En la noche del miércoles el barco que pertenece a un ONG alemana, Lifeline, atracó en las costas de Malta con 233 migrantes a bordo tras seis días de navegación. Sin embargo, la embarcación se encuentra detenida y su capitán, Claus-Peter Reisch, es interrogado, según informo el medio MaltaToday.
De acuerdo con lo que señalan, el capitán es interrogado por el registro naval del barco, ya que está registrado como barco de recreo en Holanda, pero desde los Países Bajos aseguraron que la embarcación no cuenta con registros.
Debido a esto, el barco se encuentra en calidad de confiscado, por lo que no se le permitirá la salida desde las costas de Malta.
Por su parte, el primer ministro de Malta, Joseph Muscat, había anunciado una investigación en contra del capitán del barco por haber desacatado órdenes desde Centros de Coordinación de Rescate de Libia e Italia.
Pero la ONG defendió el actuar del capitán, señalando que la única orden no atendida fue el desembarco en Trípoli, Libia, ya que “habría sido una violación del principio de no devolución".
Afortunadamente, tras la llegada del “Lifeline” a Malta, todos los migrantes fueron conducidos a un centro de acogida en Marsa, entre ellos, 17 mujeres y cinco niños. Mientras que tres menores y un adulto debieron ser llevados hasta un hospital por malas condiciones de salud.
