Una vez terminado el periodo de registro de pruebas de este macrojuicio con más de 800 testigos y una expectación mediática inédita, la Fiscalía fue la primera en intervenir en una comparecencia que se estima tendrá una duración de más de 20 horas.
El proceso, iniciado en 2013, sienta en el banquillo a la única superviviente del trío neonazi, Beate Zschäpe, quien junto con dos compañeros – que cometieron suicidio al verse rodeados de la Policía - está acusada de cometer entre 1998 y 2011 diez asesinatos y de perpetrar dos atentados con bomba y 15 robos a lo largo de más de una década.
Junto con ella rinden cuentas ante la Justicia Carsten S., Wohlleben, André E. y Holger H, acusados de colaboración en la trama de violencia ultraderechista que más revuelo ha causado en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial.
Trasfondo racista, xenófobo y conspirativo contra el Estado
El trasfondo racista de la serie de asesinatos salió a la luz en noviembre de 2011, cuando los otros dos miembros del trío, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, se suicidaron antes de ser detenidos. Zschäpe se enfrenta a una pena de cadena perpetua al estar considerada como cómplice en los citados crímenes.
La Fiscalía deberá presentar sus conclusiones antes del 1 de agosto. Ya en septiembre, terminadas las vacaciones estivales, será el turno de alegato para los querellantes y finalmente tomarán la palabra los acusados.
¿Ceguera voluntaria de la Policía alemana?
En los últimos cuatro años, la Justicia alemana llamó a declarar a 815 testigos y consultó a 42 expertos para intentar arrojar luz sobre la célula neonazi que sembró durante años el terror en Alemania.
Según estimaciones del tribunal muniqués, los costes del juicio ascienden hasta el momento, con 373 vistas celebradas, a cerca de 150.000 euros.
El caso dejó al descubierto graves fallos por parte de la Policía y los servicios de inteligencia germanos, que se rehusaron a seguir las sospechas de una posible motivación racista y dirigieron las pesquisas hacia el entorno de las víctimas, suponiendo que eran ajustes de cuentas entre mafias extranjeras.