En un Estados Unidos dividido, el presidente Donald Trump honró a los soldados estadounidenses, un tradicional momento de unidad nacional empañado por la negativa del mandatario republicano a reconocer su derrota ante su rival demócrata.
En su primera aparición oficial luego de conocerse el sábado el resultado de las elecciones del 3 de noviembre, Trump asistió antes del mediodía al cementerio nacional de Arlington, cerca de Washington, a una breve ceremonia por el Día de los Veteranos, que coincide con el aniversario del fin de la Primera Guerra Mundial.
Bajo lluvia, Trump depositó una ofrenda floral frente a la Tumba del Soldado Desconocido, donde permaneció unos minutos en silencio con gesto adusto.
"Como comandante en jefe, he luchado sin descanso para apoyar a los veteranos de Estados Unidos", dijo en un comunicado emitido antes por la Casa Blanca.
Trump fue muy criticado por llamar "perdedores" a los soldados estadounidenses muertos en la Primera Guerra Mundial al cancelar una visita a un cementerio militar cerca de París en 2018, una afirmación que el mandatario desmintió enfáticamente.
Sin reconocer su derrota
Contrario a la tradición, Trump, que debe entregar el poder el 20 de enero, se ha rehusado a aceptar la victoria de Biden, proyectada por los medios estadounidenses sobre la base de resultados oficiales.
Encerrado en la Casa Blanca, se ha dedicado a denunciar en Twitter supuestas irregularidades electorales, pese al consenso de observadores internacionales, líderes mundiales, funcionarios estatales y medios de comunicación de que fue transparente y sin incidentes graves.
Trump criticó una encuesta "posiblemente ilegal" en Wisconsin antes de la jornada electoral y dijo que se encaminaba a ganar en ese estado donde Biden ya fue declarado vencedor.
Además llamó a creer "la versión original" de un funcionario postal de Pensilvania, que admitió ante los investigadores federales que mintió en sus acusaciones de fraude.