Sergio Decuyper tiene 42 años y recién ahora pudo denunciar ante la Justicia que su tío, el cura José Francisco Decuyper, lo violó en su casa de Paraná, Entre Ríos, Argentina, cuando tenía 5 años.
"El abuso fue en 1982. En la casa de mis abuelos paternos, un fin de semana que mi tío vino de visita. El abuso fue en el baño. Él ya era sacerdote, trabajaba en el Seminario de Paraná", contó a Clarín el hombre.
Hoy vive en España, y la semana pasada denunció el abuso vía Skype. También escribió una carta al Papa Francisco, a quien le contó personalmente los abusos que sufrió: "Aunque no estoy de acuerdo con los consejos que me diste, yo te agradezco".
Luego de una infancia complicada y problemas afectivos, se casó, tuvo hijos y se fue a vivir a España. Sergio cuenta que fue su esposa quien le advirtió que tenía un trauma: "Soy homosexual y ahora puedo decirlo, ella ahora es mi amiga, me apoya y me acompaña en todo el proceso".
En 2019 pudo destrabar un recuerdo anulado en su memoria, que llegaba en sus sueños sin poder revelarse.
"Lo primero que hice fue escribirle una carta a Francisco contándole todo. El domingo 17 de marzo me llamó por teléfono, yo no lo podía creer. Hablamos media hora. Me dijo que me creía pero que era algo muy común. Que yo tenía que hacer terapia para estar bien, pero que no se lo tenía que contar a nadie, ni a mi familia porque les iba a hacer daño", relató.
"Me dijo que yo tenía que trabajar mucho en el perdón y perdonarlo", declaró.
Al mes siguiente viajó a Argentina, le contó a su familia, y también le pidieron que no dijera nada. Su tío, con 85 años, está internado con Alzheimer y ni siquiera lo reconoció. "Me cuesta perdonarlo, pero sé que no lo odio, y creo que él también tiene traumas es una víctima del sistema", señaló.
Según su relato, habló con el actual arzobispo de Paraná, le prometió ayudarlo pero no hizo nada. En mayo viajó a Roma, le dejó una carta al Papa y al día siguiente, Francisco lo llamó y le dijo que lo recibiría.
Se encontraron en una reunión de media hora, en la que Francisco le devolvió la foto que le había enviado. Le pidió que confíe en el Obispo y le recomendó que siguiera casado y en silencio.
"Entonces me explotó la cabeza. Empecé terapia. Me medicaron", contó Sergio a Clarín. En enero de este año el obispo Puiggari le dijo que iban a cerrar la investigación interna de la Iglesia porque el cura estaba mal de salud. "No lo podía creer. Le dije que iba a hacer la denuncia penal y canónica". A comienzos de septiembre volvió a Roma.
Sergio intentó acercarse a Francisco nuevamente, pero no lo pudo, y fue hasta la Congregación de Fe y redactó a mano la denuncia contra su tío, por el abuso, y contra Francisco "por encubrimiento". No tuvo respuestas, pero siguió con la denuncia ante la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual del Poder Judicial de Entre Ríos.
Ante Leandro Dato y Fernanda Ruffatti relató lo sucedido vía Skype, durante más de una hora.
"Lo denuncié por mi salud, porque es parte de mi reparación. Me arrepiento de no haberlo hecho antes pero no pude. Lo hago ahora porque tengo miedo de que haya otras víctimas. Y si es así les pido que hablen, hace bien hablar y denunciar", aseguró.
A la carta que le escribió al Papa la tituló: "La victima soy yo. Y soy católico".