Amnistía Internacional: "En 2016 el mundo se volvió un lugar oscuro"
Muchos coincidiremos en que el 2016 fue un año difícil y deprimente en el que las malas noticias parecían no tener fin. Resultados electorales inesperados, ataques terroristas, refugiados con necesitades extremas y conflictos devastadores en países como Siria, Yemen o Sudán del Sur. Un nuevo reporte de Amnistía Internacional señala que no se trató solo de una percepción: 2016 fue uno de los peores años en materia de derechos humanos que se tenga registro.
“En 2016 el mundo se volvió un lugar más oscuro e inestable”, afirma el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty en el informe anual de la organización. “La realidad es que comenzamos 2017 en un mundo terriblemente inestable, lleno de temores y de incertibumbre sobre el futuro”, sostiene .
“No es que a una parte del mundo le haya ido mejor o peor que a otra. El 2016, como tendencia, fue un año de retroceso en materia de derechos humanos y esto hay que detenerlo inmediatamente” agrega Tirana Hassa, directora del programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional, a DW.
Política de demonización
Según el reporte de la organización recientemente publicado, uno de los mayores problemas del 2016 fue el auge del discurso de odio que se irradió por Europa y Estados Unidos. Los políticos se dedicaron a demonizar a segmentos enteros de la población. Donald Trump realizó declaraciones misóginas y xenófobas mientras que el presidente húngaro Viktor Orban apeló a una retórica que alimentaba los sentimientos antiinmigración culpando a este sector de los problemas económicos.
“2016 fue el año en el que el uso cínico del nosotros contra ellos con un discurso de culpa, odio y temor adquirió una prominencia global no vista desde los años treinta”, escribió en el informe Shetty. “Demasiados políticos están respondiendo a los legítimos temores económicos y de seguridad con manipulaciones venenosas que dividen a la población con la intención de ganar votos”, añadió.
Este relato del “nosotros contra ellos” está dando lugar a un mundo cada vez más dividido en el que los más vulnerables son utilizados como chivos expiatorios, continúa el informe. Según Amnistía Internacional esta perspectiva cuestiona las nociones de derechos humanos y de dignidad humana que durante años fueron consideradas universales.
“La política de demonización de hoy en día plantea descaradamente la peligrosa idea de que algunas personas son menos humanas que otras, despojando de humanidad a poblaciones enteras. Esto amenaza con desencadenar los aspectos más oscuros de la naturaleza humana”, concluye.
“Hombres fuertes”
El discurso del “nosotros contra ellos” llevó a “hombres fuertes” y nacionalistas al poder, según Hassan. Sus principales blancos, asegura, son generalmente los refugiados y los inmigrantes.
De hecho, 36 países violaron el derecho internacional en 2016 al devolver ilegalmente a los refugiados a países en los que sus derechos estaban en riesgo. Australia, que estuvo deteniendo refugiados en el Pacífico, es un ejemplo de ello. También Estados Unidos y México, que deportan personas que huyen de la violencia en Centroamérica. Y la Unión Europea, que hizo un acuerdo con Turquía, enviando de vuelta a los refugiados en lugar de darles cobijo.
Amnistía Internacional advierte en su informe que el aumento de la “política del hombre fuerte” conducirá a incrementar en el futuro la violencia con argumentos relacionados con la raza, el género, la nacionalidad y la religión.
“Cuando dejamos de vernos como seres humanos con los mismos derechos, nos acercamos al abismo”, planteó Shetty.