el congreso del ANC que se celebrará el mes que viene.

Esto le permitiría ser la candidata en las elecciones de 2019.

Dlamini-Zuma ha protestado en varias ocasiones contra los titulares de prensa que se refieren a ella como la exesposa del presidente.

Ella insiste en que es una dirigente política por derecho propio y recuerda que tomó parte en la batalla contra la segregación racial y que sirvió en varios departamentos del gobierno desde la llegada de la democracia en 1994 y como presidenta de la Comisión de la Unión Africana antes de lanzarse a la carrera presidencial.

Sus detractores no niegan esto pero afirman que Zuma la ha elegido como su heredera política porque es improbable que vaya a encarcelar a un mandatario sobre el que pesan graves acusaciones de corrupción pero que es el padre de sus hijos.

La Corte Suprema de Apelaciones de Sudáfrica falló que Zuma debe ser juzgado por delitos que incluyen el blanqueo de capitales, el soborno y asociación de malhechores.

El presidente asegura que es inocente.

Sus críticos mantienen que el ascenso al poder de la que fuera su cónyuge pondría a salvo también a su hijo predilecto, Duduzane Zuma, nacido de su unión con otra mujer y al que se acusa de beneficiarse de la posición de su padre para obtener contratos para sí mismo y para sus socios de la rica familia Gupta.

También Duduzane desmiente las acusaciones.

El principal rival de Dlamini-Zuma es el vicepresidente Cyril Ramaphosa, antiguo magnate de los negocios con pasado de sindicalista. Sus seguidores esperan que la crisis en Zimbabue impulse sus opciones en la lucha por el control del Congreso Nacional Africano, cuyos integrantes podrían estar empezando a percatarse de los peligros de dejar que una sola familia controle toda la política.

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