Desde que era candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump se refiere al pacto nuclear alcanzado con Irán como "el peor acuerdo jamás negociado".
Conocido como el Plan de Acción Conjunto y Completo (JCPOA, por sus siglas en inglés), el acuerdo fue negociado por Irán con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y fue completado en julio de 2015.
Su objetivo era garantizar que el programa de energía nuclear de Irán fuera totalmente pacífico y comenzó a ser aplicado en enero de 2016.
Trump declaró durante la campaña que su "prioridad número uno" si era elegido sería "desmantelar este acuerdo desastroso", pero hasta ahora ha certificado que Irán cumple con el mismo, algo que podría dejar de hacer este viernes.
Ello pese a que las partes implicadas -y eso incluye a la agencia de la ONU que controla lo relacionado con la energía nuclear y a todos sus signatarios (y a altos funcionarios del gobierno de Trump)- creen que Teherán está cumpliendo con el acuerdo al pie de la letra.
Entonces, ¿cuáles son las razones del presidente estadounidense para oponerse a Irán y al acuerdo nuclear? En BBC Mundo te las explicamos.
1. "Irán financia el terrorismo"
El gobierno de Trump acusa a Irán de financiar y entrenar a extremistas y milicias.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, acusó en abril a Irán de "alarmantes y continuas provocaciones" y de "exportar el terror y la violencia, desestabilizando así a varios países" de Medio Oriente.
Para la administración estadounidense, el acuerdo fracasa a la hora de conseguir el objetivo de un Irán no nuclear y según dijo el propio Trump en su primer viaje internacional, que lo llevó a Arabia Saudita e Israel en mayo pasado, sólo sirvió para que Teherán negociara un "acuerdo fantástico", ganando "prosperidad".
Mediante el acuerdo, Irán detuvo algunas de sus actividades y redujo otras dentro de límites estrictos, quedando todas abiertas a ser verificadas por inspectores internacionales, a cambio del progresivo levantamiento de sanciones económicas.
2. Influencia de los militares que lo rodean
El gobierno de Estados Unidos está dominado por figuras militares, muchas de las cuales han estado en contra de las milicias pro-iraníes en el campo de batalla.
Ellos quieren ver a Teherán responder por sus acciones, dice Jonathan Marcus, corresponsal de Asuntos Diplomáticos de la BBC.
El general retirado James Mattis, secretario de Defensa, es conocido por su antagonismo hacia Irán, al que considera "el mayor patrocinador del terrorismo en el mundo".
Mattis combatió en Irak y sus tropas sufrieron numerosos ataques por parte de las milicias iraníes.
Sin embargo, aunque mantiene una línea dura hacia Irán, el general retirado se mostró reacio a retirarse del acuerdo nuclear.
3. El papel de Irán en Siria
Irán, país chiita, es junto con Rusia el aliado más cercano de Bashar al Asad en Siria, mientras que Estados Unidos da apoyo a grupos que combaten contra el dirigente sirio.
El pasado 6 de abril EE.UU. por primera vez desde que inició la guerra en Siria, en 2011, ordenó un ataque militar contra las fuerzas de Al Asad.
Siria es el principal punto de tránsito de armamentos que Teherán envía al movimiento chiita Hezbolá en Líbano, el cual también ha enviado a miles de combatientes para apoyar a las fuerzas sirias.
Trump acusó a Irán de avivar un conflicto sectario y permitir "crímenes atroces" por parte del gobierno de Al Asad en Siria.
4. Calmar a sus aliados en la región
Arabia Saudí e Israel, enemigos acérrimos de Irán, ven con preocupación la creciente influencia iraní en la región.
Paradójicamente fue el propio Estados Unidos el que ayudó al surgimiento de Irán como una potencia regional con la destrucción del gobierno de Saddam Hussein en Irak, explicó Jonathan Marcus.
Irán tiene una gran influencia en el gobierno dominado por chiitas que rige en Bagdad. Junto a las milicias a través de las cuales opera es también un actor central en Siria.
También tiene su mano metida en el conflicto en Yemen, aunque hay un debate acerca del verdadero alcance de su intervención allí. Tanto en Siria como en Yemen está en el lado opuesto a los saudíes.
Por su parte, Hezbolá es la amenaza más grave que enfrenta Israel en estos momentos, según el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional israelí.
Ello ha quedado demostrado tras varios ataques que Israel ha estado llevando a cabo contra posiciones de Hezbolá en Siria.
Hezbolá está ahora combatiendo en territorio sirio apoyando a las fuerzas de Al Asad.
Israel teme que Irán, el aliado de Siria, esté ayudando a Hezbolá a reforzar su arsenal en medio del caos de la guerra civil en ese país.
Para Trump, una postura dura hacia Teherán cumple varias funciones. Le permite sonar fuerte en el escenario internacional, pero también tranquilizar a sus socios árabes y a Israel al mismo tiempo, escribió Marcus.
5. Borrar el legado de Obama
Desde que asumió el cargo, Trump parece determinado a borrar el legado de su predecesor, Barack Obama.
El acuerdo nuclear con Irán es ampliamente considerado uno de los grandes éxitos en materia de política exterior de Obama.
Pero no es el primero que Trump intenta revertir.
Su gobierno anunció el jueves que dejará de pagar los miles de millones de dólares que dedica a subsidiar a las aseguradoras de salud, un duro golpe para el funcionamiento del mercado de seguros creado bajo el Obamacare.
Desmantelar el Obamacare ha sido una de las principales obsesiones de Trump desde que llegó a la Casa Blanca.
El mandatario también retiró a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París y del Acuerdo Transpacífico, otros de los éxitos reconocidos a Obama.
Trump también revocó el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), implementado hace cinco años por Obama.
Bajo dicha política, los beneficiarios, unos 750.000 jóvenes indocumentados, recibían permisos de trabajo temporales, licencias de conducir y un número de seguridad social.