México se desangra. Y la herida parece no tener fin.
Desde el comienzo de la guerra contra el narcotráfico en 2006, más de 100.000 personas han muerto y unas 25.000 están desaparecidas.
Tanto horror que las cifras precisas son elusivas. Salvo una: 43. Es el número de estudiantes que el 26 de septiembre de 2014 desaparecieron en Iguala.
A un año de una historia de barbarie, corrupción e impunidad que ha avergonzado a México, BBC Mundo conversó con:
- Enrique Krauze , historiador e intelectual
- Elena Poniatowska, escritora
- Lydia Cacho, periodista
- Javier Sicilia, poeta y activista
- Alejandro Solalinde, sacerdote
- Francisco Toledo, pintor y artista plástico
- Denise Dresser, académica y politóloga
- Lorenzo Meyer, historiador y analista
Los entrevistados fueron consultados sobre cómo y cuándo México se volvió tan feroz, por qué el país se ve incapaz de reducir los niveles de violencia y si consideran que la situación va a cambiar en algún momento y qué se debería hacer al respecto.
Este es un fragmento de esas charlas.
Enrique Krauze: "Fue la tormenta perfecta de muchos factores"
Durante 70 años México fue un país gobernado por un partido único. En esa época toda la violencia, legítima e ilegítima, estaba controlada por el Poder Ejecutivo. No era una dictadura, pero era una forma de dictadura. Esto no quiere decir que México no tuviera un subsuelo violento pero, o no se sabía, o se controlaba.
México se volvió un infierno de violencia desde hace 15 años. ¿Por qué? Porque fue la tormenta perfecta de muchos factores. El primero es la democracia que, afortunadamente, llegó a México pero descentralizó el poder. Esa estructura de poder se dispersó y liberó poderes locales, pero también de criminales. Ese es el primer factor, digamos, una consecuencia inesperada de la muy esperada y positiva transición democrática en México.
Pero esto coincidió con que se cerró el tráfico, la entrada a Estados Undos de las drogas a través de Miami, se abrió la vía del occidente y norte de México, se fortalecieron los grupos criminales y de narcotraficantes, en EE.UU. creció la demanda de droga, se levantó la prohibición de exportar armas a México en 2004, y todo esto en el marco de un país con muy débiles instituciones.
México se volvió este país enormemente violento debido a esos factores y no deberíamos de soprendernos si el país no construyó una red, un estado de Derecho durante 70 años, ¿qué esperamos? ¿Que por magia nos convirtiéramos en Suecia?
Además, hubo errores de los presidentes. (Vicente) Fox pecó de irresponsabilidad y frivolidad, (Felipe) Calderón declaró una guerra que debió haberse manejado de otro modo, de más baja intensidad; y (Enrique) Peña Nieto, bueno, prometió la modernización inmediata y no prestó atención a estos que son sin duda alguna para mí los grandes problemas que tiene México.
México ha cambiado muchas cosas (...) Un país que no había tenido ninguna experiencia democrática real a lo largo de los siglos es hoy un país con elecciones libres. Si ya logramos en México ese cambio, ya nos toca lo más difícil, que es cómo se construyen instituciones que puedan combatir la impunidad, la violencia, la injusticia, la corrupción.
La sociedad civil mexicana es poco participativa. Hay mucha indignación y las redes sociales están llenas de personas indignadas y jóvenes, pero la indignación no siempre es buena política si no se traduce en instituciones, actos, prácticas.
Se necesita construir asociaciones civiles, se necesitan ideas prácticas, hay miles de ideas que se pueden hacer en México (...) pero hay que tener mentalidad práctica.
Elena Poniatowska: "Son respuestas de una ama de casa indignada"
La corrupción gubernamental y el enriquecimiento, y el hecho de que cada funcionario utilice un puesto público para tratar al país como si fuera un rancho de su propiedad, eso ha hecho que los mexicanos que no tienen acceso a ningún dinero y a un sueldo estén tratados como basura.
Es una corrupción que viene del enriquecimiento personal y hasta la falta de buen juicio de los gobernantes, viene de ahí, porque cuando roba el de arriba, ¿por qué no han de robar los de abajo?
Es un país que está tomado por el narcotráfico, el narcotrático ya está dentro del gobierno (...) No soy politóloga, son respuestas de una ama de casa indignada.
Creo que en la medida en que a los jóvenes se les tome en cuenta (la situación puede cambiar). Están dispuestos a marchar, dispuestos a de veras enfrentar esto que es una ignominia.
Lydia Cacho: "Necesitamos crear equilibrios, contrapesos"
En México se ha ido normalizando la violencia a lo largo de los últimos diez años en particular, y en especial se potenció esta normalización a partir de la llegada de (Felipe) Calderón y la implementación de la guerra contra el narcotráfico.
En el centro de la historia está la incapacidad del Estado mexicano (...) para abatir la impunidad. No hay una voluntad política real y concreta para la inversión en sistemas de mejoras prácticas judiciales.
Creo que todavía se va a profundizar todavía más la crisis de violencia y la de impunidad (...) Tenemos que hacer una revolución cultural que está empezando a dar frutos en pequeñas comunidades donde la gente está descubriendo nuevas formas de hacer autogestión comunitaria para tratar de erradicar y prevenir la violencia.
Necesitamos crear equilibrios, contrapesos y la sociedad está tan desgastada que en este momento no se encuentran. Tengo la esperanza de que se den, de que somos muchas más las personas que estamas dispuestas a recrear y reinventar la cultura ciudadana en México.
Javier Sicilia: "México siempre ha sido feroz "
México siempre ha sido feroz. Su revolución, en 1910, costó la vida de un millón de personas, muchas de ellas sacrificadas de manera brutal. El PRI, una "dictablanda", como la definió Mario Vargas Llosa, gobernó el país de manera mafiosa y patrimonialista durante más de 70 años.
En 2000, con la supuesta transición democrática, esa mafia se fracturó y se diseminó entre los partidos que se habían ido creando y que ahora se disputan furiosamente el control político con los mismos vicios del PRI: la corrupción, la impunidad y las alianzas con el crimen organizado y los grandes capitales.
La violencia y la ferocidad que hoy vivimos en México es una guerra entre mafias que perdieron el control del capo mayor que cambiaba cada seis años y que durante más de 70 años señoreó el país desde la Presidencia.
(El país se ve incapaz de reducir los niveles de violencia) por la misma corrupción, impunidad y colusión de las "partidocracias" con las diversas facciones del crimen organizado y de los intereses de los grandes capitales.
La corrupción del sistema político mexicano es tan profunda y atroz que sólo refundando a la nación y creando un nuevo pacto político podría comenzar a sanar. Estamos en una crisis terminal que exige transformaciones radicales que sólo pueden venir de abajo, de una unidad nacional y de una ética política.
Alejandro Solalinde: "El gobierno no tiene vocación de servicio, no tiene ética, no tiene moral"
Este México que tenemos ya se viene gestando desde hace muchos años. Tenemos dos factores que han afectado mucho la vida de México. El primer factor es el sistema neoliberal capitalista (...) que ha hecho entrar a la gente en una dinámica de supervivencia y el otro factor que yo he visto es que las instituciones espirituales, entre ellas la Iglesia católica, se han debilitado mucho y han dejado de inculcar con el testimonio valores muy importantes para la vida humana.
En los últimos años hemos tenido una emergencia de esa violencia sobre todo cuando Felipe Calderón mete al ejército de lleno a las acciones policíacas sin una estrategia, con la mayor irresponsabilidad empieza a descabezar carteles, se empiezan a multiplicar.
El gobierno no tiene vocación de servicio, no tiene ética, no tiene moral, es un gobierno corrupto, cínico, que trata de negar todo lo malo aunque esté a la vista, es simulador, manipula las cuestiones de justicia y por eso creo que es muy muy difícil que en México se pueda ver de otra manera.
La única esperanza de que esto cambie ciertamente no va a venir de la iglesia acomodada, cupular y tampoco va a venir del gobierno que está muy corrompido y al contrario nos está llevando cada vez más a una dictadura. De quien tenemos la esperanza de que esto cambie es de la sociedad civil. En lo personal, confío en dos sectores: en las mujeres y en los jóvenes.
Francisco Toledo: "El Estado arregla sus asuntos con violencia"
Esta ferocidad viene de siempre, la violencia ya estaba desde antes, pero se ha recrudecido. El Estado arregla sus asuntos con violencia, el caso de Guerrero, quitarle el poder al PRI costó no sé cuántos muertos.
Quien fomenta la violencia es el gobierno. No creo (que la situación cambie), mientras haya un tipo de gobierno como el que tenemos que sólo sirve a intereses... no hay democracia, hay violencia.
Denise Dresser: "La estrategia debería estar centrada en lo que este país nunca tuvo"
Esto probablemente empezó a pasar hace diez años, México se convirtió en un país donde los narcotraficantes comenzaron a operar no sólo a exportar la droga, y pudieron hacerlo por la intermitencia, sino la ausencia, del Estado de derecho, en un país donde tantas instituciones públicas pueden ser compradas y vendidas al mejor postor.
Felipe Calderón intentó confrontar este problema al enviar el ejército y trataba de ganar una guerra que no puede ser ganada. Un negocio y un mercado que genera US$50.000 o US$60.000 millones al año en ganancias, compara eso con un policía mexicano que gana menos de US$300 al mes, las oportunidades son abundantes para la infiltración y la corrupción.
El mercado de la droga en México es uno de los pocos mercados operativos en el país y el Estado mexicano no tiene las herramientas, las habilidades y hasta diría, la disposición, de hacerle frente.
Estamos hablando de redes transnacionales que son increíblemente poderosas y muy ricas. La forma de lidiar con ellas es sacarles sus ganancias y la única forma de hacerlo sería a través de una legalización de la droga a nivel regional
La estrategia debería estar centrada en lo que este país nunca tuvo que es el estado de Derecho (...) Estamos en el centro de una estrategia fallida que el gobierno no ha podido reinventar porque es demasiado débil o demasiado cómplice.
Lorenzo Meyer: "Una vez que la corrupción alcanza los niveles que tiene ahora es muy difícil echarla atrás"
No es la primera vez que México está metido en esa situación, el siglo XIX vio también a un México muy violento, muy incapaz de centralizar la autoridad por más de medio siglo, poco a poco fue lográndose imponer el control de la autoridad por medios bastante violentos, no necesariamente legales pero muy efectivos.
El crimen organizado ha existido desde hace mucho y el tráfico de drogas se inicia en el inicio del siglo XX, pero todas las organizaciones importantes del narcotráfico obedecían a los representantes del Estado (...) ellos controlaban a las organizaciones pero luego se independizan y entran en conflicto entre ellas mismas y a veces contra el Estado. Ese ese doble factor que agrava muchísimo la situación porque la droga estaba desde antes, pero el descontrol no.
Para volver a que la autoridad tenga el control, en el largo plazo la clase política necesita recuperar el control territorial y el control de las grandes redes económicas del narcotráfico pero no va a ser muy fácil porque hay dos lógicas, la lógica del sistema en su conjunto que está pidiendo a gritos que vuelva el Estado a tener la capacidad de someter al crimen organizado, y la lógica individual de los funcionarios a los cuales les conviene que sigan las cosas como están.
Mientras no haya una acción contra todo lo que significa la corrupción, no se va a poder llevar a cabo una acción realmente efectiva contra el narcotráfico. Una vez que la corrupción alcanza los niveles que tiene ahora es muy difícil echarla atrás.