Alrededor de 1.400 personas, incluidos 500 allegados de los fallecidos, acudieron el viernes a la catedral de Colonia junto a la canciller Angela Merkel. Esto para homenajear a los 150 muertos en el siniestro del avión de Germanwings estrellado en los Alpes franceses.
Sentados en la primera fila, Merkel y el presidente alemán, Joachim Gauk, tenían el rostro serio al escuchar el réquiem que precedía a un servicio religioso ecuménico, informó un periodista de AFP.
El 24 de marzo, un Airbus A320 de la compañía Germanwings procedente de Barcelona en dirección Dusseldorf se estrelló en los Alpes franceses, dejando 150 muertos, entre ellos 72 alemanes y 50 españoles.
De acuerdo a los primeros elementos de la investigación, el avión fue estrellado voluntariamente por su co-piloto, que padecía problemas psiquiátricos.