El gobierno argentino legalizó el autocultivo de cannabis para uso medicinal y la venta de aceites terapéuticos en farmacias, a través de un decreto publicado este jueves en el Boletín Oficial.
Se trata de una nueva reglamentación que revisa una ley aprobada en marzo de 2017 que había autorizado el uso medicinal de aceites de cannabis pero mantenía la prohibición del cultivo de la planta y de la tenencia de semillas en forma particular o grupal.
El decreto, que lleva la firma del presidente Alberto Fernández, busca permitir "un acceso oportuno, seguro e inclusivo y protector de quienes requieren utilizar el cannabis como herramienta terapéutica", señala el texto.
Con el decreto, se autoriza la venta en farmacias de aceites y cremas producidas a partir del cannabis y el cultivo personal y en red para los usuarios, investigadores y pacientes que se registren en el Programa Nacional de Cannabis, que había sido creado por la ley pero no estaba operativo.
Pacientes y familiares de niños con patologías serias que usan aceite de cannabis para mejorar su calidad de vida, vienen reclamando el derecho a cultivar para producir su propio aceite específico, lo cual seguían haciendo pese a estar penado por ley.
"Hoy lloramos de alegría porque empezamos esta lucha por nuestros hijos (...). Somos una gran familia luchando por un mismo derecho, el derecho a la calidad de vida. Vamos a cultivar la medicina de los nuestros sin miedo" (...). No somos delincuentes", se congratuló en las redes sociales el colectivo "Mamá Cultiva".
El aceite de cannabis es utilizado para la epilepsia así como en terapias paliativas para el dolor en personas con cáncer, fibromialgia y para aliviar los efectos del Parkinson, entre otras enfermedades.
La nueva reglamentación autoriza no sólo a importar productos medicinales de cannabis, lo que ya estaba permitido aunque solo para las epilepsias refractarias, sino también a "adquirir especialidades medicinales elaboradas en el país o adquirir formulaciones magistrales elaboradas por farmacias autorizadas".
El Estado impulsará la producción pública de cannabis para uso medicinal y garantizará el acceso a los pacientes que no tengan cobertura de medicina prepaga u obras sociales sindicales.
Uruguay se convirtió en 2013 en el primer país en aprobar una ley que permite el cultivo de marihuana para autoconsumo en el hogar, la formación de clubes de cultivadores para plantar en forma cooperativa y la compra en farmacias. Desde entonces varios países latinoamericanos han avanzado en legislaciones similares.