Australia culpa a "agente estatal" de ataque informático al Parlamento
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, proclamó este lunes que el reciente ciberataque al Parlamento de su país fue perpetrado por un "sofisticado" grupo controlado por un Gobierno extranjero, que no identificó.
"En el curso de las investigaciones también nos dimos cuenta de que las redes de algunos partidos políticos, el Liberal, el Laborista y el Nacional, fueron afectados", dijo Morrison ante el Parlamento de Camberra, al referirse al ataque a las redes informáticas de Legislativo perpetrado el 8 de febrero pasado.
"Pero déjenme ser claro, no hay evidencia de ninguna interferencia electoral", precisó el mandatario en referencia a los comicios generales que tendrán lugar en mayo.
No se descarta la autoría de China
Su alocución sigue a la confirmación por parte del presidente del Senado australiano, Scott Ryan, quien confirmó que no se han detectado problemas de ciberseguridad tras este ataque de presuntos háckers extranjeros.
Después del reciente ataque, en un contexto que no se descarta la autoría de China, el Legislativo adoptó una serie de medidas, como el cambio de las contraseñas, a pesar de que los datos no fueron robados o dañados.
En 2015, los ordenadores de la Oficina de Meteorología de Australia fueron objeto de un ciberataque masivo presuntamente orquestado por China, lo que llevó al Gobierno australiano a reforzar las medidas de seguridad ante el espionaje extranjero. En diciembre, Australia se unió a Estados Unidos y Reino Unido en las condenas por la supuesta campaña de ciberataques contra la propiedad intelectual y datos comerciales en todo el mundo atribuidos a China.
Estos países citaban al grupo conocido como Advanced Persistent Threat 10 (APT 10), vinculado supuestamente al Ministerio de Seguridad del Estado chino, como responsable de un ataque a gran escala a proveedores de servicios gestionados (MSP, siglas en inglés).
El Centro Nacional de Seguridad Cibernética británico concluyó que APT 10 era responsable, al menos desde 2016, de los ataques contra empresas especialistas en servicios informáticos y de infraestructuras de muchas organizaciones y de grandes y medianas empresas en Australia y el resto del mundo.